23 de diciembre de 2010

Revisionismo navideño


Y con regalo: un puñao sin fin de libros básicamente en inglés, muchos muy recientes y algunos bastante sofisticados, para aquellos que gustan de acceder al conocimiento profesional sin trabas y en pdf:
Psicología y Psiquiatría (con evidentes solapamientos).

Felices fiestas.

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21 de diciembre de 2010

Narrativas y emocionalidad en función del género

Viewer discretion advised: if you are politically correct,
GTFOH.
Otherwise, LOL.





Originales pescados en soberinanightclub.

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20 de diciembre de 2010

Karma's only a bitch if you are

No suelo descargarme por aquí con temáticas más o menos personales, pero como es mi patio, hoy me apetece. No sé si lo leen mas´de 3 personas (dejé de poner el botoncito de seguidores cuando me di cuenta de que incluso miraba la cifra de reojo; no me gusté), pero sepan disculpar el exabrupto como una concesión navideña. Es decir, sáltense el post sin remordimiento: una vez más, está escrito para bí bisbo.

El excelentísimo D. Francisco Santolaya, Presidente ilustre del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos, acaba de llenar el último Infocop (editorial más publirreportaje) con alegaciones de viacrucis del gremio y del estatus diluido de la profesión por culpa del ministerio; reivindica café para todos y tapar bajo la alfombra las carencias formativas porque es un mal común (¡incluso llega a negar que la formación del licenciado sea lamentable!).
Brillante ejercicio de cinismo: ya que no veo manera de escribir un comentario en la web del COP a las palabras del ínclito y maravilloso, me permitiré recordarle aquí, como microcatarsis sin amargura (visto lo visto, más bien con alivio), que cuando obtuve mi flamante plaza de PIR en la 1ª convocatoria nacional del 93, acudí desde el Foro (donde el COP madrileño pretendía convertirme en adalid político de algo) a Valencia a verle, para indagar qué intrépidos planes, ambiciosos proyectos y preclaras previsiones podía el sr. Santolaya ofrecerme como responsable de la-s plaza PIR en Valencia. Respuesta: n. p. i. Ni flowers. Divagaciones etéreas improvisadas en las que sospeché que ni siquiera sabía que tendría bajo su égida una plaza PIR. La impresión de mamoneo singermornings que me causó fue tan radical, que huí del lugar a refugiarme en brazos de los denostados barceloneses (yo es que vivía en Madrid entonces, compaginando un muermo-doctorado con una carrera profesional en desarrollo de jornadas sueltas de peón de albañil en el extrarradio a 4000 pelas las 8 horas), que con sus evidentes carencias, tenían una idea teóricamente más o menos decente y bastante respetuosa al menos de qué pensaban hacer con el invento (fue una buena decisión, creo; entre otras, los catalanes, buena gente, siempre han mostrado una ética más bien anglosajona que los hace un país cuando menos respetable/creíble/anem per feina a pesar de la baba rabiosa intereconomista).
El Sr Santolaya pide ahora mi apoyo (el de todos los profesionales del gremio, supongo) para enaltecer la profesión. No sé si es un caso del habitual cinismo entre los políticos, o simplemente una demostración lograda del Principio de Peter.

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6 de diciembre de 2010

Tenga usted un buen morir...


"La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a
aprenderlo, ya hay que morirse". Ernesto Sabato

Por esto es tan necesario poder observar la propia muerte, o en concreto el cómo mi muerte es capaz de decirme cómo busco mi vida (en otras palabras: ¿cómo me gustaría contemplar mi vida pasada si me quedaran 5 minutos para morir? ¿ me sugiere esto algo sobre cómo estoy viviendo aquí y ahora? Esto es una reflexión esencial).

Desde luego, una de las condiciones de la buena muerte (o mejor, del buen morir) es la libertad (y a ser posible el mínimo dolor y la máxima conciencia, fenómenos cuyo equilibrio supongo no debe ser fácil a veces, pero que en cualquier caso deben estar sometidos a la primacía del derecho personal a decidir). Puesto que la muerte es el envoltorio conceptual de la vida (y viceversa), me encanta imaginar que elijo mi propia manera de morir igual que me gusta imaginar que elijo cómo vivir...

Y decididamente me enerva que no se permita a otros definir su morir (por supuesto, me aterroriza que no se me permitiera a mí). En este sentido, no puedo menos que recomendarles la lectura de un reportaje de Millás en El País hace unos días, sobre la elección personal libre de Carlos Santos (qué extraordinaria presencia moral la de esos voluntarios de DMD).

Y por el mismo precio, el excelente, provocador, reflexivo y muy, muy recomendable telefilm marca HBO (garantía; igualito que tele5) con un excelso Al Pacino, sobre Jack Kevorkian, más conocido como Dr. Muerte: "You don't know Jack", libremente disponible como siempre en torrentz.com y subdivx.com.


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5 de diciembre de 2010

Misturado 8

Estoy muy perezoso, en esas épocas donde asumo que otros expresan mucho mejor que yo las ideas que importan; menos mal que este blog es un poco borderline y carece de estructura, así puedo compartir el tipo de curiosidades que otros volcaron antes a la red (y que en el fondo es el estilo de blogs que más disfruto).

Buñuel: Ateo gracias a Dios.

"La casualidad es la gran maestra de todas las cosas. La necesidad viene luego. No tiene la misma pureza. Si entre todas mis películas siento una especial ternura hacia El fantasma de la libertad, es, quizá, porque abordaba este difícil tema.

El guión ideal, en el que a menudo he soñado, arrancaría de un punto de partida anodino, banal. Por ejemplo: un mendigo atraviesa una calle. Ve una mano que asoma por la portezuela abierta de un lujoso automóvil y que arroja al suelo la mitad de un habano. El mendigo se detiene bruscamente para recoger el cigarro. Otro automóvil le arrolla y le mata.

A partir de este accidente, se puede formular una serie indefinida de preguntas. ¿Por qué se han encontrado el mendigo y el cigarro? ¿Qué hacía el mendigo a esa hora en la calle? ¿Por qué el hombre que fumaba el cigarro lo ha tirado en ese momento? Cada respuesta dada a estas preguntas originará, a su vez, otras preguntas, progresivamente más numerosas. Nos hallaremos ante encrucijadas cada vez más complejas, que conducirán a otras encrucijadas, a laberintos fantásticos en los que habremos de elegir nuestro camino. Así, siguiendo causas aparentes, que no son, en realidad, sino una serie, una profusión ilimitada de casualidades, podríamos irnos remontando cada vez más lejos en el tiempo, vertiginosamente, sin pausa, a través de la Historia, a través de todas las civilizaciones, hasta los protozoarios originales.

Encuentro un magnífico ejemplo de esta casualidad histórica en un libro claro y denso que, para mí, representa la quintaesencia de una cierta cultura francesa, Poncio Pilatos, de Roger Caillois. Poncio Pilatos, nos cuenta Caillois, tiene todas las razones para lavarse las manos y dejar condenar a Cristo. Es el consejo de su asesor político, que teme disturbios en Judea. Es también el ruego de Judas, para que se cumplan los designios de Dios. Es incluso la opinión de Marduk, el profeta caldeo, que imagina la larga sucesión de acontecimientos que seguirán a la muerte del Mesías, acontecimientos que existen ya, puesto que él los ve y es profeta.

A todos los argumentos, Pilatos solamente puede oponer su honradez, su deseo de justicia. Tras una noche de insomnio, toma su decisión y libera a Cristo. Éste es acogido con alegría por sus discípulos. Prosigue su vida y su enseñanza y muere a edad avanzada, considerado como un hombre muy santo. Durante uno o dos siglos, se sucederán los peregrinos ante su tumba. Luego, se le olvidará.

Y, naturalmente, la historia del mundo será completamente distinta."
Continúa interesantísimo aquí, en Ignoria.

Orsai: cuenta atrás para el clic.

Casciari y su colgado colega Chiri prosiguen la aventura editorial más rompedora: una revista sin publi, sin subvenciones, sin intermediarios. Queda hasta el 10 de diciembre, y decenas de particulares ejercen de distribuidores en México, en Londres, en Lima, en el quinto pino. Ya yo la compré de una pizzería que la envía sin recargo. Ellos mismos la pondrán en abierto, en pdf de calidad a partir de Enero:

"Un periodista me pregunta si no tengo miedo de que, en enero, Taringa.net o Vagos.es escanéen la revista y la cuelguen en Rapidshare.

—No —le digo—, lo vamos a hacer nosotros antes que ellos. Habrá un .pdf con la revista completa, salida de master. En alta resolución.

—Pero…

—Si el 10 de diciembre ya no habrá ventas, ¿de qué piratería estamos hablando? ¿Qué carajo es la piratería?

