16 de enero de 2011

Schwartz 1 - Skinner 0

"Si tienen un motivo para hacer algo y yo les doy otro motivo para hacer lo mismo parece lógico que dos razones son mejor que una y es más probable que lo hagan. ¿Cierto? No siempre. Algunas veces dos razones para hacer lo mismo compiten una contra la otra en vez de complementarse y es menos probable que las personas lo hagan.
Les daré solo un ejemplo porque se nos acaba el tiempo. En Suiza hace cerca de 15 años estaban intentando decidir dónde depositar los desechos nucleares. Iba a haber un referendo nacional. Algunos psicólogos encuestaron a ciudadanos que estaban muy bien informados. Y preguntaron: "¿Estaría usted dispuesto a tener un depósito nuclear en su comunidad?" Sorprendentemente, el 50% de los ciudadanos contestó que sí. Sabían que era peligroso. Pensaron que iba a reducir el valor de sus propiedades. Pero tenían que depositarlos en algún lado y tenían la responsabilidad como ciudadanos. Los psicólogos preguntaron de manera distinta a otras personas. Preguntaron: "Si les pagamos seis semanas de salario al año, ¿estarían dispuestos a tener un depósito nuclear en su comunidad?" Dos motivos. Es mi responsabilidad y me están pagando. En vez de que el 50% dijera que sí, el 25% dijo sí. Lo que sucede es que en el momento en el que se introduce el incentivo se deja de preguntar: "¿Cuál es mi responsabilidad?" y lo que nos preguntamos es: "¿Qué me conviene?" Cuando los incentivos no funcionan, cuando los ejecutivos ignoran la salud a largo plazo de sus compañías en busca de ganancias a corto plazo que generarán bonos masivos la respuesta es siempre la misma. Dar incentivos más creativos.
La verdad es que no existen incentivos que puedan ustedes pensar, que sean lo suficientemente creativos. Cualquier sistema de incentivos puede ser arruinado por falta de voluntad. Necesitamos incentivos. Las personas tienen que ganarse la vida. Pero la dependencia excesiva de los incentivos desmoraliza la actividad profesional en dos sentidos de ese concepto. Las personas que hacen dicha actividad pierden moral y esto causa, a su vez, que la actividad pierda moral."
 
Barry Schwartz, en TED sobre la sabiduría práctica.
 
Aquí el primer capítulo de su nuevo libro.
Y en su última conferencia TED, una idea muy curiosa: comenta que en Harvard, como manera de conectar a los estudiantes de medicina con los valores morales y la empatía en su desarrollo profesional, a los alumnos de tercero se les asigna un paciente...al que siguen durante todo el curso. El mismo paciente: "So the patients are not organ systems, and they're not diseases; they're people, people with lives. And in order to be an effective doctor, you need to treat people who have lives and not just disease". Me recuerda a esta entrada de Doctor en Alaska. En serio, suena una idea muy interesante; me la imagino aplicada a la facultad de Psicología y me gusta. Mucho.

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