23 de mayo de 2009

(In)felicidad en tiempos de crisis

Easterlin es un economista que en los 70 desarrolló la paradoja que lleva su nombre, y que viene a decir que aunque los ricos tienden a ser más felices en una misma sociedad, cuando se comparan países ricos y pobres no sólo no hay diferencias significativas, sino que en los casos en que un país aumenta su riqueza, no aumenta su felicidad. Easterlin sugería que es la riqueza relativa (por comparación) a tus conciudadanos la que importa. Wolfers y Stevenson dicen en Freakonomics que a la luz de nuevos métodos y nuevos set de datos, la paradoja no se sostiene: la correlación entre felicidad y pasta es de 0.8, y más bien lineal: el 10% de incremento aumenta la felicidad igual en USA y en Burundi (sólo que 100$ en Burundi son 20 veces más que en USA; eso sí es relativo).
Lyubomirsky, que es una reputada investigadora en felicidad, comentaba hace pocos meses que seguía fiel a Easterlin; después de todo, diversos experimentos en psicología social seguían confirmando que muchos prefieren ganar $50,000 al año cuando los compañeros de curro ganan $25,000 que ganar $100,000 al año cuando los compis hacen $200,000 (puesto así en frío parece idiota, pero somos predeciblemente irracionales [¿idiotas?]). Como la crisis es general y nos afecta a todos a la vez, las comparaciones permanecen similares y por tanto no somos más infelices. Wolfers ya le ha cortado el rollo en Freakonomics, alegando que los datos de Gallup siguen confirmando su perspectiva.
Para remate, publico una gráfica (de Psych Central) que indica que aunque el porcentaje de personas que hacen uso de medicaciones y servicios en salud ha disminuido en USA a lo largo de los últimos meses, en salud mental exclusivamente se da un incremento notable. Me da que Wolfers va a tener razón y que el optimismo, tan necesario en la vida, suele estar desinformado.

Daniel Gilbert, que es un señor a quien me gustaría parecerme cuando sea mayor (hay más candidatos; pero para ser sinceros, creo que al final no me esforzaré mucho y me concentraré en aceptar mis limitaciones) escribe en su blog (que actualiza una vez al año o así; mira, también es vaguete el tío) sobre el tema y ofrece como siempre una conexión iluminadora sobre lo que toca: en este caso, la incertidumbre. Si después de todo ahora vivimos mejor y tenemos más $ que nuestros abuelos, ¿qué causa esa sensación subjetiva de empeoramiento? Pues la incertidumbre, el hecho de no saber de qué va esta crisis, cuánto durará, ni hasta dónde llegará (ya se encargan los ministros de economía, presidentes y subsecretarios de confundirnos al respecto). Como ejemplifica Gilbert: los pacientes que sufren una colostomía y saben que es irreversible están mejor adaptados 6 meses después que aquellos que tienen posibilidades de que sea reversible. Nos ajustamos a lo que conocemos, pero no podemos hacerlo a lo desconocido.

2 comentarios:

todopsicologia 23/5/09 12:07  

Respecto a la idioticia:
coño, parece mentira que lo dudes. Periodico, panfletillo, independentista hoy, titular: la virgen se despide de su hijo y vuelve a la Villa Mariana. En primera página, a todo color y noticia única. Si eso no es una idiotez humana, que venga Dios y lo vea (ups....).
O yo mismo, que me considero con una edad ya, y mas o menos estudiado, y no salgo de mi asombro con mis propias estupideces...
En cuanto a la falicidad, en si mismo es un concepto ESTUPIDO. Podemos estar hablando de tantas cosas. La felicidad como condición es imposible y estupido. Desde el momento en que se convierte en algo habitual ya deja de ser un estado y por definición ya no es diferenciable. Es lo que tiene estar vivo. Coño, me acabo de acordad de Ramazoti (que no de Ramalazo, ajjaja) cuando decia aquello de "eres esa vitamina[ ], si te tengo, no te noto, si te pierdo siiii...". Por eso la cuestión creo de la comparación. Por eso, cuando a la gente le pasa determinadas cosas en su vida, prescinden de otras, y cambian.
Al final, va a ser que no es cuestión de idioticia, sino de humanicia.
Un saludo.

todopsicologia 23/5/09 12:11  

Jajjajaja, obviamente donde dice "falicidad", tendria que decir "felicidad". Acabo de descubrir, sin querer, como todos los buenos descubrimientos, un nuevo palabro que espero que entre en el diccionario de la RAE. Falicidad.- dícese de aquel ser humano de sexo masculino que debido a su particular atractivo e idiosincracia dispone habitualmente de un amplio, variado y accesible abanico de paternaires. Es entonces faliz.

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