Clic. Siglo ventiuno. Siguiente pregunta."
Yo y tantos compramos la revista y ni siquiera sabemos de qué va, quién escribe. Pero el Gordo sacó con cuentagotas un par de datos, para abrir boca; a mí éste me emocionó:
" Esa misma noche (11 de octubre, hoy hace justo un mes) le escribí a Seselovsky el siguiente mail:

- Ale, una idea. Te mandamos un pasaje de ida a Madrid para que te deporten y pases 48 horas detenido hasta que te manden de vuelta a casa. Queremos saber cómo es ese mundo desde adentro. Puede que te incomuniquen y que te peguen, pero no creo que muy fuerte. Además no te dejarían entrar a Europa durante algunos años. Te pagaríamos equis plata por la molestia. ¿Lo ves muy descabellado? Abrazo, Hernán.

A los diez minutos nos vino la respuesta por mail:

- Dale. ¿Cuándo lo hacemos? Para mí sería óptimo la semana que viene, porque en diciembre presento mi nuevo libro Trash y tengo que estar acá.
Abrazo, Ale.

Nos quedamos con Chiri mirando su respuesta en silencio. Supimos que Seselovsky estaba más loco que antes, y que era mejor periodista que nunca.

La “Crónica del deportado” es uno de los contenidos que más me gustan del número 1 de Orsai. También es la más cara de las producciones: abogados acá y allá, pasajes, producción, hotel por si Seselovsky pasaba la frontera, etcétera.
Alejandro salió de Buenos Aires cuando Kirchner estaba vivo, sufrió cincuenta y dos horas de presidio y el gobierno español lo devolvió a Ezeiza cuando Argentina ya era otra.
A su regreso me escribió:

- Casciari, estoy de vuelta en la ex patria K. Los resultados de mi experiencia en Barajas son de diez sobre diez, por lo menos en términos de lo que fui a buscar. Para decirlo más fácil, no me podría haber ido mejor. Estuve 47 horas detenido en la zona de no admitidos, fui entrevistado por polis, defendido por abogados puestos por el Estado español, y compartí desayuno, almuerzo, merienda y cena con un rumano que me explicó por qué robar whisky en Madrid es tan redituable para rateros como él, con una nigeriana que lloraba todo el día en el teléfono, con tres brasileñas evangélicas convencidas de que Cristo las iba a hacer entrar a España; en fin, docenas de historias. Saqué fotos clandestinas, te las adjunto. Hay un elemento que me traje que está bueno para usar: lo que está escrito en las paredes de ese limbo. Los deportados dejan grafitis. Copié la mayoría, porque tengo ganas de armar la crónica con esas frases como subtítulos. Es una boludez que hago a veces. Yo dejé un grafiti también, detrás de una de las camas: “Alejandro Seselovsky estuvo acá, para Orsai Revista, el 26 de octubre de 2010”.

Al recibir ese mail, con Chiri supimos que estábamos haciendo la revista que habíamos soñado."

El resto del backstage aquí, muy divertido el robo inspirador. Y si han de poner publi, al menos que fuera como esta muestra. Genial aire acondicionado.

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10 de noviembre de 2010

Errare pulchrum est

Me embelesa leer libros sobre matemáticas: no entiendo prácticamente nada de la materia en sí (excepto generalmente los primeros dos capítulos, que suelen ser para gente limitada como yo), pero subyace en la disciplina una belleza (fanática y casi obsesiva) que me entusiasma. Leyendo El enigma de Fermat (S Singh) me topé anoche con esta joya estético-filosófica, toda una declaración de principios del arte de saber vivir (es una muestra de admiración de Shimura, un joven matemático japonés, por un compañero aventajado, Taniyama):

" [Él] tenía el don de cometer muchos errores, casi siempre en la dirección correcta. Lo envidiaba por ello y traté en vano de imitarlo, pero me resultó muy difícil cometer buenos errores".



Poético, sabio, extraordinario.

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7 de noviembre de 2010

La revolución necesaria

Sir Ken Robinson es un fulano que descubrí hace un par de meses pero que sincrónicamente se me aparece últimamente hasta en la sopa. Y no es que no me guste: de hecho me fascina. Consejero internacional en educación, excelente orador, inspirador, sencillo pero certero, una de esas almas que generan deseo de crecimiento personal sin que te vendan secretos.

Aquí tienen una Contra de la Vanguardia con sir K. firmada por Lluís Amiguet, de hace unos pocos días:

Un día visitando un cole vi a una niña de seis años concentradísima dibujando. Le pregunté: "¿Qué dibujas?". Y me contestó: "La cara de Dios".

¡. ..!

"Nadie sabe cómo es", observé. "Mejor - dijo ella sin dejar de dibujar-,ahora lo sabrán".

Todo niño es un artista.

Porque todo niño cree ciegamente en su propio talento. La razón es que no tienen ningún miedo a equivocarse... Hasta que el sistema les va enseñando poco a poco que el error existe y que deben avergonzarse de él.

Los niños también se equivocan.
Si compara el dibujo de esa niña con la Capilla Sixtina, desde luego que sí, pero si la deja dibujar a Dios a su manera, esa niña seguirá intentándolo. El único error en un colegio es
penalizar el riesgo creativo.

Los exámenes hacen exactamente eso.

No estoy en contra de los exámenes, pero sí de convertirlos en el centro del sistema educativo y a las notas en su única finalidad. La niña que dibujaba nos dio una lección: si no estás preparado para equivocarte, nunca acertarás, sólo copiarás. No serás original.

¿Se puede medir la inteligencia?

La pregunta no es cuánta inteligencia, sino qué clase de inteligencia tienes. La educación debería ayudarnos a todos a encontrar la nuestra y no limitarse a encauzarnos hacia el mismo tipo de talento.

¿Cuál es ese tipo de talento?

Nuestro sistema educativo fue concebido para satisfacer las necesidades de la industrialización: talento sólo para ser mano de obra disciplinada con preparación técnica jerarquizada en distintos grados y funcionarios para servir al Estado moderno.

La mano de obra aún es necesaria.

¡Pero la industrialización ya no existe! Estamos en otro modo de producción con otros requerimientos, otras jerarquías. Ya no necesitamos millones de obreros y técnicos con idénticas aptitudes, pero nuestro sistema los sigue formando. Así aumenta el paro.

Pero se nos repite: ¡innovación!

La piden los mismos que la penalizan en sus organizaciones, universidades y colegios. Hemos estigmatizado el riesgo y el error y, en cambio, incentivamos la pasividad, el conformismo y la repetición

No hay nada más pasivo que una clase.

¿Es usted profesor, verdad? Las clases son pasivas porque los incentivos para estar calladito y tomar apuntes que repetirá son mayores que los de arriesgarse a participar y tal vez meter la pata. Así que, tras 20 años de educación en cinco niveles que consisten en formarnos para unas fábricas y oficinas que ya no existen, nadie es innovador.

¿Cuáles son las consecuencias?
Que la mayoría de los ciudadanos malgastan su vida haciendo cosas que no les interesan realmente, pero que creen que deben hacer para ser productivos y aceptados. Sólo una pequeña minoría es feliz con su trabajo, y suelen ser quienes desafiaron la imposición de mediocridad del sistema.

Tipos con suerte...

Son quienes se negaron a asumir el gran error anticreativo: creer que sólo unos pocos superdotados tienen talento.

"Sé humilde: acepta que no te tocó".

¡Falso! ¡Todos somos superdotados en algo! Se trata de descubrir en qué. Esa debería ser la principal función de la educación. Hoy, en cambio, está enfocada a clonar estudiantes. Y debería hacer lo contrario: descubrir qué es único en cada uno de ellos.

¿La creatividad no viene en los genes?

Es puro método. Se aprende a ser creativo como se aprende a leer. Se puede aprender creatividad incluso después de que el sistema nos la haya hecho desaprender.

Por ejemplo...

Soy de Liverpool y conozco el instituto donde recibieron clases de música mi amigo sir Paul McCartney y George Harrison... ¡Dios mío! ¡Ese profesor de música tenía en su clase al 50 por ciento de los Beatles!

Y...

Nada. Absolutamente nada. McCartney me ha explicado que el tipo les ponía un disco de música clásica y se iba a fumar al pasillo.

A pesar del colegio, fueron genios.

A Elvis Presley no lo admitieron en el club de canto de su cole porque "desafinaba". A mí, en cambio, un poliomielítico, me admitieron en el consejo del Royal Ballet...

Ahí, sir, acertaron de pleno.

Allí conocí a alguien que había sido un fracaso escolar de ocho años. Incapaz de estar sentada oyendo una explicación.

¿Una niña hiperactiva?
Aún no se había inventado eso, pero ya se habían inventado los psicólogos, así que la llevaron a uno. Y era bueno: habló con ella a solas cinco minutos; le dejó la radio puesta y fue a buscar a la madre a la sala de espera; juntos espiaron lo que hacía la niña sola en el despacho y... ¡estaba bailando!

Pensando con los pies.

