28 de agosto de 2009

Misturado 4

"Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído" - J L Borges

Agustín Fernández Mallo es un físico, escritor y poeta postpoético que en 2006 irrumpió con la primera parte (me encantó, pero del tipo me descolocó) de la trilogía de la Nocilla Project: Nocilla Dream.
Más que una novela, Nocilla Dream es el principio de muchas novelas hábilmente ensambladas con material documental y propio en una sólida e inesperada docuficción, que opta por la descripción directa de acontecimientos mínimos y le debe mucho a proyectos vanguardistas como el de París de Walter Benjamín (donde seguramente, ya en los años treinta, se inventa el zapping literario). En Nocilla dream, una de las apuestas narrativas más arriesgadas de los útimos años, proliferan las referencias al cine independiente norteamericano, a la historia del collage, al arte conceptual, a la arquitectura pragmática, a la evolución de los PCs y a la decadencia de la novela.
Agustín Fernández Mallo se fija en los outsiders del siglo XXI y sobre todo en la misteriosa conexión entre algunas vidas alternativas y globalizadas que transitan por escenarios de Serie B: rubias de burdel que sueñan con que algún cliente las lleve hacia el Este, ácratas que habitan en extrañas micronaciones, ancianos chinos adictos al surf, un exboxeador de San Francisco que quiere invertir la ruta de Colón a pie, un argentino que vive en un apartahotel de Las Vegas y construye un singular monumento a Jorge Luis Borges… Todos ellos atrapados en la metáfora conductora de los desiertos: un árbol en el desierto de Nevada del que cuelgan centenares de zapatos, un gasolinero en el desierto de Albacete que compone canciones marginales entre los surtidores, y siempre la belleza del vacío, que es al fin y al cabo el árido y sugerente conocimiento científico presente en todas las páginas de este visionario sueño.
Además, escribe en varias revistas culturales, y en el suplemento de la vanguardia me encontré el otro día con una reflexión socioescatológica que aún estoy intentando comprender: esta web vende deshechos de celebrities (caca, pis, uñas, bacterias...). Varias cosas llaman mi atención: tienen certificados de autenticidad, que dicen obtener de cruzar análisis de las muestras con registros médicos de analíticas, etc. (?); en otro orden de cosas, la caca de Jack Black es tres veces más cara que la de R Downey Jr. (tiene su lógica en función del target del mercado); finalmente las bacterias son baratas en general (menos de 10 pavos) pero caras si se asume que suponen un acto de fe extraordinario: no se puede enseñar a las visitas (o para ser más preciso: no verán nada). Creo que se necesita un psicoanalista para darle sentido a este fenómeno en su conjunto, o quizás un humorista judío, pero a partir de este estímulo pueden divagar durante unos 4 minutos si están aburridos ( ¿es una forma de religiosidad pervertida? ¿una crítica social postpunk? ¿o es sólo lo que aparenta: imbecilidad + ley de oferta/demanda?).

Siguiendo con la Vanguardia, aquí encontrarán un artículo extraordinario"El ajedrez, entre la muerte y la vida", de un cineasta catalán, Albert Serra, sobre la última final del campeonato del mundo entre Anand y Kramnik. No tengo ni idea de ajedrez pero me fascinan los ajedrecistas, al modo como me fascina cualquier adhesión religiosa a lo profano (excluyan la web anterior por el momento). Es una lectura con cierta erudición, pero muy viva a pesar de ello; transmite pasión y reflexión de una manera absorbente.
A partir de la clásica distinción de Clausevitz entre táctica y estrategia (para él, la táctica enseña el empleo de las fuerzas armadas en el combate y la estrategia el empleo de los combates para alcanzar el propósito de la guerra) se comprende que en este nuevo mundo, también para el ajedrez, y que podía sustituir al viejo de golpe, el jugador indio sobresalga en posiciones tácticas (aquellas en las que predomina el cálculo y la fantasía infinita y bella del mismo), posiciones éstas en las que las máquinas son insuperables y a las que se puede imitar por inercia y talento; mientras que el ruso, representante del viejo mundo,destaca en posiciones estratégicas, para las que la moderna teconología no sirve, pues no pueden calcularse y sí pueden aprenderse.(Con este poco sentido de la táctica, Kutuzov y Zhukov enviaron a millones de abnegados soldados –ingenuos, hoy–, muchos de ellos inútilmente desde un punto de vista táctico, pero consiguieron in extremis el objetivo estratégico de la victoria final). La lucha entre estas dos aproximaciones y el grado de preponderancia de una sobre otra iba a determinar el resultado final del campeonato.
Sobre cine y psicopatología, he leído con mucho interés y bastante nostalgia (via Frontal Cortex) el artículo obituario en el LA Times tras la muerte de John Hughes sobre los retratos adolescentes de los 80 (The breakfast club y Ferris Bueller's day off; admito que me fliparon en su momento, y volvería a verlas, sobre todo la primera; qué bueno el Don`t you [forget about me] de Simple Minds) y cómo hoy día esos espíritus rebeldes y /o empanados en busca de una identidad serían fagocitados por categorías diagnósticas que poco aportarían a comprender la dinámica de sus momentos vitales. Los 80 tuvieron muchos productos olvidables, pero estos dos iconos son míticos.
Not only do Hughes' movies imply that teens can care as much about romance as about sex, they remind us of a time when you could be odd and be mostly left alone to deal with it. No extreme interventions or psychiatric diagnoses.
[...] Hughes, who left the movie business in the early 1990s because he feared the impact Hollywood would have on his children, should be remembered not just for the way he appreciated weirdness but for the way he normalized it - not with pills but with paisley.

