15 de septiembre de 2009

Gente con ...¿Suerte?

Richard Wiseman era mago; un día reconoció que le interesaba más la reacción de la audiencia que los trucos de magia, así que estudió psicología y desde entonces investiga en la Universidad de Hertfordshire sobre todo en áreas algo frikis de la psicología del estilo del chiste más gracioso del mundo, lo paranormal, qué rostro tenía en mente Ian Fleming cuando escribió las novelas de 007 (más Connery que Craig, parece ser) o cómo ha cambiado el ritmo del caminar en el centro de ciudades importantes de todo el globo en los últimos 15 años. Tiene un perfil algo showman (no podía ser de otra manera con esos antecedentes) pero en su descargo parece un tipo cachondo y creativo.
En 2003 publicó The Luck Factor. Wiseman se muestra muy interesado en el papel que la suerte parece tener en nuestras vidas; una encuesta suya a 4000 personas revelaba que la mayoría se consideraban supersticiosas en cierta medida (¿y qué es la superstición sino un intento de controlar los acontecimientos atrayendo la buena suerte o alejando la mala?).

According to a recent Gallup poll, 53 percent of Americans are at least a little superstitious. Another survey revealed that 72 percent of the public said that they possessed at least one good luck charm. The results of my own 2003 superstition survey, conducted in collaboration with the British Association for the Advancement of Science, revealed the same high levels of belief in modern-day Britain: Approximately 80 percent of Britons routinely touch wood, 64 percent cross their fingers, and 49 percent avoid walking under ladders.

Lottery: those using any kind of superstitious ritual were just as unsuccessful
as those choosing their numbers randomly.
Pero Mr. Wiseman estaba empeñado en entender cómo era esto de la suerte, así que durente 10 años se ha dedicado a localizar y estudiar los rasgos y hábitos de gente con muy buena/mala suerte (el que se considera así en un ámbito, tiene una fuerte tendencia a considerarse igualmente en otros; no sólo eran percepciones subjetivas propias, sino que la percepción de los allegados y los acontecimientos vitales de años recientes mostraban una alta correlación con esas autopercepciones). Según el exmago, hay cuatro principios que se relacionan con la buena suerte:

1- La gente con suerte crea, percibe y actúa sobre las oportunidades que el azar trae a sus vidas. Los Buena suerte puntúan mucho más alto en extroversión, y su mayor sociabilidad es el marcador clave (conocen a más gente, atraen a los demás, y cuidan y mantienen esos lazos). También tienen un neuroticismo más bajo (actitud más relajada, más atenta a lo que hay y no a lo que debería haber) y mayor apertura a la experiencia (menos convencionales, más dispuestos a probar algo nuevo).
Lucky people consistently encounter such opportunities whereas unlucky people do not. I carried out a very simple experiment to discover whether this was due to differences in their ability to spot such opportunities. I gave both lucky and unlucky people a newspaper, and asked them to look through it and tell me how many photographs were inside. On average, the unlucky people took about two minutes to count the photographs whereas the lucky people took just seconds. Why? Because the second page of the newspaper contained the message “Stop counting – There are 43 photographs in this newspaper.” This message took up half of the page and was written in type that was over two inches high. It was staring everyone straight in the face, but the unlucky people tended to miss it and the lucky people tended to spot it.
--- O ---
Another person described a special technique that he had developed to force him to meet different types of people. He had noticed that whenever he went to a party, he tended to talk to the same type of people. To help disrupt this routine, and make life more fun, he thinks of a color before he arrives at the party and then chooses to only speak to people wearing that color of clothing at the party! At some parties he only spoke to women in red, at another he chatted exclusively to men in black.
2- La gente con suerte utiliza su intuición; accede a información corporal, marcadores somáticos y la aplica en el proceso de observación de sí mismos y de toma de decisiones. Para ello, suelen crear condiciones cognitivas adecuadas: algo así como un juicio en suspenso, una disminución de la rumiación, una actitud de presencia.

3- La gente con suerte utiliza expectativas positivas para orientarse y perseverar: esperan que su suerte continúe (optimismo que supone una profecía de autocumplimiento) y además insisten y se mantienen en la adversidad. También esperan que las relaciones con los otros les traigan suerte.

4- La gente con suerte transforma su mala suerte en buena: utilizan el pensamiento contrafáctico para sondear en lo que pudo haber sido (peor), evitan recrearse en su infortunio puntual, y además creen que no hay mal que por bien no venga (a largo plazo, al menos).
Un caso conocido es el de la mayor satisfacción que sienten los medallistas de bronce que los de plata: los primeros se comparan con el cuarto ("al menos soy medalla") y los segundos, con el oro ("¡por qué poquito no fui campeón!").
I decided to present lucky and unlucky people with some unlucky scenarios and see how they reacted. I asked lucky and unlucky people to imagine that they were waiting to be served in a bank. Suddenly, an armed robber enters the bank, fires a shot, and the bullet hits them in the arm. Would this event be lucky or unlucky? Unlucky people tended to say that this would be enormously unlucky and it would be just their bad luck to be in the bank during the robbery. In contrast, lucky people viewed the scenario as being far luckier, and often spontaneously commented on how the situation could have been far worse. As one lucky participant commented, “It’s lucky because you could have been shot in the head – also, you could sell your story to the newspapers and make some money.”
Por tanto, aunque Wiseman parte de la existencia de la suerte, la considera al menos parcialmente interna e influenciable. Por tanto, podríamos decir que no es estrictamente suerte; o quizás Wiseman (que, eso sí, ha tenido el churro de un fantástico apellido para un investigador en psicología; quizás le facilite las becas y ayudas ministeriales) es un supersticioso muy sofisticado que conecta actitudes personales con suerte percibida...

(continuará...)

1 comentarios:

Camilo Rodriguez 26/4/10 23:58  

Interesante artículo. En mi concepto la "suerte" per se no existe. Pienso que el ser humano en su grandeza tiene la capacidad de decidir y labrar el camino que desea. Una variable que influye notablemente es la autoestima, la cual se constituye en el elemento principal de la inteligencia emocional, que no es otra cosa que saber identificar y modular nuestras propias emociones y tener la capacidad de saber identificar y estar en sintonía con las emociones de las otras personas con el fin de tener relaciones armoniosas, calidad de vida y "exito" personal.

Por Magda Pedraza de www.psicologiaycoach.com/blog

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