Es lo que le dijo el psicólogo a la madre y así empezó una carrera que llevó a esa niña, Gillian Lynne, al Royal Ballet; a fundar su compañía y a crear la coreografía de Cats o El fantasma de la ópera con Lloyd Webber.

Si hubiera hecho caso a sus notas, hoy sería una frustrada.

Sería cualquier cosa, pero mediocre. La educación debe enfocarse a que encontremos nuestro elemento: la zona donde convergen nuestras capacidades y deseos con la realidad. Cuando la alcanzas, la música del universo resuena en ti, una sensación a la que todos estamos llamados.

Hay una excelente (y muy creativa) exposición animada en vileda sobre sus críticas y propuestas en torno a la educación que, si les interesa el tema, es fantástica (basada en una conferencia en la Royal Society for the encouragement of Arts [RSA]) aquí.

Y finalmente una charlita en TED con subtítulos en 38 idiomas (no tienen excusa).

Hace 2 semanas yo, producto de 6 colegios (sin contar preescolar) previos a la Uni (públicos la mitad de ellos), diletante errante y en gran medida autodidacta, superviviente a maestros torpones sin pedagogía la inmensa mayoría y con la mano suelta unos cuantos, camaleón adaptado y readaptado sin traumas de consideración ni aparentes deficit irreparables, sin embargo matriculé a mi enanita (2 añitos) para el curso que viene en un cole (británico, por cierto) que me da que al menos apunta con decisión hacia este paradigma renovador (y que ya veré cómo pago, pero lo haré con muchísimo gusto). Pues bien, hace un rato supe por qué me sedujo este centro, y por qué renunciaré a cualquier gestión institucional que siga intentando contagiar mediocridad macdonalizada a mi pichichi. Este es el (hermoso) final de la charlita TED de sir Ken...
Quisiera leer un poema rápidamente, es muy breve, de W.B. Yeats, que alguno de ustedes tal vez conozca. Escribió esto a su amor, Maud Gonne, y estaba lamentándose del hecho de que no podría realmente darle lo que pensaba que ella quería de él. Y le dice: "Tengo algo más, pero no puede ser para usted."

Yeats dice:

"Si tuviese yo las telas bordadas del cielo,
Recamadas con luz dorada y plateada,
Las telas azules y las tenues y las oscuras
De la noche y la luz y la media luz,
Extendería las telas bajo tus pies:
Pero, siendo pobre, sólo tengo mis sueños;
He extendido mis sueños bajo tus pies;
Pisa suavemente, pues pisas mis sueños.."

Y cada día, en todas partes,nuestros hijos extienden sus sueños bajo nuestros pies. Y debemos pisar suavemente.

Muchas gracias. (Aplausos)

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22 de octubre de 2010

Caunadas y otros misterios


A) Unos tipos publican un estudio en que aleccionar a unos jugadores de golf sobre cómo corregir el tiro crea resultados contradictorios: mientras unos sobrecompensan (corrigiendo en exceso), otros muestran un efecto irónico en que el error se agranda precisamente en la dirección contraria. Buscamos platónica y desesperadamente los mecanismos mentales universales (aunque falta sutileza: por ejemplo, el factor caracterial que no ha sido explorado en este caso entre orientados al deber y reactantes; claro que si uno lo mira bien, es una reificación). Al final me temo nos va a salir un mapa de las dimensiones de la realidad (virtualmente infinito), y claro, eso es un mapa poco útil como tal...


B) Otros tipos, con otros golfistas (dan juego, los jodíos), observan en SciAm que el uso de amuletos creíbles y creídos (es decir, la superstición) mejora de forma evidente sus resultados. Es como Nadal evitando pisar las líneas blancas de la pista y colocando sus botellitas de agua obsesivamente en el círculo de humedad marcado. Mírenlo como quieran: efecto placebo, aumento de auto-eficacia, disminución de la ansiedad por percepción de control, etc.; nada nuevo.

La gracia suprema del efecto placebo (o de la creencia en general) es que aunque el trasfondo evolutivo del mismo, su mecanismo, y su existencia universal estén más o menos documentadas (o sean documentables), el contenido es extraordinariamente idiosincrático: vamos, que el poder del significado, la creencia, la expectativa, es el de ser cuencos vacíos que cada cual rellena a su manera (conscientemente a veces, sin darse cuenta las más), lo que hace que los universales en verdad no puedan serlo, que siempre haya más que lo que parece (o al menos otra cosa), y que a veces sólo la introspección cuidadosa parezca ser capaz de iluminar débilmente (con lo limitado que eso es si la intención es crear una ciencia fuerte - posiblemente un objetivo erróneo en sí mismo).


Mientras, los que dicen tener la ciencia de su lado se siguen apoyando mal: resulta que la mismísima reboxetina (Norebox, Irenor) los dejó tirados (no sólo es ineficaz, sino una verdadera putada). Ni el supuesto efecto placebo potenciado de sus side effects les hace pasar el mínimo (lo cual de rebote debilita las hipótesis psicologicistas de Kirsch; es todo un poco confuso). Les dejo la imagen del excelente artículo de Neuroskeptic, que vale más que mil palabras.


Conclusiones:

1. Ca uno es ca uno y tiene sus caunadas.

2. Tanta información y tan poco conocimiento. Vamos a tener que hacer un uso inteligente de la ignorancia, no queda de otra.

3. Es atractivo el Saber, pero es fascinante que, en el fondo, no se pueda Saber. No es que me recree en la ignorancia ni me deprima nihilísticamente, sino que esta percepción me genera una curiosidad placentera y tensa a la vez, como cuando leo un thriller buenísimo y veo que me quedan pocas páginas, y deseo no llegar al final. Posiblemente por ello en la colección de blogs recomendados (y en sí en el fenómeno global del bloguero inquieto, supongo) hay tantos outsiders heterogéneos, tanto contribuyente inconformista, tanto buscador (recién incorporado: postpsiquiatría).

Hasta esta cita, que haría vomitar a Richard Dawkins, me acaba gustando:
Todo puede entenderlo el hombre, pero sólo mediante aquello que no puede entender. El lógico desequilibrado se afana por aclararlo todo, y todo lo vuelve confuso, misterioso. El místico, en cambio, consiente en que algo sea misterioso, para que todo lo demás resulte explicable.

GK Chesterton, "Ortodoxia"

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Terapia Cognitiva explicada a los niños

Imagen de Jim Benton.com

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21 de octubre de 2010

Psicoterapia del Este (breve intro)


Christophe André, médico psiquiatra y psicoterapeuta. Budista.

IMA SANCHÍS - 11/09/2010 (La Vanguardia)

He visto una paloma muerta y me he puesto triste...

Ha recibido una información del exterior que le ha provocado un estado de ánimo, un clima mental.

Metamorfosis silenciosas.

Los estados de ánimo son emociones muy sutiles, pero definen nuestra vida emocional mucho más que las emociones fuertes, que radicalizan y simplifican nuestra percepción de los acontecimientos. Las emociones nos empujan a la acción, y los estados de animo, a la reflexión.

A veces no sabemos qué hacer con lo que sentimos...

Yo más bien diría que no sabemos exactamente qué sentimos y entonces caemos en la cavilación - darle vueltas incesantemente a lo que nos pasa-o la huida; pero cada vez que rechazamos sentir nuestros estados de ánimo, el problema persiste. Lo que hay que hacer es escucharlos, tienen un mensaje para nosotros. El análisis de los estados de ánimo nos vuelve más inteligentes.

Hay que saber hacerlo.

Primero aceptación y después acción, nunca reacción o negación. Aceptar nuestros dolores deja sitio a nuestras dichas, y volcarse (transitoriamente) en uno mismo permite volcarse hacia el futuro; pero aceptar la tristeza no significa sumirse en ella. Y hay que distinguir entre cavilar y reflexionar.

¿Cómo distinguirlo?

Las cavilaciones surgen de la pregunta ¿por qué?:¿por qué he tomado esa decisión?, ¿por qué me ha pasado a mí? La mejor pregunta para ver más claro es cómo:¿cómo hacer para que el problema no persista? Eso es reflexionar. El por qué es una pregunta intelectual, cómo es observación. Conocer cuál es mi experiencia cuando me siento mal trae lucidez para enfrentar el problema.

Los estados de ánimo pueden cambiar varias veces en un mismo día.

Lo deseable sería dar a cada estado de ánimo la respuesta que le corresponde, pero solemos dar a todos la misma respuesta. La herramienta adecuada es la introspección, detenerse y preguntarse qué estamos sintiendo, pero resulta difícil, muy difícil.

No me desanime, doctor.

Un recurso valioso es la meditación de plena consciencia, es decir: estar presente en la experiencia del momento que estamos viviendo, sin filtro, aceptando lo que llega; sin juicios de valor y sin expectativas.

¿Por qué pesan más los estados de ánimo negativos que los positivos?