Y luego, en Mind Hacks, sobre el mismo tema:
The monologue that bookmarks The Breakfast Club, with the line "You see us as you want to see us - in the simplest terms, in the most convenient definitions", succinctly captures how society's view of youth changes and yet always stays the same.
For the current younger generation, the simplest terms are mostly taken from psychiatry. This will eventually change and our recurrent anxieties about the young will largely be expressed in the next most convenient definition.

Hablando de audiovisuales y muerte, me estoy puliendo en Agosto las 5 temporadas completas de un clásico que me venía reservando: Six Feet Under (cumple e incluso supera mis expectativas; creo que puede sentarse a la diestra de The Wire). Un diálogo de ejemplo del capítulo de anoche (s04e12; diálogo entre un David post-traumático bloqueado y su padre fallecido):

- (Padre) No lo estás entendiendo.
- (David) No hay nada que entender. Eso es lo que hay que entender. ¿No?
- Oh, no me vengas con esa falsa mierda existencialista. De ti espero algo mejor. El significado está delante de tus narices.

- Bueno, lo siento, pero yo no lo veo.

- Ni siquiera estas agradecido, ¿verdad?

- ¿Agradecido? ¿Por la peor experiencia de mi vida?

- Te aferras a tu dolor como si significara algo, como si tuviera algún valor. Pues déjame decirte que no vale una mierda. Suéltalo. [Hablando solo] Hay infinitas posibilidades y lo único que hace es quejarse...

- Bueno ¿Qué se supone que tengo que hacer?

- ¿Tú qué crees? Puedes hacer cualquier cosa, cabrón con suerte: estás vivo. ¿Qué es un poco de dolor comparado con eso?

- No puede ser tan simple.
- ¿Y qué pasa si lo es?


Este extracto me lleva directamente a mi icono personal favorito de la mejor literatura de autoayuda para combatir la amargura y la queja: Blanco sobre Negro, de Rubén Gallego, otro espíritu lúcido habitante en un cuerpo deforme y superviviente de una infancia de pesadilla...y sin embargo trascendente, vital, esquivando resentimientos y autocompasión, entregado al proceso de vivir (incluso la contemplación de la propia muerte).

Aprovechando la minusvalía como concepto, me adhiero a la reivindicación de Casciari:
En España los que miran pelis con subtítulos son esnobs, eso parece. Y a los esnobs nadie les hace caso. Por lo tanto, voy a permitirme hacer un pedido a todos los sordos que estén leyendo esta página: ¡quéjense, por el amor de Dios! Háganlo ustedes, los sordos, porque los esnobs no somos una minoría atendible. Sería maravilloso que un colectivo de sordos enviara una carta a alguna parte, porque con toda seguridad si lo piden ustedes, los sordos, les harán caso enseguida.

Vivimos un tiempo de extremada sensibilidad con las minusvalías. Aprovechémonos de eso. Al menos hasta que el esnobismo se considere también una incapacidad física, que, como están las cosas, tampoco falta tanto.
That's all, folks.

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Más psicopollos



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19 de agosto de 2009

Erich Fromm: la vida es paradójica

Erich Fromm es muy conocido por sus escritos de divulgación interdisciplinaria que tienen origen en su formación como sociólogo, pero fusionando ideas de la filosofía, psicología y económicas (“Psychology cannot be divorced from philosophy and ethics nor from sociology and economics”). Además, Fromm fue un psicoanalista que desde el contexto de la Escuela de Frankfurt y luego a caballo entre USA y México relanzó el psicoanálisis más allá del determinismo intrapsíquico freudiano hacia un ámbito interpersonal y relacional:

