28 de diciembre de 2008

Propósitos de año nuevo

Propósitos más frecuentes de Año Nuevo (Miller y Marlat, 98; via PsychCentral):

37% - Empezar a hacer ejercicio
13% - Comer mejor (dieta, supongo)
7% - Reducir el consumo de alcohol, café, o dejar de fumar

Según la misma encuesta, la mayoría de la gente — 75 por ciento — fracasará en su primer intento.

Feliz Año Nuevo.

Read more...

27 de diciembre de 2008

Rebeldes del bienestar

Entrevista a Jordi Royo, psicólogo clínico, sobre adolescencia.


VÍCTOR-M. AMELA - 18/12/2008 (La Vanguardia)

¿A qué edad comienza la adolescencia? Hoy, a los 12 años. El primer día de 1. º de ESO.

¿Por qué? Es el día que dejamos que el chaval vuelva solo a casa, con su llave. En casa no hay nadie: merendará lo que le apetezca y verá la tele, chateará y jugará con la videoconsola a sus anchas.

¿Qué tiene en común este adolescente con el de hace treinta años, y qué no? En común, los trastornos hormonales y la impulsividad: el cerebro experimenta un nuevo arranque para hospedar nuevas competencias, nuevas aptitudes.

Estamos ante un ser mutante, vamos. Sí, y es natural que manifieste cambios de personalidad, una en casa y otra fuera...

Da un poco de miedo. Más temibles que estos factores endógenos - iguales en todas las épocas-son los exógenos, que son nuevos, y que moldean a estos "nuevos adolescentes" nuestros.

¿A qué factores nuevos se refiere? A la cultura del ocio tecnológico: pantallas, videojuegos, internet, móvil, mp3... Y al "lo quiero ¡ya!". Por eso es fácil que a esta edad incurran en adicción a un ocio paralizante y a la inmediatez, a quererlo todo al instante.

¿Hemos maleducado a nuestros hijos?
"Educar bien a un hijo consiste en dejarle que pase un poco de hambre y un poco de frío", decía Confucio. Quizá no les hemos dado buen ejemplo... Si no quieres que tu hijo sea consumista, ¡no lo seas tú!

¿Cómo definiría a estos nuevos adolescentes nuestros? Los defino como los rebeldes del bienestar. Si antes el adolescente se rebelaba para mejorar el mundo, ahora admite "estoy de puta madre, ¡pero quiero estar mejor!", como me confesó uno. Quieren para sí más lujo del que ya tienen, que es mucho.

¿Y qué deberíamos hacer los padres? Evitar hiperregalar a los niños. ¿Por qué no acompañarlos a entregar regalos sobrantes a niños necesitados?

Más consejos. Desde niños, acóteles el uso de pantallas: de lunes a viernes, nada de videojuegos.

¿Le compro móvil a mi hijo de 13 años? En la clase de mi hijo de 12 años, él y otro son los únicos sin móvil. ¡Los amigos le acusan de tener un padre irresponsable, pues no podrá avisarme si "le pasa algo"!

¿Y usted qué le argumenta a su hijo? Que las desventajas de tener móvil - adicción, gasto...-superan las ventajas. ¡Retrásele a su hijo el móvil todo cuanto pueda!

¿Le permito tener tele en su cuarto? ¡No! Lo mejor es un solo televisor en la sala, y negociar su uso entre toda la familia.

Pero ordenador sí necesita, para hacer trabajos del cole. Pero si tiene que conectarse a internet, que sea en un ordenador situado en la sala.

Otro problema: ¿le doy paga? Retrásela al máximo, y que se acostumbre a razonar para qué quiere el dinero, y a argumentar si realmente necesita tal cosa. Y si a los 15 años acuerdan paga..., que sea semanal, y fijando para qué conceptos.

¿Y si exige salir de noche con amigos? Retrase eso lo posible, y pacte la hora de regreso, lo menos tarde posible, y si incumple, que no salga la próxima. Lo mejor es que un padre vaya cada vez a recoger al grupo.