Nuestro cerebro está cableado así, nos atrapa más lo malo que lo bueno. Cuando estamos en calma, frente al mar por ejemplo, no nos permitimos disfrutarlo, enseguida nos viene a la cabeza un pensamiento del tipo "debo..." o "hubiera tenido que...". En lugar de estar en el instante presente, vivimos en la anticipación o en el rumiar.

Hay situaciones y sentimientos ante los que no tenemos respuesta.

Hay que aceptar que el misterio existe, pero queremos tener respuestas para todo. La persona ansiosa es la que soporta mal la incertidumbre. La tendencia a la preocupación reposa sobre una intolerancia frente a la incertidumbre.

¿Cómo regular la inquietud?

Entendiendo que no podemos controlarlo todo y que los problemas forman parte de la vida, aceptando la incertidumbre; pero preferimos llenar el inquietante vacío de la incertidumbre actuando o anticipando. Nos apegamos a lo que debería ser en lugar de a lo que es.

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9 de octubre de 2010

¡Al abordaje!


“Forbid a man to think for himself or to act for himself and you may add the joy of piracy and the zest of smuggling to his life”

Elbert Hubbard (1856-1915)

Me muerdo los muñones a la espera inmediata de mi nuevo Kindle 3 wifi de Amazon. Por 105 euros (más 36 por portes desde USA e impuestos incl.). Lo más parecido (en versión de más baja calidad, y sin wifi encima) me cuesta unos 260 en España (¡olé!).

Claro que luego González-Sinde me pedirá (luego me amenazará) que juegue limpio con las reglas de la industria, del capitalismo de toda la vida, de la oferta y la demanda. ¿Y qué puedo hacer si la oferta es gratis? Pues demandarla (inspirado por la siguiente cita de un destacado productor musical:"bajar precios [...] me parece un error: es ponerse al nivel de los piratas"). Si ya me pide que me lo monte con Libranda (grotesca versión nacional de amazon a lo pepe gotera y otilio), me dará la risa tonta.

Interesante y extendido tema el pirateo. En mi sector, sin ir más lejos: véanse la infinidad de "terapeutas" que con cursillos de 3 semanas en Gestalt o Reiki se convierten en especialistas de la salud mental (o en terapia cognitiva y auspiciados por la Soc Esp de Médicos de Primaria, recuerden). No es que me moleste personalmente: a veces me preocupa porque generalmente es como una fotocopia muy cutre que cambiara las letras de sitio y las volviera borrosas, y alguna gente (no toda, es cierto) sale trasquilada; pero eso sucede también en ocasiones entre reputados licenciados con especialidad, y viendo cómo funciona el proceso en curso de legitimación de la especialidad de clínica en españa, no sé si estamos mucho mejor. Eso sí, lo de prohibir me da repelús en principio.

Volviendo al tema digital: casi seguro que el consumo de cultura sin cotizar es moralmente reprobable. Sin embargo, hasta ahora, no podía leer Patria de Robert Harris (o Roberto Arlt, entre otros muchos que busqué comprar) porque está descatalogado. Por otro lado, El caso del viaje al Oeste (las aventuras del Rey Mono), antes en 3 tomos: fui tan ingenuo de comprar hace 15 años el primero de ellos, y tardaron 10 años en tener disponibles (reeditados) los otros 2 (aunque aparecían en fondos; eso no se hace, oiga). La historia de las ideas y creencias religiosas de Eliade cuesta ¡135,80! (es otra línea argumental posible). Y, claro, si luego hay desalmados que me ponen a huevo Nunca la jodas (trilogía negra de estocolmo II; extraordinario el I) o Narrenturm pues me falla toda moral. Todo esto está en el horno, esperando, y mucho más: las puertas de la percepción abiertas de par en par.
¿Qué decir de los textos profesionales? De casi todos en que participé hace años, jamás vi un duro (era "amor" -impuesto- al CV). Puestos ya a que el Mal me corrompa y a que este blog contenga aún algo relacionado con la psicología, les sugeriré en voz baja (luego me fustigaré un rato) la excelente Doing Couple Therapy: Craft and Creativity in work with intimate partners, de Robert Taibbi, que gente sin corazón ha volcado a la red (aquí), y encima incluyen el Clinical Handbook of Mindfulness (aquí): dónde vamos a ir a parar. Para los más clásicos: Terapia Cognitiva de los Tr. de Personalidad, de Beck y Freeman (aquí). Y para los que carecen de medios para acceder a las publicaciones especializadas, pásense por mysharing2010.com.

Conclusión: carezco de argumentos sólidos y definitivos, pero de momento no tengo necesidad íntima de ellos; eso sí, asumo desde ya que arderé en el infierno (¿digital?). Mientras tanto difundan el mensaje (o los links).

No obstante, si esta amoralidad me tienta con el vicio de la cultura/formación por la patilla (soy débil, Dios mío), aún queda romanticismo de vieja escuela: lean si no el interesantísimo salto al vacío de Casciari y su colega que, abandonando el laburo seguro del establishment en ElPaís y LaNación, se inventan una revista a partir de Enero de 2011 de precio personalizado y equivalente por países, saltándose la intermediación vampírica, y para mayor aroma suicida, con el compromiso de colgar gratis en pdf para los no pudientes o directamente agarraos. Bello; lo siento sra. ministra: a tipos así si me complace subvencionarlos. Recréense con la ingenua y maravillosa aventura editorial y literaria del intrépido gordito argentino (en Orsai, cap. 1 y cap. 2, por ahora) y consideren su apoyo a la causa.

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4 de octubre de 2010

Banksy strikes again

Banksy is a graffiti artist with a global reputation whose work can be seen on walls from post-hurricane New Orleans to the separation barrier on the Palestinian West Bank. Fiercely guarding his anonymity to avoid prosecution, Banksy has so far resisted all attempts to be captured on film. Exit Through the Gift Shop tells the incredible true story of how an eccentric French shop keeper turned documentary maker attempted to locate and befriend Banksy, only to have the artist turn the camera back on its owner. The film contains exclusive footage of Banksy, Shepard Fairey, Invader and many of the world's most infamous graffiti artists at work, on walls and in interview. As Banksy describes it, "It's basically the story of how one man set out to film the unfilmable. And failed"

La sociología del arte moderno en forma de ironías carcajeantes, enroscadas en sí mismas, hasta que uno no sabe qué es real y qué no. Aunque parece seguir la huella del indómito Banksy, el documental (¿falso?) es una mirada rompe-esquemas, absurda, y divertidamente inteligente, sobre cierta modernidad a través de un personaje hipomaníaco (Mr Brainwasher) absolutamente alucinante (yo pagaría por hacerle terapia). Para repensar, y de paso reírnos de aquello humano, demasiado humano, que envuelve los mass-media, la fama, y la vanidad del arte: todo eso y más es Exit through the gift shop.


Se estrena el 8 de octubre (pero desde hace semanas en la red): es con mucho lo mejor del año (con permiso de Toy Story 3). Están avisados.

(Galería de obras de Banksy:

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2 de septiembre de 2010

Espías, empatía y Shoah


Leo hoy que Wiesenthal era agente del Mossad: una vez leído parece previsible...y da inicio el encaje algo tangencial y desparramado de varios asuntos que me bullen en las últimas semanas:

Siempre me fascinaron las tramas de espionaje (preferentemente Berlín en la guerra fría y/o dondequiera que el Mossad apareciera), y hace tiempo, espiándome a mí mismo, sospeché que ese interés tuvo mucho en común con mi deriva profesional hacia la psicoterapia. No hay sesión más fascinante que la primera: uno lo desconoce todo (hasta en las derivaciones lo prefiero así) y nada es lo que parece (o sí, vaya usted a saber).
Ayer veía un capítulo (S01E04) de una nueva serie de slow TV (Rubicon) cuyo personaje principal es un tipo que es analista en una agencia de inteligencia americana. Me encanta de esta serie su lentitud, la pausa, la aparente ausencia de un argumento reconocible, y sin embargo simultáneamente el olor a intensidad que subyace, y sobre todo la confirmación de que cierta TV se emparenta cada vez más con la literatura: los diálogos, muy buenos, priman absolutamente sobre la imagen.
Lean estos dos párrafos sobre el trabajo del analista político internacional en busca del mal, y descifren las similitudes (que no equivalencias) y diferencias con la psicoterapia:

"- Cuando saliste de casa esta mañana llevando esa corbata,tal vez tu esposa te detuvo en el umbral de la puerta. Quizás te dijo lo bien que te quedaba esa corbata, lo bonita que era. Aunque estoy seguro de lo mucho que quieres a tu esposa, sugeriría que deberías permitirte desconfiar de su juicio sobre esa corbata. Quizás tiene un buen recuerdo de otro momento en que la llevaste, un vínculo sentimental, o quizás conoce tu colección de corbatas y está contenta de que no eligieses una de las que no le gustan. Quizás ella notó que te sentías un poco frágil; quizás quiso levantarte el ánimo. Imagina por un momento que tú te sientas aquí con nosotros, y te digo lo mucho que me gusta esa corbata. Inmediatamente tendrás una opinión más, pero tú no me conoces. No hay nada personal entre nosotros. No tenemos una historia de amabilidad educada entre nosotros. Ni vínculo emocional. ¿En el criterio de quién confiarías, en el mío...o en el de tu mujer?
El caballero de mi derecha es un inteligente analista. Es experto en conocimiento de patrones, análisis de sistemas, teorías emergentes, pero la verdad es que su mayor activo es que no le conocéis ni él a vosotros. No va a sufrir por tí, ni le incomodarán tus reacciones. Sólo sabe...cómo es tu corbata.
Puedes confiar en él."

