21 de junio de 2010

Por qué la flibanserina no puede replicar el éxito del viagra

La FDA tumba la aprobación de la flibanserina para la disfunción sexual femenina. Habrá que currárselo al viejo estilo.

Imagen via soberinanightclub.

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19 de junio de 2010

Misturado 7

Literatura: Borges y yo (por JL Borges)




TV: Breaking Bad

Un profesor de química recién diagnosticado de cáncer decide manufacturar metanfetamina en compañía de un ex-alumno laja como via a garantizar la independencia económica de su familia cuando el bicho se lo lleve. Con tonos ocasionales de humor negro y giros de guión extraordinarios, es un retrato del Bien jugando a las reglas del Mal en una atmósfera densa y penetrante en que, según se ve, el Mal nunca acaba de ganar del todo, pero nunca puede ser derrotado: pesimismo lúcido y no obstante aguantando una leve esperanza. Excelentes actores, fotografía, guión. Imperdible. Comparen esto con el 99% del cine que puedan conseguir legal o ilegalmente: este es el nuevo arte.



Deporte: Psicología del penalty

Como hay psicólogos para todo, y han de ganarse la vida con sus becas y cosas así, resulta que algunos han analizado el lanzamiento de penalties; aprovechando el Mundial, y antes de que nos dejen fuera, ahí van unas sugerencias científicamente elaboradas que han aparecido en los últimos años en revistas de psicología deportiva:

1- Ignorar al portero (si se intenta tirar lejos del portero, se falla más que si se fija la atención en una zona concreta; por otro lado, un portero enfundado en jersey rojo parece tener más capacidad de provocar un mal lanzamiento)

2- Lanzarlo tomándose un tiempo (la rapidez es mala consejera)

3- Celebrarlo de forma ostentosa y a ser posible desafiante con el rival

4- Sobre todo, tirarlo justo en medio de la portería: los porteros se sienten presionados a lanzarse a los lados por el sentido de ridículo de hacer la estatua (se les supone que han de hacer lago, no pasmar ahí en medio...).


Enlaces: aquí, aquí, y aq.


Cine: Mary & Max

Es el 1% excepcional que comentaba en Breaking Bad: cine de animación con plastilina, pero Cine.

Max es una señor con Asperger que vive en Nueva York y que por azar contacta con Mary, una niña australiana que vive en un entorno sumamente disfuncional; así comienzan una relación epistolar en que los dos patitos feos, unidos por la soledad, navegan desde la esperanza y la alegría al dolor y al perdón, en un ejercicio de empatía contagiosa que precisa de plastilina, mucha paciencia, y un guión que "es inocente pero no naive, mientras nos lleva en un viaje que explora la amistad, el autismo, la taxidermia, la psiquiatría, el alcoholismo, de dónde vienen los bebés, la obesidad, la cleptomanía, las diferencias sexuales, la confiuanza, la cópula entre perros, la diferencia religiosa, la agorafobia, y mucho, mucho más" (de la web de la peli).

No se estrena en España. Olé.

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15 de junio de 2010

La intuición de Gigerenzer

Recientemente, y quizás como movimiento pendular desde el exceso racionalizador y objetivizador presente en el marketing actual en la medicina, el campo de la intuición ha recibido un impulso notable (desde el cero, eso sí), sobre todo como uno de los ámbitos en que probablemente más se moverá la investigación psicológica en los próximos años. El principal problema, por supuesto, es el de su definición: en MindHacks se citaba hace unos días un artículo de revisión del tema más o menos amplio en que desafortunadamente se acababa mezclando intuición con sesgos cognitivos (atencionales, de razonamiento).