Trabajoso, ser padre de adolescente... Haber sido padres exitosos de un niño ¡no garantiza serlo de un adolescente! Los padres de adolescente deberían asistir a un cursillo. ¡Y ojalá colaborase la escuela!

¿No lo hace? Los conflictos reales del adolescente son las drogas, el sexo, la violencia, las adicciones, los trastornos alimentarios, la percepción del propio cuerpo, la indumentaria y el dinero. Yo pregunto: ¿cuántas horas dedica la escuela a debatir acerca de estos asuntos?

No sé. ¡Casi nada o nada! La escuela ni se atreve a decir qué ropas no deberían admitirse en clase. ¡La escuela, pues, todavía no ha entrado en el siglo XXI! Deberíamos reclamárselo, y a la vez devolverle autoridad moral.

¿Cómo educo al chaval sobre sexo? Propiciando ocasiones para hablarle de sexo. ¡Hoy se dan más embarazos indeseados que nunca! Ayúdele a conocer el preservativo. Todas las chicas llevan tampones en el bolso, ¡pero ninguna lleva preservativos! Es desesperante... Usan la píldora abortiva.

Pero el pánico paterno es la droga. Cuéntele al adolescente la verdad: que el cannabis puede proporcionar sensaciones placenteras, pero distorsiona percepciones, merma la capacidad de concentración, puede disparar trastornos mentales... Que las pastillas son euforizantes y empatizantes, pero luego hunden en la apatía, restan potencia intelectual, disparan brotes psicóticos...

Deme tres consejos de oro. Apóyele en sus estudios. Repártanse labores domésticas (¡sin mediar paga alguna, por supuesto!). Hágale luchar por cada cosa que desee. Lo cierto es que será más fácil si desde niño le adiestró en el arte de respetar límites. Si no..., lo tiene usted difícil.

¿Ante qué síntomas debo alarmarme? Un repentino bajón en su rendimiento académico, dificultades con sus horarios...
Lo bueno es que la adolescencia se acaba, ¿verdad? ¿Cuándo se acaba? A los 30 años... Es el adojoven: el joven que sigue siendo adolescente, que no se ha esforzado en dejar de serlo. A veces, ¡sus propios padres son todavía adolescentes!


Consentidos

Los padres consienten conductas y actitudes de sus hijos que los desentrenan para afrontar las pasiones y frustraciones de la adolescencia, lo que deriva en conflictos que se vuelven contra los padres. Temerosos de las reacciones de sus adolescentes hijos, agravan aún más la disfuncional relación. Para aliviar esto, Jordi Royo creó el centro Amalgama (www. amalgama7. com), que imparte cursillos para padres de adolescentes y reeduca a los hijos. Amalgama y un grupo de padres alientan la Fundació Portal, que ayuda a familias con hijos drogadictos y trastornos mentales. Royo da claves para tratar con nuestros nuevos adolescentes en Los rebeldes del bienestar/Els rebels del benestar (Alba).
.
Por lo menos es sensato y tiene coherencia interna. Echo de menos algo más de énfasis sobre comunicación emocional, no sólo informativa (pero bueno, hay un periodista por medio, aunque el Víctor Amela es muy válido), y no sé si comprar la aversión incondicional a la paga semanal: si no educas el frontal (autogestión, planificación de recursos limitados) mal lo van a pasar...Pero al menos parece que recuperamos socialmente el valor de la autoridad sin autoritarismo; vade retro a los niños sin límites ni frustraciones. Ya veremos cuando me llegue...

Read more...