The fundamental approach to human personality is the understanding of man’s relation to the world, to others, to nature, and to himself. We believe that man is primarily a social being, and not, as Freud assumes, primarily self-sufficient and only secondarily in need of others in order to satisfy his instinctual needs. In this sense, we believe that individual psychology is fundamentally social psychology, or in Sullivan’s terms, the psychology of interpersonal relationships.
Los escritos sobre técnica psicoterapéutica de Fromm son menos conocidos que sus reflexiones sociológicas; hace unos días he accedido a un libro muy interesante: "The Clinical Erich Fromm: Personal Accounts and Papers on Therapeutic Technique" (editado por Rainer Funk, NY, 2009) del que me apetece hacer unos corta-pega; éste de primer plato, muy bueno, bastante Zen diría yo; como dicen en la introducción "Erich Fromm no encaja en ninguna definición restrictiva de quién es o debería ser el clínico. Como pensador o como psicoanalista, Fromm desafía las diferencias entre disciplinas. No se me ocurre un mejor motivo para recomendar la lectura de este libro".
I believe, indeed, that we have everything inside us, not only in the sense that we are all human and that there is nothing human which is alien to us, because there is nothing human which is not in us, from the child, to the criminal, to the insane person, to the saint, to the average person. I would say, we are also aware of all that, but at the same time we are not aware; we sense it. This one of the reasons why pointing to reality—which, in my way of thinking means the same—has such a peculiar effect on people. Because the truth touches only upon something one knows, and once this chord is touched one almost cannot help responding.

[...] There is a very interesting Jewish Talmudic myth about this, which says that before the child is born, it knows everything, but to be born with this knowledge would be so painful that out of mercy an angel touches the child and does away with all his knowledge. What I say here corresponds pretty much to this myth. Unconsciously we know everything and yet we do not, because it is indeed very painful to know and at the same time there is nothing more exhilarating, which do not even exclude pain, than to know, than to be in touch with reality.

[...] You do not understand a person unless you know that life is paradoxical, and therefore that you have to think paradoxically in order to understand it. A few examples: I can make the statement: “I am unique. I am as unique as my fingerprints are unique. There is no other human being, nor has there ever been or will be anyone like me”. I can make the statement: “I am you, I am everything, there is no individuality, no uniqueness in me at all”. If you would make these statements by saying: in some respects I am unique and in others I am not, then of course you have no truly paradoxical statement. This statement fits very well, with Aristotelian
logic, because you do not really contradict yourself. You say: “Here I am unique, here I am not”. The statement which I am making here is meant in a paradoxical sense. It is not so much a matter of statement, but of experience. Do I experience myself, at the same time, (and the same subject, I,) as completely unique, and as completely not unique—as completely as “I” and as completely as that which I share with every human being and to some extent with any living being: with a fly, or with a flower; namely, the quality of life in me? Do I experience both aspects of my life, or don’t I?
Our consciousness, our awareness, is greatly influenced by Aristotelian logic. It is very difficult to experience a reality which can be experienced only in paradoxical terms. What we tend to do is to separate the two poles of the paradox, and then to feel either one. We are either completely unique; or we feel like the Christian mystics often felt, I am nobody, I have no individuality, I do not exist and I am completely dissolved in God or in mankind; or as a profoundly masochistic or submissive person may feel, who has no sense of individuality. As soon as in any polarity we separate
the two poles, the same thing happens—if I may use a simple analogy—as when you have a positive and negative pole of electricity. If they are at a certain distance, you will have a spark. If you separate them completely, there is no spark, and if there is no distance at all there is no spark either, the current will just flow through.
I do believe that with regard to the basic facts of life, we have to live in the paradox, and we have to think in the paradox, if we want to understand life.
Another example where we deal with a paradox is the factor of time in analysis. Actually, you or I can wake up, can break through the defenses, any minute, right now, and it may take years. Experientially, there is a paradoxical attitude, i.e. I expect that it may happen right now, and I expect it will take years. But if you separate the two poles, if you assume logically that it will take many years, then you will not expect it to happen right now. If on the other hand, you are convinced it will happen right now, you will be terribly disappointed tomorrow if it has not happened.
The question is of inner experience: of being able to feel both attitudes at the same time in spite of the fact that they are contradictory. Also the next example has to do with the attitude toward the patient: For any person whom one really understands or tries to understand, one has a feeling of responsibility. I am responsible for you, because once I get close enough to you, you might say: “You are my brother”, and I am indeed my brother’s keeper. But, at the same time, with equal truth I have to say: “I am not responsible for you at all. You are responsible for yourself; God may be responsible for you, your genes may be responsible for you, the whole universe may be responsible for you, but not me”. But, again, this is a paradox, which one has to experience, because if you tear the two sides apart, then you either feel guilty and you feel an unrealistic responsibility, or you feel irresponsible. In fact you can hardly help anybody; you will only harm him if you only feel responsibility. If you feel only irresponsibility, then you are indifferent and cannot help either. The attitude I am
talking about is again to live in the paradox that both statements—I am responsible, I am not responsible—are equally true, and I live in this, and with this contradiction.
I could give many more examples of such paradoxes, but I will not do that. All I want to do really is to make this point clear, which in our Western thinking is very difficult to grasp fully. This is so strange to us: the true experience of two contradictory facts, two contradictory statements, and the capacity or the willingness to live with these contradictions, and not to think that because they are contradictions, they cannot be true, or cannot be real.