Intuición puede ser correctamente definida como "juicio con carga afectiva que surge a partir de asociaciones rápidas, no conscientes y holísticas". Hay dos procesos diferenciables de procesamiento de información: uno contextualmente dependiente, asociativo, heurístico, tácito, intuitivo e implícito/automático (y relativamente poco demandante respecto al uso que hace de recusrsos cognitivos; eso sería la intuición), y otro contextualmente independiente, basado en reglas, analítico y explícito (más lento y demandante). Adicionalmente podemos decir que la intuición se usa en decisiones que implican múltiples dimensiones, se basa habitualmente en un almacén amplio de experiencia previa, caracteriza (aunque no es exclusivo, claro) a los expertos, es difícil de articular consciente y verbalmente como proceso, y supone habitualmente una alta dosis de confianza personal.
Jung, que fue el primero en ponerla en el mapa de la psicología moderna, lo vinculaba a una disposición de personalidad, pero parece que es más universal, aunque las horas de vuelo ayudan mucho en el fortalecimiento de una intuición amplia, desarrollada y eficaz. Kahneman y Tversky mostraron nuestros sesgos cognitivos como ejemplo de que nuestras habilidades de razonamiento lógico-analítico eran más bien limitadas, pero esto centró una imagen de la intuición confusa y distorsionada, como si fuera el otro bando, el enemigo del ideal Razón, como si todo heurístico fuera una aproximación distorsionada y defectuosa a la realidad. Desde la psicoeconomía se insiste en la necesidad de reconocer la irracionalidad de nuestras decisiones, desde el movimento de los mercados de valores a nuestra evaluación en precio del valor de un producto, pero lo cierto es que intuición no significa toma de decisiones a partir del miedo/avaricia o cómo acabar pagando 30$ por un billete de 20$; esos son ejemplos de razonamientos distorsionados pero no de intuición per se. K y T ayudaron a desmontar el mito del homo economicus (tomador de decisiones racionales que maximizan la utilidad y por tanto agente de los mercados como escenario de equilibrio último óptimo - ya vemos que no) pero el concepto de intuición quedó relegado más o menos al cajón de la Bruja Lola.
Gigerenzer es un psicólogo alemán muy prestigioso que tiene un libro de divulgación serio y excelente sobre la intuición (Decisiones instintivas, Ariel 2008) y considera que ésta no es contraria al razonamiento, sino un tipo de razonamiento distinto, de claras raíces evolutivas, adaptativo y complementario del razonamiento lógico-analítico. Teorizador del heurístico de reconocimiento, Gigerenzer cree que esencialmente esta es la base de la intuición: un sentimiento en las tripas (marcador somático), un heurístico o regla que simplifica la decisión, unas capacidades cerebrales mínimas innatas combinadas con aprendizajes adecuados que fundamentan y pulen tales reglas, y un contexto estructurado (de forma que no hay intuiciones buenas o malas, sino adecuadas para tal o cual contexto específico). Al modo del análisis de Wittgenstein sobre cómo categorizamos qué es un juego, la similaridad multidimensional entre un situación que vivimos aquí y ahora con otras vividas con anterioridad (o con disposiciones innatas), y la capacidad de reconocimiento de la misma y por tanto de activar reglas de decisión y actuación simples, automáticas y eficaces son el eje de la intuición (no computamos la trayectoria de una pelota de béisbol para atraparla, al estilo robot de ecuaciones diferenciales, sino mediante procedimientos heurísticos mucho más rápidos y eficientes que un robot y además de serie: "fija la mirada en la bola, comienza a correr, y ajusta la velocidad de tu carrera de forma que el ángulo de tu mirada con la pelota permanezca constante" - esto no lo ha conseguido jamás ningún super-robot; la experiencia lo que hace es pulir los heurísticos, alimentarlos y darles más precisión y eficacia). La ventaja adaptativa y la base de la reivindicación de la intuición como una forma de inteligencia que ha de ser integrada, considerada (y por supuesto comprendida), es su valor necesario en un mundo incierto (el que hay) y su estilo particular de menos es más: ignorar información es muchas veces más importante para llegar a la solución correcta que el análisis concienzudo: por ejemplo en el triage de urgencias hospitalarias, pero también en la selección de una cartera de valores de bolsa, o qué PC comprar (estos y muchos ejemplos más son excelentemente diseccionados a partir de estudios y experimentos en el libro de G.; y con datos sobre su eficacia superior en contextos concretos respecto al razonamiento analítico). La inteligencia del inconsciente se refiere a la capacidad de analizar de manera rápida y eficaz cuál es el heurístico que se aplica en la situación presente. La intuición es la estrategia de la simplicidad frente a la incertidumbre.
What interests me is the question of how humans learn to live with uncertainty .Before the scientific revolution determinism was a strong ideal. Religion brought about a denial of uncertainty, and many people knew that their kin or their race was exactly the one that God had favored. They also thought they were entitled to get rid of competing ideas and the people that propagated them. How does a society change from this condition into one in which we understand that there is this fundamental uncertainty? How do we avoid the illusion of certainty to produce the understanding that everything, whether it be a medical test or deciding on the best cure for a particular kind of cancer, has a fundamental element of uncertainty?


Otro día supongo que continuaré con el uso de la intuición en psiquiatría/psicoterapia (tema interesante, porque es un contexto de una incertidumbre abrumadora). Mientras, les dejo con unas tablas curiosísimas que reflejan el tipo de trabajo en que ahora está embarcado el Max Planck Institute for Human Development que dirige Gigerenzer; lo llaman Educación en Riesgos, y ha provocado suficiente revuelo como para merecer un artículo reciente en NYTimes del descubridor del PSA usado rutinariamente parece que de forma ilógica (aunque no tanto en el marco de la medicina defnsiva imperante) para el screening de cáncer de próstata ("a profit-driven public health disaster"). Lo que pueden ver abajo es impactante:
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Gigerenzer sugiere una regla intuitiva clara que es la adaptada a este contexto: no pregunten a su doctor qué les recomienda, sino qué recomendaría a su propia madre (o padre).

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