"- ¡Nuestra información es incompleta!
- Ésa es precisamente la naturaleza de la Información."

"- Sólo datos y decisiones. Y nosotros para conectar los puntos.
- ¿Y la moralidad? ¿Y los valores?
- No es nuestro trabajo. Los valores son para los políticos, no para los analistas"


Éste último es un debate interesante. Para mí el eje de la psicoterapia no puede eludir la cuestión de los valores (es más, es el centro de la psicoterapia de fondo); algunos sin embargo sienten pavor y los despachan no desde la neutralidad (que es en general deseable) sino desde la asepsia. En ese sentido, pues, no me identifico para nada, pero ya ven el juego que puede dar una de espías.

Por otro lado, el contenido de esa noticia no sólo ha de ver con el espionaje (o el análisis de información, eufemismo más moderno) sino con la Shoah que clama venganza. Y me recuerda que tristemente la Shoah sólo puede elegir entre la venganza/justicia y el perdón, porque aunque tiene la compasión de su lado de forma casi universal, nunca parece poder reclamar la empatía: esa es la maldición del superviviente de la Shoah. Me explico:

-Compasión: la emoción de conexión con el dolor de otro, que nos incita a desear su alivio o mejoría.

-Empatía: el acto global de colocarse en el marco de referencia interno de otro, cognitiva y afectivamente (al menos de manera ideal).

Por ejemplo, uno lee Las benévolas y puede empatizar con el oficial de las SS Maximilian Aue, pero (quizás a causa de lo lograda que está la representación interna) difícilmente sentirá compasión (a mí la náusea me tiene a medias en el libro); pero puede ver o leer El lector y empatizar pero también compadecerse de la ex-guardiana nazi Hanna Schmitz, incluso en la parte central del juicio, encerrada en su ceguera, sin atisbo de conversión. En el otro bando, El Pianista del gheto de Varsovia, o Si eso es un hombre evocan esa compasión desde la página uno, pero sufren asimismo la imposibilidad de la empatía entre otras cosas porque, como Primo-Levi decía, el lenguaje de un superviviente a un campo de exterminio ya no es compartido con el resto de la humanidad: hambre, por ejemplo, ya no significa lo que hambre es para los otros: ¿qué lenguaje habría que inventar para poder comunicar esa experiencia imposible?.

Entonces por primera vez nos damos cuenta de que nuestra lengua no tiene palabras para expresar esta ofensa, la destrucción de un hombre.

Es hombre quien mata, es hombre quien comete o sufre injusticias; no es hombre quien, perdido todo recato, comparte la cama con un cadáver. Quien ha esperado que su vecino terminase de morir para quitarle un cuarto de pan.


La soledad trágica que anticipaban Primo-Levi y tantos otros era el problema de la supervivencia: ¿quién les iba a creer? Esa realidad tan irreal y monstruosa, esa experiencia inefable, no puede beneficiarse de la empatía, porque es imposible acceder a ese marco interno. Quizás por eso las páginas de tantas memorias de supervivientes hacen comentar a muchos lectores: "¡qué serenidad, qué entereza, qué calma al revivir ese drama!"...cuando posiblemente lo que hay es un ser humano solo, distante, en un planeta lejano e incomprensible.

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2 de julio de 2010

Editorial gráfico: DSM-5 y el riesgo de sobrepsicopatologización

Via soberinanightclub.

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¡Proceso!

Neuroskeptic tiene un post sobre la evolución de distintos conceptos y enfoques en salud mental en la literatura PubMed en los últimos 50 años. La conclusión aparente es que el psicoanálisis ha muerto, o al menos tiene un EEG plano: su producción científica es invariable (y muy baja) mientras antidepresivos, ansiedad, y sobre todo (proporcionalmente) la terapia cognitivo-conductual (TCC) han emergido como nuevos líderes del saber científico. A primera vista parece eso: una gráfica reflejo de la cientificidad en el campo de la salud mental, de progreso sin parangón. Sin embargo, yo diría que es también una gráfica político-económica.
Dicen sus defensores que el psicoanálisis no juega en la liga PubMed: está más pendiente de las escuchas, los silencios, y no me parece que la cura (o su acepción estándar) fuera su objetivo primordial. Y sin embargo debería concedérsele algún tipo de legitimidad (no científica, es cierto, pero sí como aportación al conocimiento, al menos desde la observación y también desde el descubrimiento de conceptos fundamentales de la relación terapéutica). Así como eludir cualquier acercamiento desde la ciencia no es muy defendible, tampoco lo es usar PubMed como Canon Totémico.

Pero más allá de esta sorprendente defensa personal del psicoanálisis (nunca lo hubiera sospechado de mí mismo), lo que me preocupa es que a estas alturas la psicoterapia progrese a través de alianzas con el pensamiento único (que no es per se la psiquiatría biológica, sino la autocomplacencia onanista; PubMed es el oráculo del establishment) y reduciendo su capacidad de profundización y autocrítica (estando ampliamente formado en TCC, y aplicándola en el fondo aunque no siempre en las formas con una proporción importante de mis pacientes/clientes, me siento legitimado a señalar que sus aplicaciones no son ilimitadas, y en cualquier caso son poco estandarizables; de la literatura existente parecería que sucede como con los ISRS, que sirven pa tó). Agotar la psicoterapia en el camino que plantea la TCC muestra una exasperante ausencia de ambición (o una ambición exclusivamente política o de venta del producto - no muy distinta de las acusaciones que se hacen a Big Pharma).

Como es muy fácil ponerse punky y arrasar con todo, este post sería más incompleto de lo que es sin ofrecer una sugerencia constructiva (de hecho todo lo anterior es un preámbulo superficial para ofrecer un link). Hace unas semanas topé con un libro en la red que viene a representar la aproximación a la psicoterapia (al proceso) que hubiera necesitado (desesperadamente, además) cuando hacía la carrera, y la residencia (y después, supongo, pero en aquellos primeros tiempos era urgente encontrar un mapa, y nos lo teníamos que inventar por libre, sorteando campos minados y con muchas bajas por el camino). Esta referencia impagable (en todos los sentidos: es un regalo de la Red) y que me veo moralmente obligado a compartir con los necesitados, se llama Principles of Counseling and Psychotherapy: Learning the essential domains and non-linear thinking of Master practitioners (Mozdzierz, Peluso y Lisiecki. Routledge, 2009, aquí). El primer párrafo del prefacio revela las intenciones, y debo decirles que si les interesa el tema no les defraudará.



If I have seen further it is by standing on [the] shoulders of Giants.
Sir Isaac Newton, 1676

As odd as it may seem, this text has a “story” to tell—it contains a narrative of sorts. The theme of the narrative concerns evolution, and as such it represents the growth in our collective understanding of how counseling and therapy work—their effective ingredients and how they work together in a sequence of sorts. As our understanding has evolved, it is clear that there has always been much to be learned from what master practitioners do when they interact with their clients, but there is even more to learn from how they think about things therapeutic.


[...] The evolution of the thinking that we describe is not absolute—few things seem to be. Rather, it is heuristic, and meant to help counselors and therapists develop their thinking to evolve further.

[...] emphasis seems to have moved more toward the technical and mechanical aspects of what to say and how to say it, pinpoint pigeonhole diagnoses, psychopathology, risk management, and so on, rather than a more acute focus on developing and shaping the critical and refective thinking that enables a practitioner to know how to provide clients what they need. We do not believe that this needs be the case and offer our work as a way of conceptualizing how to think like a counselor and therapist.


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21 de junio de 2010

Por qué la flibanserina no puede replicar el éxito del viagra

La FDA tumba la aprobación de la flibanserina para la disfunción sexual femenina. Habrá que currárselo al viejo estilo.

Imagen via soberinanightclub.

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19 de junio de 2010

Misturado 7

Literatura: Borges y yo (por JL Borges)




TV: Breaking Bad

Un profesor de química recién diagnosticado de cáncer decide manufacturar metanfetamina en compañía de un ex-alumno laja como via a garantizar la independencia económica de su familia cuando el bicho se lo lleve. Con tonos ocasionales de humor negro y giros de guión extraordinarios, es un retrato del Bien jugando a las reglas del Mal en una atmósfera densa y penetrante en que, según se ve, el Mal nunca acaba de ganar del todo, pero nunca puede ser derrotado: pesimismo lúcido y no obstante aguantando una leve esperanza. Excelentes actores, fotografía, guión. Imperdible. Comparen esto con el 99% del cine que puedan conseguir legal o ilegalmente: este es el nuevo arte.