De BEING CENTRALLY RELATED TO THE PATIENT

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Influencia: apuntes finales

Cialdini hace una reflexión en el mejor estilo de la Modernidad Líquida: en aras de la eficiencia, debemos a veces sustraernos de la toma de decisiones bien informada, sofisticada, consumidora de tiempo y recursos, y emplear vías más automáticas, primitivas incluso (cuando compro pasta de dientes, por ejemplo); nuestro entorno es tan complejo, ambigüo, rápido y saturado de información que no nos queda otra vía. A veces, las consecuencias son funestas, claro:

Remember the FBI's infamously misguided assault on Branch Davidian Church headquarters in Waco, Texas? According to an analysis by U.S. Justice Department consultants, during theFBI's 51-day siege of the Branch Davidian's compound, the agency collected so much information that it had to ignore the vast majority of it. said Professor Robert Louden, one of the Justice Department's consultants, "The FBI had such an intelligence information overload that. .. they just fell back on past practice—and since they didn't have any experience with religion, they treated it like a standard barricade" ("Overload of Advice," 1993). The disastrous outcome was that, when the FBI finally attacked, more than 80 sect members died in an act of faith- and fear-fueled self-emulation.
Novedad, transitoriedad, diversidad y aceleración son descriptores primarios de nuestra existencia "civilizada". Esta avalancha de información y opciones es potenciada por los avances tecnológicos. Sin embargo, la Era de la Información no es la Era del Conocimiento. Para ello se necesitaría procesar (acceder, absorber, comprender, integrar y retener).
Unlike the lower animals, whose cognitive powers have always been relatively deficient, we have created our own deficiency by constructing a radically more complex world.
The consequence of our new deficiency is the same as that of the animals' long-standing one: when making a decision, we will less frequently engage in a fully considered analysis of the total situation. In response to this "paralysis of analysis," we will revert increasingly to a focus on a single, usually reliable feature of the situation. When those single features are truly reliable, there is nothing inherently wrong with the shortcut approach of narrowed attention and automatic responding to a particular piece of information. The problem comes when something causes the normally trustworthy cues to counsel us poorly, to lead us to erroneous actions and wrongheaded decisions.
P.D.: siendo un libro interesante y muy reflexivo, al final Cialdini remite más a los tipos de influencia marketinera que buscan aquiescencia o acatamiento, aunque omite a mi parecer precisamente ese tipo de información en procesamiento que supone un nivel superior y que es por ejemplo un recurso esencial en la praxis psicoterapéutica y médica (la retórica de la comunicación y los silencios); digamos que se centra en los mecanismos automáticos irreflexivos más que en el procesamiento de información. En cualquier caso es un libro entretenido, práctico, lleno de ideas, experimentos y observaciones muy lúcidas, y esclarecedor de áreas fundamentales del comportamiento interpersonal.

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Influencia VI: escasez.

"The way to love anything is to realize that it might be lost."
G. K. Chesterton


El último factor de Cialdini es "less is best and loss is worst": lo escaso aumenta su valor. Por esto la falta de cortesía tan habitual de atender una llamada al móvil mientras se está en una conversación cara a cara: a cada ring, se reduce la posibilidad de acceder a esa comunicación, y estamos más motivados a no perder que a ganar (aversión a la pérdida). Los folletos que aconsejan a las mujeres revisarse por posible cáncer de mama son más eficaces si hablan de lo que podría perderse que de lo que se pueda ganar. Las referencias a un stock limitado ("últimas unidades") o a un tiempo limitado ("últimos días") fortalecen la presión a pasar por el aro.
La escasez funciona via dos fuentes: lo difícil de obtener suele ser más valioso que lo fácil (¿recuerdan la disonancia de Festinger?) y además las limitaciones a nuestra libertad nos hacen reaccionar con mayor fuerza contra ellas (reactancia psicológica, Brehm). Éste último mecanismo tiene un par de picos vitales conocidos para los padres: los 2 años de edad, y la adolescencia (éstos se centran mucho más en los derechos adquiridos que en los deberes, como todos sabemos; la autoridad parental rígida produce más rebeldía y desobediencia: el efecto Romeo y Julieta).
When something becomes less available our freedom to have it is limited, and we experience an increased desire for it. We rarely recognize, however, that psychological reactance has caused us to want the item more; all we know is that we want it. To make sense of our heightened desire for the item, we begin to assign it positive qualities
Otra área relacionada fascinante es la censura informativa: la prohibición aumenta su atractivo, e incluso su credibilidad. Esto es muy curioso en los juicios con jurado: esa frase tan cinematográfica del juez pidiendo al jurado que no tomen en consideración esa última evidencia (o argumentación) mientras el abogado censurado sonríe maliciosamente (no se puede borrar esa información de la cabeza de los ciudadanos; ahora además la valoran más).
Especially clever individuals holding a weak or unpopular position on an issue can get us to agree with that position by arranging to have their message restricted. The irony is that for such people—members of fringe political groups, for example—the most effective strategy may not be to publicize their unpopular views but to get those views officially censored and then to publicize the censorship.
Ciertos grupos políticos (o miembros) radicales suelen tirar deliberadamente de este fenómeno. También escritores o directores de cine con más marketing que calidad.