25 de diciembre de 2008

Enric González

Es mi último descubrimiento personal (sí, todo el mundo lo conocía, pero a veces voy empanado y llego tarde) en el mundo del periodismo inteligente (ese planeta remoto y casi deshabitado). Este tipo es un crack, en todos los sentidos; de hecho, es adictivo.
Enric González escribe en El País, casi cada día su columnita, y toca temas que van desde la metafísica del martini hasta la génesis de los colores de Boca Juniors o la Juve (anécdotas muy curiosas), pasando por TV, política, economía o lo que le apetezca. Su escritura es puñetera, escéptica, ingeniosa, sólida, más bien concisa, bastante libertaria, y sobre todo un tanto incompleta, lo cual es su mejor cualidad; me explico: te quedas con la sensación de que te ha tocado una tecla que no te habías planteado, pero tampoco va y te la resuelve, sino que te deja ahí, expuesto a tus propias ignorancias y contradicciones, pero inquieto por acabar de entender de qué va eso. Me recuerda a Haro Tecglen, clásico de El País fallecido hace unos añitos, pero igual de rebotado y creativo. Para muestra, un botón, o mejor dos:

Suicidio
La cuestión del suicidio resulta incómoda. El Libro de estilo de EL PAÍS abre su apartado sobre la materia con una frase que aclara bastante poco: "El periodista deberá ser especialmente prudente con las informaciones relativas a suicidios". Prudencia especial, pues, sea lo que sea eso. En el manual interno se asegura también que "la psicología ha comprobado que estas noticias abocan a quitarse la vida a personas que ya eran propensas al suicidio", aunque ni ahí, ni en ninguna documentación a mi alcance, se aporten cifras o estadísticas. Se establece como conclusión que "los suicidios deberán publicarse solamente cuando se trate de personas de relevancia o supongan un hecho social de interés general". Como pueden suponer, la utilidad de estas recomendaciones estilísticas es bastante relativa. En este mismo periódico, pasando de forma olímpica del temido "efecto imitación", se ha hablado del "filosóficamente majestuoso" suicidio de Sócrates y con abundancia de los menos majestuosos, pero sin duda más cercanos y contagiosos, suicidios de Kurt Cobain o Louis Althusser. Es decir, el suicidio, como es normal, aparece en el diario cuando es noticia. No sé si hacía falta tanta "prudencia especial" para acabar en lo obvio. La prudencia sobre el suicidio, compartida de forma más o menos generalizada por todo el gremio, en España y en muchos otros países, impide un debate razonable sobre algo que, a juzgar por lo que de forma vaga dicen los periódicos, constituye un problema social, especialmente entre los jóvenes. El tabú de las drogas se quebró hace ya tiempo, y eso que salimos ganando: disponemos de estadísticas y podemos hablar claramente sobre ello. Esperemos que el tabú del suicidio, cimentado en las creencias religiosas y en un discutible concepto de la privacidad, no dure mucho más. Sobre el suicidio asistido, en cambio, no rige veda alguna. El canal británico Real Lives (Vidas reales), de la plataforma Sky-Murdoch, tenía previsto emitir anoche las imágenes del suicidio asistido de Craig Ewert, un hombre de 59 años que sufría una enfermedad neurológica. La visión del programa nos permitirá seguir hablando del tema mañana mismo.
.
Más suicidio
Algunos de ustedes habrán visto cómo murió Craig Ewert. El programa sobre su suicidio (asistido) fue emitido el miércoles por la noche en el Reino Unido, pero las escenas esenciales, las del final, han sido recogidas por los medios digitales y pueden encontrarse en YouTube. Craig Ewert, del que ya hablábamos ayer, tenía 59 años y una enfermedad neurológica que le mantenía paralizado. Decidió acabar con la tortura, como él llamaba a su vida, hace un par de años, en una clínica suiza que facilita asistencia en el suicidio a las personas que no pueden matarse por sí mismas. Entre las reacciones a la emisión, efectuada por uno de los canales de la plataforma Sky (Grupo Murdoch), destaca la de John Beyer, director de una entidad pública británica cuya función consiste en controlar los medios informativos. Lo que dijo el tal Beyer, en desacuerdo con el programa y, supuestamente, con la decisión de Craig Ewert: "Los informadores deberían ser objetivos. De lo contrario, influyen en la opinión pública o inducen a otros sufrientes a seguir los mismos pasos". Una parrafada extraordinaria. Releámosla, por favor: "Los informadores deberían ser objetivos". Tremendo. No existe, afortunadamente, el informador objetivo. El informador debe ser veraz; su simple presencia, su labor de intermediación, convierte cualquier información en subjetiva. "De lo contrario, influyen en la opinión pública". Sensacional. Beyer debería presentarnos a ese medio, que quizá él conoce, que no influye en la opinión pública. Se trata sin duda de un medio muy infeliz. "O inducen a otros sufrientes a seguir los mismos pasos". Exacto. Los medios están, entre otras cosas, para mostrar al público las distintas opciones posibles. Ha habido quien ha hablado de eutanasia. Falso: la muerte de Craig Ewert fue un suicidio. Lo dijo él mismo, la persona mejor informada sobre el asunto. Simplemente, hubo que ayudarle porque estaba paralizado. Ha habido quien ha hablado de muerte digna. Falso. Craig Ewert no quería una muerte digna, sino una vida digna. La muerte es refractaria a epítetos. Como no podía vivir dignamente, Ewert eligió morir.