Deporte: Psicología del penalty

Como hay psicólogos para todo, y han de ganarse la vida con sus becas y cosas así, resulta que algunos han analizado el lanzamiento de penalties; aprovechando el Mundial, y antes de que nos dejen fuera, ahí van unas sugerencias científicamente elaboradas que han aparecido en los últimos años en revistas de psicología deportiva:

1- Ignorar al portero (si se intenta tirar lejos del portero, se falla más que si se fija la atención en una zona concreta; por otro lado, un portero enfundado en jersey rojo parece tener más capacidad de provocar un mal lanzamiento)

2- Lanzarlo tomándose un tiempo (la rapidez es mala consejera)

3- Celebrarlo de forma ostentosa y a ser posible desafiante con el rival

4- Sobre todo, tirarlo justo en medio de la portería: los porteros se sienten presionados a lanzarse a los lados por el sentido de ridículo de hacer la estatua (se les supone que han de hacer lago, no pasmar ahí en medio...).


Enlaces: aquí, aquí, y aq.


Cine: Mary & Max

Es el 1% excepcional que comentaba en Breaking Bad: cine de animación con plastilina, pero Cine.

Max es una señor con Asperger que vive en Nueva York y que por azar contacta con Mary, una niña australiana que vive en un entorno sumamente disfuncional; así comienzan una relación epistolar en que los dos patitos feos, unidos por la soledad, navegan desde la esperanza y la alegría al dolor y al perdón, en un ejercicio de empatía contagiosa que precisa de plastilina, mucha paciencia, y un guión que "es inocente pero no naive, mientras nos lleva en un viaje que explora la amistad, el autismo, la taxidermia, la psiquiatría, el alcoholismo, de dónde vienen los bebés, la obesidad, la cleptomanía, las diferencias sexuales, la confiuanza, la cópula entre perros, la diferencia religiosa, la agorafobia, y mucho, mucho más" (de la web de la peli).

No se estrena en España. Olé.

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15 de junio de 2010

La intuición de Gigerenzer

Recientemente, y quizás como movimiento pendular desde el exceso racionalizador y objetivizador presente en el marketing actual en la medicina, el campo de la intuición ha recibido un impulso notable (desde el cero, eso sí), sobre todo como uno de los ámbitos en que probablemente más se moverá la investigación psicológica en los próximos años. El principal problema, por supuesto, es el de su definición: en MindHacks se citaba hace unos días un artículo de revisión del tema más o menos amplio en que desafortunadamente se acababa mezclando intuición con sesgos cognitivos (atencionales, de razonamiento).

Intuición puede ser correctamente definida como "juicio con carga afectiva que surge a partir de asociaciones rápidas, no conscientes y holísticas". Hay dos procesos diferenciables de procesamiento de información: uno contextualmente dependiente, asociativo, heurístico, tácito, intuitivo e implícito/automático (y relativamente poco demandante respecto al uso que hace de recusrsos cognitivos; eso sería la intuición), y otro contextualmente independiente, basado en reglas, analítico y explícito (más lento y demandante). Adicionalmente podemos decir que la intuición se usa en decisiones que implican múltiples dimensiones, se basa habitualmente en un almacén amplio de experiencia previa, caracteriza (aunque no es exclusivo, claro) a los expertos, es difícil de articular consciente y verbalmente como proceso, y supone habitualmente una alta dosis de confianza personal.
Jung, que fue el primero en ponerla en el mapa de la psicología moderna, lo vinculaba a una disposición de personalidad, pero parece que es más universal, aunque las horas de vuelo ayudan mucho en el fortalecimiento de una intuición amplia, desarrollada y eficaz. Kahneman y Tversky mostraron nuestros sesgos cognitivos como ejemplo de que nuestras habilidades de razonamiento lógico-analítico eran más bien limitadas, pero esto centró una imagen de la intuición confusa y distorsionada, como si fuera el otro bando, el enemigo del ideal Razón, como si todo heurístico fuera una aproximación distorsionada y defectuosa a la realidad. Desde la psicoeconomía se insiste en la necesidad de reconocer la irracionalidad de nuestras decisiones, desde el movimento de los mercados de valores a nuestra evaluación en precio del valor de un producto, pero lo cierto es que intuición no significa toma de decisiones a partir del miedo/avaricia o cómo acabar pagando 30$ por un billete de 20$; esos son ejemplos de razonamientos distorsionados pero no de intuición per se. K y T ayudaron a desmontar el mito del homo economicus (tomador de decisiones racionales que maximizan la utilidad y por tanto agente de los mercados como escenario de equilibrio último óptimo - ya vemos que no) pero el concepto de intuición quedó relegado más o menos al cajón de la Bruja Lola.
Gigerenzer es un psicólogo alemán muy prestigioso que tiene un libro de divulgación serio y excelente sobre la intuición (Decisiones instintivas, Ariel 2008) y considera que ésta no es contraria al razonamiento, sino un tipo de razonamiento distinto, de claras raíces evolutivas, adaptativo y complementario del razonamiento lógico-analítico. Teorizador del heurístico de reconocimiento, Gigerenzer cree que esencialmente esta es la base de la intuición: un sentimiento en las tripas (marcador somático), un heurístico o regla que simplifica la decisión, unas capacidades cerebrales mínimas innatas combinadas con aprendizajes adecuados que fundamentan y pulen tales reglas, y un contexto estructurado (de forma que no hay intuiciones buenas o malas, sino adecuadas para tal o cual contexto específico). Al modo del análisis de Wittgenstein sobre cómo categorizamos qué es un juego, la similaridad multidimensional entre un situación que vivimos aquí y ahora con otras vividas con anterioridad (o con disposiciones innatas), y la capacidad de reconocimiento de la misma y por tanto de activar reglas de decisión y actuación simples, automáticas y eficaces son el eje de la intuición (no computamos la trayectoria de una pelota de béisbol para atraparla, al estilo robot de ecuaciones diferenciales, sino mediante procedimientos heurísticos mucho más rápidos y eficientes que un robot y además de serie: "fija la mirada en la bola, comienza a correr, y ajusta la velocidad de tu carrera de forma que el ángulo de tu mirada con la pelota permanezca constante" - esto no lo ha conseguido jamás ningún super-robot; la experiencia lo que hace es pulir los heurísticos, alimentarlos y darles más precisión y eficacia). La ventaja adaptativa y la base de la reivindicación de la intuición como una forma de inteligencia que ha de ser integrada, considerada (y por supuesto comprendida), es su valor necesario en un mundo incierto (el que hay) y su estilo particular de menos es más: ignorar información es muchas veces más importante para llegar a la solución correcta que el análisis concienzudo: por ejemplo en el triage de urgencias hospitalarias, pero también en la selección de una cartera de valores de bolsa, o qué PC comprar (estos y muchos ejemplos más son excelentemente diseccionados a partir de estudios y experimentos en el libro de G.; y con datos sobre su eficacia superior en contextos concretos respecto al razonamiento analítico). La inteligencia del inconsciente se refiere a la capacidad de analizar de manera rápida y eficaz cuál es el heurístico que se aplica en la situación presente. La intuición es la estrategia de la simplicidad frente a la incertidumbre.
What interests me is the question of how humans learn to live with uncertainty .Before the scientific revolution determinism was a strong ideal. Religion brought about a denial of uncertainty, and many people knew that their kin or their race was exactly the one that God had favored. They also thought they were entitled to get rid of competing ideas and the people that propagated them. How does a society change from this condition into one in which we understand that there is this fundamental uncertainty? How do we avoid the illusion of certainty to produce the understanding that everything, whether it be a medical test or deciding on the best cure for a particular kind of cancer, has a fundamental element of uncertainty?


Otro día supongo que continuaré con el uso de la intuición en psiquiatría/psicoterapia (tema interesante, porque es un contexto de una incertidumbre abrumadora). Mientras, les dejo con unas tablas curiosísimas que reflejan el tipo de trabajo en que ahora está embarcado el Max Planck Institute for Human Development que dirige Gigerenzer; lo llaman Educación en Riesgos, y ha provocado suficiente revuelo como para merecer un artículo reciente en NYTimes del descubridor del PSA usado rutinariamente parece que de forma ilógica (aunque no tanto en el marco de la medicina defnsiva imperante) para el screening de cáncer de próstata ("a profit-driven public health disaster"). Lo que pueden ver abajo es impactante:
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Gigerenzer sugiere una regla intuitiva clara que es la adaptada a este contexto: no pregunten a su doctor qué les recomienda, sino qué recomendaría a su propia madre (o padre).

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24 de abril de 2010

¿Rompecabezas o misterio?