Un aspecto importantísimo es la necesidad en psicoterapia y en general en la comunicación médico-paciente de involucrar activamente a éste en el proceso de toma de decisiones; no hacerlo demuestra disminuir la adhesión al tratamiento, quizás al menos en parte como resultado de ese rebote de la reactancia.

El principio de escasez es más potente en dos circunstancias optimizadoras: en primer lugar, lo escaso aumenta su valor cuando esa escasez es nueva, reciente, súbita (más que si han sido escasas habitualmente; esto fue analizado en el ámbito de la revoluciones históricas por James C. Davies: la revolución francesa, la de las colonias americanas, la revuelta negra en USA en los 60, las rusas de principio y fin del s. XX -como no aparezcan los brotes verdes, igual nos cae aquí una-; de igual manera, los estilos parentales incoherentes o arbitrarios generan más rebeldía por esa imprevisibilidad que los estables). En segundo lugar, nos sentimos más atraídos hacia recursos escasos cuando competimos con otros por ellos (por esto los agentes inmobiliarios simpre sacan aquello de "tengo varias parejas muy interesadas en este zulo"; también los grandes almacenes en rebajas ponen el cebo de unos pocos productos muy rebajados, y luego echan las redes en la vorágine emocional que ataca bajo las condiciones de escasez en competencia; otra forma son las subastas).

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18 de agosto de 2009

Influencia V: autoridad.

Unthinking respect for authority is the greatest enemy of truth.”
Albert Einstein

A raíz del famosísimo experimento de Milgram (1961; ideado para el estudio del fenómeno de obediencia a la autoridad, y en principio planteado para ser puesto en marcha en Alemania por aquello del delirio nazi; Eichmann acababa de ser secuestrado por el Mossad y juzgado en Jerusalén) sabemos que es uno de los mecanismos de influencia más sólidos y universales (fue replicado en varios países, y también recientemente).
Antes de llevar a cabo el experimento, el equipo de Milgram estimó cuáles podían ser los resultados en función de encuestas hechas a estudiantes, adultos de clase media y psicólogos. Consideraron que el promedio de descarga se situaría en 130 voltios con una obediencia al investigador del 0%. Todos ellos creyeron unánimemente que solamente algunos sádicos aplicarían el voltaje máximo. El desconcierto fue grande cuando se comprobó que el 65% de los sujetos que participaron como "maestros" en el experimento administraron el voltaje límite de 450 a sus "alumnos", aunque a muchos les colocase el hacerlo en una situación absolutamente incómoda. Ningún participante paró en el nivel de 300 voltios, límite en el que el alumno dejaba de dar señales de vida. (Wikipedia)
No fue la Alemania post Weimar, ni un subgrupo de psicopatones: somos todos. Estamos evolutivamente cableados para, ante la ambigüedad o la incertidumbre, seguir al que parezca tener poder y autoridad de marcar el camino (ya Yahvé le hizo un Milgram a Abraham con aquella orden de cepillarse a su propio hijo...).

La autoridad se transmite a través de tres símbolos típicos: títulos, ropa, y pertenencias de estatus

-Títulos: prueben a decir en una fiesta que son psicoterapeutas: mucha gente creerá que pueden leerles su interior con mirarles a los ojos; te puedes inventar paridas (si ha rulao un canuto, el efecto es más cómico); eso sí, habrá unos pocos que, reactivamente, querrán pillarles haciendo el tonto para decir "los psicólogos están peor que sus pacientes...". Algunos profesionales gustan de forrar las paredes del despacho con certificados de asistencia a congresos y seminarios. Otros ejemplos más serios y trascendentes se dan, por ejemplo, en medicina (en un experimento, el 95% de enfermeras mostró intención clara de administrar una dosis inadecuada de un medicamento...sólo por haber recibido una llamada telefónica del falso doctor X ordenándoles hacerlo). Y éste es simplemente extraordinario:
Take, for example, the strange case of the "rectal earache" reported by Cohen and Davis. A physician ordered ear drops to be administered to the right ear of a patient suffering pain and infection there. Instead of writing out completely the location "Right ear" on the prescription, the doctor abbreviated it so that the instructions read "place in R ear." Upon receiving the prescription, the duty nurse promptly put the required number of ear drops into the patient's anus. Obviously, rectal treatment of an earache made no sense, but neither the patient nor the nurse questioned it.
O el fantástico mundo de las publicaciones académicas:
Peters and Ceci (1982) took 12 articles that had been published 18 to 32 months earlier by authors from prestigious universities and, changing nothing but the names and affiliations of the authors to those of unknowns from "Tri-Valley Center for Human Potential," they resubmitted the articles in manuscript form to the journals that had already published them. Nine of the doctored articles went through the review process undetected and, remarkably, eight were rejected, even though each had been published shortly before by the same journal when it had been submitted by researchers with more prestigious reputations and affiliations.
Un dato cachondo es que la titulitis/estatus afecta la percepción de... la altura física de las personas. De hecho lo contrario es frecuente en animales y mariscales de campo (esas hombreras en los uniformes, sacando pecho, y esos gorrazos).

-Ropa: llevar puesto un uniforme de guardia de seguridad no sólo idiotiza con relativa frecuencia al que lo lleva, sino al que es arengado por aquél. Los trajes de ejecutivo logran también su efecto (en los congresos, si el ponente va en chancletas quédense a la exposición: es muy probable que tenga que superar el escepticismo inicial con ingenio; creo que los trajes clásicos suelen correlacionar con powerpoints aburridos). Pero los uniformes sobre todo son un recurso esencial en los fraudes old school (vestido de revisor del butano o de empleado de Timofónica).

-Pertenencias: aunque la folk psychology asuma (en muchos casos erróneamente) que su simple posesión sea una compensación de infancias carenciales o penes pequeños, los coches deportivos de lujo consiguen que, si se quedan parados en un semáforo en verde, la gente que va detrás les piten mucho menos que a un coche cutre. Caso de que piensen, como yo hice, que esta respuesta diferencial no les sucedería a ustedes (de hecho les pitaríamos más, ¿a que sí?), sepan que lo mismo pensaron mayoritariamente los sujetos que fueron encuestados antes de que quedara demostrada experimentalmente la falsedad de sus prejuicios...justo como el experimento de Milgram. Las intuiciones nos fallan con frecuencia.

P.D.: Cuando estudiaba, mis amigos que hacían medicina me dijeron una vez que su profesión era más poderosa porque podían hacer fácilmente que un señor se bajara los pantalones y meterles un dedito por el ano (palpación rectal, supongo); yo argumenté que mi profesión me legitimaba a demandar una respuesta a ambos sobre si les había gustado (ahora que lo pienso, incluso interpretar diagnósticamente el ejemplo como muestra de una homosexualidad reprimida alimentada por una pulsión sádico-narcisista o algo así). Más allá de la juvenil anécdota, es cierto que las personas buscan con razón al experto precisamente para que éste les oriente/influya, y complementando al rol de bata blanca hay otro de paciente sumiso/pasivo y/o demandante de exhibiciones de experticia (en psicoterapia, sin embargo, es primordial con frecuencia el salir de esas arenas movedizas). La autoridad del experto conlleva una responsabilidad ética inexcusable, y hay múltiples pruebas de violación de la misma (creo que generalmente más por irreflexividad que por maldad) en nuestro ámbito. Los excesos de la autoridad generan además bajas adhesiones a los tratamientos (y el florecimiento de terapéuticas alternativas muchas veces de dudosa efectividad). Una autoridad muy poderosa es la que procede de una de las tres formas de mentira según Twain: la estadística. Otras fuentes: el impact factor, las correlaciones vudú en neurociencias sociales, el retrato de Freud en la consulta, etc.
Quizás el principal fundamento ético (sí, eso que ninguno estudiamos en la facultad) en ciencias de la salud o lo que seamos sea conservar la capacidad de dudar y mantener cierto escepticismo respecto a las certezas, y una mente abierta (aunque al mismo tiempo es preciso tomar decisiones, y también mostrar confianza en lo que uno hace).
Sin necesidad de llegar a lo inmoral o abusivo, en un centro donde trabajo unas horas a la semana creo que soy el único sin bata blanca; los compañeros argumentan en algunos casos (y con seguridad con buena fe) que aumenta la capacidad terapéutica del profesional (por supuesto, es posible, pero resisto cual aldea gala; tengo cierta alergia moral a la autoridad por defecto y a poner lavadoras innecesarias).

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16 de agosto de 2009

Influencia IV: agrado.

"The main work of a trial attorney is to make a jury like his client."
Clarence Darrow


Accedemos con más facilidad a los requerimientos de aquellos que nos caen bien. Esta aparente obviedad además es un factor poderoso. Pero, ¿quiénes nos caen bien?. Hay varios factores que generan mayor agradabilidad:

-Atractivo físico. Genera un efecto halo que arrastra otras atribuciones que hagamos sobre esa persona: a la gente guapa les asignamos talento, amabilidad, honestidad e inteligencia. Esto ha demostrado influir de manera importante sobre elecciones políticas, contratación de trabajadores, y sentencias judiciales.

-Similaridad: nos abrimos más a aquellos que se nos parecen en algo, sean opiniones, orígenes, estilo de vida o vestir. A veces ahí fracasa (o se pone cuesta arriba) una primera sesión de terapia...

-Halagos: pueden producir un efecto muy claro incluso en condiciones donde los sujetos saben que las alabanzas son forzadas!

-Familiaridad: si el contacto se produce en circunstancias positivas. Un experimento: si nos sacamos una foto de nuestro rostro, y una copia especular, a nosotros nos gustará más ésta (es la que estamos acostumbrados a ver en el espejo cada día) pero a los demás les gustará más la original.
El contacto frecuente facilita este agrado mutuo (¿el roce hace el cariño?), lo cual fue una estrategia inicial para luchar contra las actitudes racistas en los USA en los 60. Sin embargo, si ese contacto se da en condiciones de competitividad o conflicto, la tensión nosotros-ellos aumenta. La clave, pues, parece estar en un contacto frecuente en condiciones de cooperación necesaria: ahí sí que hay pruebas concluyentes sobre el efecto positivo y desestigmatizador del contacto.
Otro clásico es el poli-bueno/poli-malo: uno crea miedo y el otro conecta desde la cooperación.

Good Cop/Bad Cop works as well as it does for several reasons: The fear of long incarceration is quickly instilled by Bad Cop's threats; the perceptual contrast principle ensures that compared to the raving, venomous Bad Cop, the interrogator playing Good Cop will seem like an especially reasonable and kind person (Kamisar, 1980); and because Good Cop has intervened repeatedly on the suspect's behalf—has even spent his own money for a cup of coffee—the reciprocity rule pressures for a return favor (Rafaeli & Sutton, 1991). The main reason that the technique is effective, though, is that it gives the suspect the idea that there is someone on his side, someone with his welfare in mind, someone working together with him, for him. In most situations, such a person would be viewed very favorably, but in the deep trouble our robbery suspect finds himself, that person takes on the character of a savior. And from savior, it is but a short step to trusted father confessor.
En terapia, ese equilibrio entre la responsabilidad del paciente y el apoyo "en equipo" del erapeuta es una de esas claves que a veces son delicadas de gestionar.
-Asociación: el mensajero acaba pagando por las malas noticias (ver meteorólogos); de la misma manera, las churris espectaculares del anuncio aumentan la valoración positiva nconsciente de un deportivo (¿para qué va a evolucionar la publicidad, si los clásicos siguen funcionando?). Colocar insignias de Visa o Mastercard aumenta la tendencia al gasto...
incluso en metálico. Los vendedores y los políticos se asocian a gente famosa y admirada (bueno, el PP hace unos años sólo consiguió a Norma Duval, pero ZP et al. se soban con cantautores y escritores sin disimulo; por otro lado diríase que José Coronado es un experto en el tracto digestivo, Federer y Tiger son especialistas en afeitado, y Concha Velasco es una gran conocedora de los misterios fisiológicos de las pérdidas leves de orina).
Unos estudios recientes muestran cómo la personalidad de los logos influye en nuestras actitudes de forma objetivable. Ya se sabía que justo después de ver fotografías de gente anciana, tendemos a movernos con más lentitud, pero además hacer unos tests de creatividad tras exposición subliminal al logo de Apple...mejoraba los resultados, aunque parece que sólo si la creatividad era un objetivo personal relevante para el sujeto. Este efecto incrementador se observaba también haciendo que los sujetos completaran una encuesta sobre el logo de Disney (el grupo control, sobre el de otro canal) y realizaran luego unos tests de honestidad. O el ejemplo de Ariely en Predictably Irrational en que cuando los estudiantes debían recordar los 10 mandamientos (o los que pudieran) antes de realizar una prueba pagada en que podían hacer trampas y cobrar más pasta...!no engañaban en absoluto! (no "lo normal": nada); daba igual si habián recordado 2 o los 10: habían activado el módulo moral asociado.

Un ejemplo que cita Cialdini sobre cómo autorregulamos ese asociacionismo con lo agradable/positivo y que siempre me ha hecho mucha gracia (soy una víctima impenitente) es el uso, referido al equipo deportivo del que uno es aficionado, de la expresión ganamos ... y perdieron.