Read more...

21 de diciembre de 2008

El intercambio

Película más que interesante de Clint Eastwood, con Angelina Jolie haciendo un papel consistente (ya era hora) y sobre todo con la fuerza de los hechos reales detrás. Lo más impactante desde este blog sería la denuncia de las condiciones que en aquellos años aún imperaban en muchos centros psiquiátricos, y el papel político y policial que suministraba poder a la figura del psiquiatra. No es de extrañar que luego Szasz empezara a meter caña con la antipsiquiatría ( en cualquier caso, ¡cómo hemos cambiado! -afortunadamente- aunque quede mucho por hacer): Angelina se ve atrapada en un psiquiátrico como forma de anular a una disidente contestataria que exige transparencia y servicio público a un departamento de policía corrupto. Las escenas son durillas, y quizás injustamente la más dura es la del electroshock, sobre todo porque a pesar de las apariencias es posiblemente una terapia eficaz con casos muy resistentes, sobre todo afectivos graves (desde mi experiencia hospitalaria, y con los adecuados protocolos, es una herramienta que muchos pacientes graves agradecen haber tenido disponible). Pues eso, que al menos en este país, por ahí hemos mejorado y tenemos más garantías (supongo que también la profesión en general ha salido de la edad media).

Read more...

5 de diciembre de 2008

Felicidad contagiosa

Un estudio en BMJ analiza de forma profusa, potente y metodológicamente muy elegante un grupo de más de 12000 personas (en algún momento) durante 32 años de forma bastante continuada, y las redes sociales que se crean entre ellos, y observan que aunque se sabe que la emoción en general es contagiosa, las redes sociales diseminan la semilla de la felicidad incluso con tres grados de separación (fenómeno ya observado respecto a hábitos como el fumar o la obesidad, pero muy novedoso en este ámbito emocional): si el amigo del amigo de tu amigo es incrementa su nivel de felicidad, de alguna manera te impacta (bastante diluido, es cierto, pero de forma estadçisticamente significativa). No sólo eso: la gente feliz suele ocupar posiciones centrales en su red, y asociarse en clusters con otra gente feliz. Este efecto de contagio requiere una afinidad amistosa, no simplemente laboral, y se modula a través de la cercanía física también (más cerca, más facilidad de contagio).
Es decir, la felicidad no es sólo un atributo individual, sino también grupal. Psicología comunitaria en toda regla.
Esto me sugiere a la vez dos ideas: una, la dificultad de hacer funcionar un grupo de terapia compuesto de personas con distimia, por ejemplo (hay evidencias de que exige un equilibrio difícil de llevar a cabo, y la eficacia no acaba de estar clara); dos, que hace años cuando acudía a Casa del Tíbet en Barcelona a charlas/sesiones de meditación, recuerdo escuchar que parte del Dharma era buscar la conexión con otra gente que estuviera impregnada de energía positiva (digámoslo así) y de alguna manera evitar a la gente que transmite negatividad. No me pareció particularmente compasivo en aquel momento, pero supongo que con toda justicia en una encuesta entre varios miles de psicólogos del ámbito anglosajón hace un tiempo, el psicólogo más brillante e influyente de la historia resultó ser...Buda. Y sin puñetera idea de estadística, el tío.