En el último libro de Malcolm Gladwell, que compila artículos suyos en The New Yorker de los últimos años, hay uno sobre Enron en que recoge una distinción fundamental de un alto responsable de seguridad nacional de USA: rompecabezas versus misterio. El paradero de Bin Laden es un rompecabezas (sólo hay una respuesta verdadera, y llegar a ella depende de tener la máxima información posible y encajarla correctamente; el rompecabezas se vuelve más simple con cada información adicional verdadera); sin embargo, la evolución de Al-Qaeda es un misterio (no es tanto el incrementar la información disponible -que es contradictoria, amorfa a veces, repleta de opinión, e interesada- como poderla entender, analizar, descifrar; de hecho demasiada información es tan malo como demasiada poca).


Mysteries, though, are a lot murkier: sometimes the information we’ve been given is inadequate, and sometimes we aren’t very smart about making sense of what we’ve been given, and sometimes the question itself cannot be answered. Puzzles come to satisfying conclusions. Mysteries often don’t.
La trama Gürtel es un rompecabezas; el proceso a Garzón es un misterio.

En un chequeo no demasiado exhaustivo (su web ha sido bloqueada hace unos días) de la propuesta DSM5 para los trastornos de personalidad, me temo que se confunden ambos conceptos. Al estilo de un comentario que leí hace unos días a un artículo de prensa sobre la sobremedicalización del dolor cotidiano con antidepresivos ( "Algún dia, cuando se conozca mejor el funcionamiento del cerebro humano, se reconocerá el componente biologico hereditario de las enfermedades mentales y se podrán tratar mejor.": clásico enfoque de rompecabezas - motivado por la ilusión de control, supongo), el DSM5 parece absorber bajo este mismo defecto perceptivo el ámbito de la personalidad, aunque bajo una pátina no tanto biologicista como psicometricista. Me explico: supuestamente, en este nuevo mundo la personalidad debería ser evaluada dimensionalmente en 6 dominios que engloban un total de 37 rasgos. Es decir, cuanta más información tengamos, más cerca de resolver el puzzle (porque hay una imagen estática última a la que todo se remite). En mi opinión, además de ser de un pragmatismo paradójicamente impráctico, esta seudocomplejidad simplona sigue omitiendo la esencia de la valoración personológica, que es ver no sólo cómo la estructura de la misma supone una forma establecida (y generalmente no consciente) de atención (selectiva) a la realidad, y una elaboración característica de lo atendido, sino además una motivación o propósito emocionalmente significativo y simultáneo (y generalmente de origen biográfico anterior).


El carácter es más que un conjunto caótico de rasgos: es una compleja estructura que podría representarse en forma de árbol, en el que los distintos comportamientos son aspectos de comportamientos más generales e incluso estos diversos rasgos de naturaleza más general pueden comprenderse como expresión de algo más fundamental.
El núcleo fundamental del carácter [...] tiene una doble naturaleza: un aspecto motivacional en interacción con un prejuicio cognitivo, una «pasión» asociada a una «fijación».[...] En el centro de cada carácter existen -en recíproca relación una y otro- una forma de motivación por deficiencia y un error cognitivo.
C. Naranjo, Carácter y Neurosis.
Otros añadidos criticables en la nueva propuesta son la presunción de que la falta de sentido coherente del sí-mismo es una rasgo definitorio de los trastornos de personalidad (cuando muchas veces es la excesiva coherencia el síntoma), o la sorprendente reducción de los prototipos de trastornos de personalidad a cinco ( personalmente, soy más partidario de prototipos fenomenológicos que de colecciones dimensionales de rasgos), en un movimiento táctico desconcertante (no sé si bajo la estrategia reificadora habitual de sólo admitir la existencia de aquello de lo que tengo datos que me lo (más o menos) justifiquen, y lo convierto así en (seudo)ciencia establecida).

No, la personalidad no es un rompecabezas que se resuelve mediante la acumulación de información; es un misterio (y por tanto requiere el descifrado atento, flexible, y lleno de huecos, de lo significativo, más que la superposición estandarizable de datos). El DSM-IV no sabe leer más allá de la regularidad de comportamientos, cogniciones o sentimientos, pero al menos sus limitaciones son tan obvias que se sabe cuando te derivan un paciente con TP X que tienes que repensarlo todo de cero porque realmente no significa mucho (cuando te derivan con etiqueta de cluster, ya apaga y vámonos); el DSM5 vende un cambio de enfoque que aunque aparentemente respalda a la psicología, la convierte al modelo positivista y la disfraza con ropas pretendidamente respetables (pero no hay nadie bajo las ropas: sólo ruido).

No compro.

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17 de abril de 2010

Reescribiendo el Trauma

Existe una controversia fundamental en el ámbito de las psicoterapias sobre la equivalencia a nivel de efectividad de los distintos procedimientos terapéuticos. Si bien es cierto que posiblemente los factores comunes son mayoritarios a la hora de explicar la varianza, es probable que, especialmente en ciertos trastornos, haya procedimientos más eficaces que otros (es decir, haya factores terapéuticos circunscritos a la técnica), e incluso que algunos procedimientos sean perjudiciales (ver psicoterapias locas).

En el último número de Clinical Psychology Review se aborda la polémica en torno al Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT). Hace un par de años, una revisión en la misma revista (Benish et al, 2008) concluía que todo tratamiento bona fide es eficaz en este ámbito; ahora, Ehlers et al.(Clinical Psychology Review 30(2010)269–276) revisan los errores metodológicos (entre otros los sesgos en la selección de estudios, la necesidad de considerar los tamaños de muestras y el tamaño del efecto, y la necesidad de comparar con no-tratamiento) y reconsideran las conclusiones: parece evidente con una perspectiva amplia y exhaustiva que los tratamientos centrados en el trauma (p.e. cognitivo-conductual centrado en el trauma, o el EMDR; es decir, que trabajan esencialmente con la memoria viva del suceso traumático y su significado construido por el sujeto) son más efectivos que los no centrados en el suceso traumático (hipnoterapia, psicodinámica, interpersonal, gestión de estrés).


Una insistencia fundamental de los autores es: cuidadín con el concepto bona fide (una cosa es la valoración subjetiva de que algo tiene el propósito y la face validity de ser terapéutico, y otro el que aún así ha de haber cierta evidencia empírica y/o teórica de que funciona, y de qué funciona, y esto además necesita demostrar que es superior a no hacer nada).


En contextos traumáticos, afortunadamente en la mayoría de casos las personas no necesitan psicoterapia, sino que sus propios recursos permiten una resiliencia sanadora. Sin embargo, con frecuencia observo una presencia por defecto de servicios psicológicos que acuden prestos a intervenir sobre las víctimas de catástrofes. Es posible que la operativa real sea sensata y argumentada, pero también parece ser que a día de hoy, muchos organismos (Cruz Roja, protección Civil) siguen confiando en una técnica de intervención urgente/preventiva (en las 48 horas posteriores al suceso traumático) llamada debriefing que, curiosamente, no sólo es ineficaz sino en algunos casos contraproducente (Rose et al.: Cochrane Database of Systematic Reviews 2002; y la revisión mencionada).

Por tanto, en primer lugar, tenemos que la mayoría de personas no desarrollan TEPT (y sin ayuda profesional; la psicoterapia puede ser tan redundante y narcisista como esas recetas de fluoxetina cuando te deja la novia). En segundo lugar, para los que necesitan terapia hay procedimientos con diferentes niveles de efectividad (y alguno potencialmente patologizante). Y finalmente, la cuestión esencial: ¿por qué esa efectividad diferencial?.

Hace unos 3 meses, un artículo en Nature (via Scientific American) titulado Preventing the return of fear in humans using reconsolidation update mechanisms muestra cómo Schiller y cols. (entre ellos LeDoux) trabajan experimentalmente induciendo una huella postraumática que luego abordan terapéuticamente a través de la extinción simple, o a través de la reactivación explícita y deliberada del miedo antes de la fase de extinción (aprovechando pues ese estado de particular vulnerabilidad que permite su modificación previa a reconsolidarse de nuevo), bien a las 6 horas o bien 10 minutos después. Es éste último grupo el que presenta una desaparición (borrado) del miedo de forma altamente específica e incluso mantenida un año después (ya hay referencias anteriores utilizando sustancias para inducir una extinción de la memoria del miedo, pero esta vez es a pelo, sin drogas). Según Schiller, el grupo de los 10 minutos reescribe la huella de memoria traumática original con información de no-miedo; los otros dos simplemente crean una memoria nueva, en competencia con la traumática, que a veces desplaza a ésta pero a veces no, o sólo parcialmente. Aunque evidentemente son condiciones experimentales de trabajo con miedos condicionados y no exactamente un cuadro clínico de TEPT se puede conjeturar con sensatez: que sabemos que no recordamos el suceso original, sino su reescritura después de la última vez que accedimos al recuerdo; y que para una terapia eficaz es necesario reactivar el trauma, pero no como mera catarsis freudiana sino como paso obligado para que nos abra la ventana que permita reescribir los detalles y el significado del recuerdo (en interacción recíproca) antes de reconsolidarla (por cierto, esto hace más comprensible el misterioso EMDR, al menos en parte). Sin embargo, una reactivación precipitada, acelerada, sin alianza terapéutica, de abreacción y verbalización forzadas, y no individualmente reescrita (más o menos lo que supondría según algunos el debriefing) puede suponer una retraumatización; a pesar de ello parece ser de uso amplio en las intervenciones psicológicas en catástrofes y emergencias (generalizado, dicen algunas voces):

A la vista de los resultados contradictorios es factible preguntarse el porqué de esta aceptación incondicional. Son muy distintas las respuestas, y quizá no se ha llegado todavía a un consenso claro, sin embargo, no parece posible entender la situación actual sin tener en cuenta intereses que van más allá del propio ejercicio de la psicología, como intereses económicos y legales. Al respecto, algunos autores recalcan el hecho de que a organizaciones, bancos, hospitales y agencias, les conviene continuar utilizando esta técnica dado su bajo coste en comparación con otras y la dificultad de desarrollar alternativas (Kenardy, 2000; Paton, 2000; Stuhlmiller y Dunning, 2000a). Además, gracias a la simplicidad del protocolo es posible emplear la técnica de manera universal, aplicándola a todo tipo de individuos y grupos, sin tener en cuenta su cultura, experiencia o características de personalidad (Paton et al., 2000) algo que reduce enormemente los costos.

Vera-Poseck B. Debriefing: una revisión acerca de la polémica actual. Cuadernos de crisis. 2004;3(2):7-26.

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16 de abril de 2010

Misturado 6

Un libro: El poder del Perro, de Don Winslow.

La guerra al 'narco' causa 22.700 muertos en México (El País, 14-04-2010)

"El poder del perro es la primera gran novela sobre la droga desde que se publicó Dog Soldiers, hace treinta años. Es aterradora y triste, de una intensidad magníficamente sostenida. Es una hermosa visión en miniatura del infierno, con toda la locura moral que lo acompaña."
James Ellroy


En el prólogo, Rodrigo Fresán: “si el diez por ciento de “El poder del perro” fuese verdad, sería algo horripilante. Que el noventa por ciento pueda ser cierto resulta casi insoportable”.
El bebé está muerto en brazos de su madre.

A juzgar por la forma en que yacen los cuerpos (ella encima, el bebé debajo), Art Keller deduce que la mujer intentó proteger al niño. Debía saber, piensa Art, que su cuerpo blando no podría detener las balas (de rifles automáticos, desde esa distancia), pero el movimiento debió ser instintivo. Una madre interpone el cuerpo entre su hijo y quien quiere hacerle daño. Así que se dio la vuelta, se retorció cuando las balas la alcanzaron, después cayó su hijo.

¿De veras creía que podría salvar al niño? Tal vez no, piensa Art. Tal vez no quería que el niño viera surgir la muerte del cañón del arma. Tal vez quería que la última sensación del niño en este mundo fuera la de su pecho. Envuelto en amor.



Una serie: Treme (HBO). De los creadores de The Wire. Sublime.


"Esta es una historia sobre la cultura y cómo la cultura urbana estadounidense define cómo vivimos", explicó David Simon en una entrevista en el periódico británico The Guardian. "¿Qué hace a los estadounidenses ser estadounidenses? La única cosa que indiscutiblemente le hemos dado al mundo es la música afroamericana. En un bar de Sudáfrica o Kathmandú, si tienen un jukebox, encontrarás algo de Michael Jackson, Otis Reading o John Coltrane. La colisión entre los ritmos africanos con la escala pentatónica y la instrumentación y arreglos europeos se produjo en un área de 12 manzanas de una ciudad llamada Nueva Orleans que tuvo una experiencia cercana a la muerte en el año 2005".
La crítica también se ha rendido a los pies de este nuevo título que tiene como escenario uno de los vecindarios históricos de Nueva Orleans en el que la música juega un rol muy importante. La serie se desarrolla tres meses después del huracán Katrina y refleja la lucha de un grupo de músicos por reconstruir sus vidas a través de la música y las tradiciones culturales que los convierten, tanto a ellos como a su ciudad, en algo único.

Una imagen sarcástica: a propósito de A psychiatric revolution, A Scull.

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29 de marzo de 2010

Crisis de identidad, ora pro nobis


Hola.

Efectivamente, he estado haciendo el perro varios meses. Bueno, la adaptación requiere su energía, pero confieso que he procastinado (feo vocablo) y que posiblemente lo volveré a hacer.





Un reciente post del reputado blog del Dr Carlat (poco sospechoso él de ovejismo) sugiere una redefinición radical de la psiquiatría /psicología hacia una integración de ambas en algo así como un misturao a lo yanki (es decir, pragmático y al grano) de manera que se empieza incentivando a los psicólogos a medicar (algo que ya se hace en 2 estados USA; hay pastel para todos, dice el Dr) y se continúa creando una nueva carrera en salud mental que evite a los psiquiatras pasar por el suplicio de hacer medicina. Siendo una aportación polémica en el buen sentido (sacudir un poco lo insacudible, y esto siempre se agradece), hay varios elementos de juicio con el punto de mira un poco cambao, a mi ver. Por ejemplo, que dos años de formación psicofarmacológica permitan a un psicólogo manejar medicación (no es lo más frecuente, pero hay una jartá de concomitant conditions que intuyo requieren de un conocimiento médico mucho más amplio, aunque sean una minoría de casos). O que el Dr asuma que los programas de formación vigentes en Psicología son un modelo de preparación en el manejo de la clínica y de la psicoterapia (al menos en este país eso es una falacia descarada; y o mucho ha cambiado o incluso 3 años de PIR no acaban de cuadrar la formación necesaria). El Dr parece procupado porque la búsqueda de identidad de la Psiquiatría la autoarrincone hacia la Neuropsiquiatría dejándonos el hueco a los psicólogos para además ocupar el (lucrativo) sector del pastilleo (cosa que según él estará ocurriendo de forma generalizada en USA en 10-20 años), así que en el fondo hace una llamada de atención a los psiquiatras para reivindicar un lugar comú. Muy lícito, no meo el territorio, pero si nosotros estamos mal formados en psicoterapia, ¿estarán mejor los MIR?. No sé, tanta fusión me parece al final muy poco esclarecedora; idealmente estaría bien que todos fuéramos Leonardo, pero en la realidad yo al menos no me veo capaz de tanto.

En cualquier caso parece más una preocupación predominantemente de (algunos) psiquiatras; los psicólogos desde bien pronto sabemos que no tenemos identidad definida, por lo que después de soportar las rencillas departamentales de esos jardines de infancia llamadas facultades universitarias, y a raíz de x tortazos bien recibidos de nuestros pacientes, un buen día llegamos a la conclusión de que: 1) hay que desaprender a marchas forzadas; 2) o integras o no te comes nada: y 3) esencialmente se crece profesionalmente a partir de la ignorancia y la curiosidad, y sobre todo haciendo fintas en los huecos de la Evidence-Based. De hecho la pregunta más temida por un psicólogo clínico es que nos pidan que nos definamos (somos un poco BPD en ese sentido).


Por ejemplo: recientemente como saben se han reafirmado las sospechas de que los antidepresivos son sólo ligeramente más eficaces que el placebo en cuadros depresivos leves-moderados (que a fuerza de ensanchar tanto el diagnóstico son legión); si a esto le sumamos los conflictos de intereses de investigadores e industria, el sesgo en la publicación de resultados, la dificultad de que el doble ciego sea realmente ciego, o que más que un efecto antidepresivo específico los ISRS quizás produzcan un embotamiento emocional (ver un resumen facilito aquí), los biopsiquiatras entran en terreno neblinoso ... al que ya los psicólogos estamos acostumbrados (terreno conocido el de la confusión ontológica). Y es que los psicólogos positivistas/academicistas y los psiquiatras outsiders en ejercicio de maniqueísmo suelen reivindicar la terapia cognitivo-conductual como paradigma de las alternativas al pastilleo indiscriminado, pero obvian que el factor terapéutico esencial en la terapia cognitiva de la depresión...no es la intervención cognitiva (vaya chasco: revisión qué-corte-de-rollo aquí). O si quieren más barro reciente (o más diversión; yo ya lo sumo como aliciente creativo): los pacientes que creen que dios se preocupa por ellos tienen mayor probabilidad de responder positivamente a medicación antidepresiva que aquellos que no creen en un dios que se preocupa o que no creen en dios en absoluto (aquí ). Como ven, bastante confuso está el patio como para que todos hagamos de todo: juntos sí, revueltos ya no sé... En fin, yo por ahora prefiero una identidad conscientemente difusa pero contenida que un muchoabarcopocoaprieto.

Si es que no somos nadie.
(imágenes via soberinanightclub).

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