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1 de agosto de 2009

Influencia III: evidencia social

"Where all think alike, no one thinks very much."—Walter Lippmann

Es más probable que hagamos (o al menos probemos) lo que otra gente está haciendo mayoritariamente. Si uno se pone a mirar a lo alto en medio de una acera, casi nadie se sumará, pero prueba a hacerlo con cuatro cómplices más : hasta un 80% de paseantes se verán influídos (se pararán a mirar o al menos echarán un vistazo rápido mientras caminan). Cuando busco pelis desconocidas para descargar, tiendo a seleccionar las poquitas que son puntuadas por miles de usuarios en IMDB por encima de 7, y casi siempre paso de las de menos de 6. En algunas discotecas ya se ocupan de crear largas colas a la entrada aunque dentro haya sitio de sobra: eso atrae a más clientes (las mamás siempre recomiendan acudir en el mercado a la parada con más compradores). En estudios sobre dolor, el informe subjetivo pero también medidas psicofisiológicas eran de menor intensidad cuando, ante descargas eléctricas, otro sujeto mostraba tolerancia elevada al mismo. Una vez fui de espectador a un programa televisivo de entretenimiento: allí estaba el realizador señalando cuándo aplaudir, animar, incluso reír, para marcar el tono al televidente (lamentable, pero encima funciona, vean los antecedentes operísticos de los claqueurs profesionales italianos del siglo XIX).
Hay dos factores importantes en este efecto: la incerteza y la similaridad.
El primero consiste en que cuanto más ambigüo sea el contexto (y menor la certeza en una respuesta "correcta"), más probable es que se active esta búsqueda de evidencia en los otros, dando lugar a veces al fenómeno de la ignorancia pluralística. Para explicar este fenómeno Cialdini reanaliza el célebre caso Genovese: una chica apuñalada y asesinada en la calle en NY durante más de media hora mientras 38 testigos no llamaban a la poli. Si bien se alude a una difuminación de responsabilidad ("alguien más habrá llamado") hay un segundo factor en juego: Genovese no fue salvada porque había demasiada gente mirando. Si bien la realidad de los hechos puede haber sido bastante menos dramática que el reportaje periodístico (sí hubo al menos una llamada temprana a la poli, y no fueron 38 los que vieron de hecho un apuñalamiento), el efecto se ha reproducido múltiples veces experimentalmente (con actores simulando epilepsia, o desvanecimientos, etc.). Si todos los testigos están en pause buscando en los otros la respuesta adecuada...la respuesta acaba siendo el pause. En cualquier caso, Cialdini dice que no es que vivamos en una sociedad apática, fría y deshumanizada: si hay un único testigo de la petición de ayuda, la probabilidad de respuesta empática es altísima; es la presencia de más gente la que tiende a frenar a los individuos. En relación a esta ayuda al necesitado, el hecho de que los presentes sean extraños entre sí reduce la probabilidad (los hace más dependientes de la iniciativa ajena). El entorno urbano no es en sí deshumanizador, sino más dado a la ambigüedad cambiante, a que haya mucha gente simultáneamente en el escenario, y a menor familiaridad, y por tanto activa la no respuesta de ayuda pero no por falta de amabilidad / sensibilidad, sino por ignorancia pluralística.
El segundo factor de evidencia social es la similaridad: compre usted porque X millones no pueden estar equivocados. Dove se ha hecho un hueco en el mercado de higiene femenina utilizando modelos "normalitas" (treinta y pico, un pelín fondonas). La publicidad nos asalta con actores malísimos que fingen ser el vecino de al lado, y que nos recomiendan consumir esto y lo otro.
Un caso espectacular es el de los copycats: las imitaciones de suicidios, envenenamientos de analgésicos o de alimentos, agresividad homicida en coles, etc. Cialdini revisa las investigaciones de Phillips sobre la influencia de suicidios muy publicitados sobre...muertes no sólo por suicidio, sino por accidentes. Las correlaciones con datos de muchos años son espectaculares y dan que pensar (¿accidentes? bueno, sería una forma "disimulada" de buscar la muerte). Si añadimos la similaridad, el incremento de estas muertes tras el suicidio omnipresente en medios de comunicación se relaciona diferencialmente con características específicas (rango de edad, raza).
Otro análisis detallado de Cialdini es el de los 910 suicidios de los miembros de la secta de Jim Jones en Guayana: en orden, con calma, de buen rollo...Entre otras cosas por el contexto (una secta escapada de San Francisco y aislada en medio de la Guayana) más el hecho de que ante el planteamiento del suicidio colectivo, algunos miembros lo actuaron de manera inmediata, calmada y convencida, y marcaron el patrón para el resto.
En terapia, una aplicación excelente son los clásicos estudios de Bandura de modelado: observar a otro resolviendo el reto fóbico inspira un afrontamiento mucho más eficaz. Esto es eficaz inclusive a partir de filmaciones. El efecto placebo en los antidepresivos parece aumentar en los últimos años quizás porque el impresionante marketing del Prozac et al. ha creado una percepción social de una mayor expectativa de respuesta (un modelo social de qué esperar). Si todos los pacientes son medicados para la migraña y todos los profesionales sanitarios creen en la insoslayable necesidad de ese enfoque, cuando un neurólogo prueba una estrategia cognitivo-conductual, el entorno desconfía. El estudio pendiente en psicología votado hace un año como el más relevante por hacer, implicaba la hipótesis de J Harris en The Nurture Assumption: los padres importan mucho menos que los iguales (similaridad). Los programas para luchar contra el tabaquismo en adolescentes son más eficaces si utilizan a adolescentes como mensajeros. La actitud de aceptación en el terapeuta es un factor de primer orden quizás porque guía al paciente en esa misma aceptación de lo que hay, en lugar de angustiarse por su angustia. Mostrar esperanza también es alimentar esperanza.


¿La defensa ante los posibles abusos? No es fácil, pero pasa por buscar evidencia en contra de la tendencia grupal, y considerar apoyos complementarios distintos de lo que otros similares hacen.

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