Read more...

¿Autoayuda?




Joyas sorprendentes de la literatura de autoayuda (¡existen, no son un montaje!):

"La guía completa para idiotas: Mejorando la autoestima"
"Creando autoconfianza - para tontos"

Via MindHacks.

Read more...

Enfermedad mental y expectativa de vida

La enfermedad mental grave acorta la expectativa de vida en unos 25 años. Los factores por los que esto sucede son primordialmente el tabaco (se estima que el 44% de los cigarrillos consumidos en USA van a parar a los pulmones de enfermos psiquiátricos) y la obesidad (por un estilo de vida más sedentario combinado con los efectos secundarios sobre el peso de los antipsicóticos y algunos antidepresivos). Un manejo médico apropiado de estos casos debería tener siempre en cuenta estas tendencias.

Read more...

4 de diciembre de 2008

¿Hay una epidemia de depresión?

En Scientific America, sección Mind Matters, revisan un libro nuevo en el que dos profesores de sociología estudian la tendencia de los últimos 25 años por la cual se percibe un incremento casi epidémico en los niveles de depresión, epidemia que con sus datos en mano es inexistente en la realidad. De hecho, manteniendo criterios diagnósticos constantes, los niveles de depresión serían ahora tan frecuentes como entonces. Lo que origina esta plaga es más bien el estilo diagnóstico medicalizado del DSM, que desde su versión III en 1980 asume como depresión mayor el cumplimiento de 5 síntomas de entre 9 durante 2 semanas, sin atender mucho a su contexto. Es decir, según estos autores (y opino en general de igual manera) se ha patologizado un buen número de reacciones de tristeza (intensa, sí; y con otras afectaciones asociadas) que ocurren en contextos en los que posiblemente ésa es una reacción esperable en alguien digamos normal (rupturas de pareja, diagnóstico de una enfermedad grave, pérdida de una promoción laboral). No sólo la presión del DSM III por adquirir un reconocimiento sólido (y necesario) entre la clase médica y científica, sino el beneficio asociado que la industria farmacéutica ha obtenido de esa patologización (Prozac para todos! ) y el que los clínicos obtienen de facturar a las mutuas, han relegado otras alternativas de entender y sobre todo de manejar esos casos a un segundo plano en que la píldora acaba venciendo (a pesar de que a veces las evidencias de su eficacia sean un tanto relativas, por usar un eufemismo discreto).
Para profundizar en esta visión más amplia y psicosocial de la epidemia de la depresión (me temo que ampliable posiblemente a otros ámbitos a veces pseudopatológicos de la ansiedad, y también en el campo de la psicoterapia en el reducto aún no medicalizado y sumamente subjetivo de los trastornos de la personalidad), aquí.
Y para contrastar enfoques que desde la psicoterapia pretenden trabajar con la emoción y no tanto contra ella, 2 menciones: los intentos de sistematizar los procesos de trabajo con emociones en ámbitos más o menos gestálticos (Greenberg & cia.) y el invento de marketing de la terapia de aceptación y compromiso (que a pesar de ello, y sin que quizás pueda tener estrictamente el calificativo de terapia, aporta ideas necesarias en el enfoque cognitivo).

Read more...

  © Blogger templates The Professional Template by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP