26 de marzo de 2012

Sísifo dichoso (más fuerte que su roca)

Léase (sabiendo que después de leer algo tan extraordinariamente hermoso y lúcido, no queda de otra que sentirse terapeuta chiquito y luego aplaudir): 

Se ha comprendido ya que Sísifo es el héroe absurdo. Lo es tanto por sus pasiones como por su tormento. Su desprecio de los dioses, su odio a la muerte y su apasionamiento por la vida le valieron ese suplicio indecible en el que todo el ser se dedica a no acabar nada. Es el precio que hay que pagar por las pasiones de esta tierra. No se nos dice nada sobre Sísifo en los infiernos. Los mitos están hechos para que la imaginación los anime. Con respecto a éste, lo único que se ve es todo el esfuerzo de un cuerpo tenso para levantar la enorme piedra, hacerla rodar y ayudarla a subir una pendiente cien veces recorrida; se ve el rostro crispado, la mejilla pegada a la piedra, la ayuda de un hombro que recibe la masa cubierta de arcilla, de un pie que la calza, la tensión de los brazos, la seguridad enteramente humana de dos manos llenas de tierra. Al final de ese largo esfuerzo, medido por el espacio sin cielo y el tiempo sin profundidad, se alcanza la meta. Sísifo ve entonces cómo la piedra desciende en algunos instantes hacia ese mundo inferior desde el que habrá de volver a subirla hasta las cimas, y baja de nuevo a la llanura.

Sísifo me interesa durante ese regreso, esa pausa. Un rostro que sufre tan cerca de las piedras es ya él mismo piedra. Veo a ese hombre volver a bajar con paso lento pero igual hacia el tormento cuyo fin no conocerá jamás. Esta hora que es como una respiración y que vuelve tan seguramente como su desdicha, es la hora de la conciencia. En cada uno de los instantes en que abandona las cimas y se hunde poco a poco en las guaridas de los dioses, es superior a su destino. Es más fuerte que su roca.

Si este mito es trágico lo es porque su protagonista tiene conciencia. ¿En qué consistiría, en efecto, su castigo si a cada paso le sostuviera la esperanza de conseguir su propósito? El obrero actual trabaja durante todos los días de su vida en las mismas tareas y ese destino no es menos absurdo. Pero no es trágico sino en los raros momentos en que se hace consciente. Sísifo, proletario de los dioses, impotente y rebelde, conoce toda la magnitud de su miserable condición: en ella piensa durante su descenso. La clarividencia que debía constituir su tormento consuma al mismo tiempo su victoria. No hay destino que no se venza con el desprecio.

Por lo tanto, si el descenso se hace algunos días con dolor, puede hacerse también con alegría. Esta palabra no está de más. Sigo imaginándome a Sísifo volviendo hacia su roca, y el dolor estaba al comienzo. Cuando las imágenes de la tierra se aferran demasiado fuertemente al recuerdo, cuando el llamamiento de la felicidad se hace demasiado apremiante, sucede que la tristeza surge en el corazón del hombre: es la victoria de la roca, la roca misma. La inmensa angustia es demasiado pesada para poder sobrellevarla. Son nuestras noches de Getsemaní. Pero las verdades aplastantes perecen de ser reconocidas. Así, Edipo obedece primeramente al destino sin saberlo, pero su tragedia comienza en el momento en que sabe. Pero en el mismo instante, ciego y desesperado, reconoce que el único vínculo que le une al mundo es la mano fresca de una muchacha. Entonces resuena una frase desmesurada: "A pesar de tantas pruebas, mi avanzada edad y la grandeza de mi alma me hacen juzgar que todo está bien". El Edipo de Sófocles, como el Kirilov de Dostoievski, da así la fórmula de la victoria absurda. La sabiduría antigua coincide con el heroísmo moderno.

No se descubre lo absurdo sin sentirse tentado a escribir algún manual de la felicidad. "¡Eh, cómo! ¿Por caminos tan estrechos...?" Pero no hay más que un mundo. La felicidad y lo absurdo son dos hijos de la misma tierra. Son inseparables. Sería un error decir que la dicha nace forzosamente del descubrimiento absurdo. Sucede también que la sensación de lo absurdo nace de la dicha. "Juzgo que todo está bien", dice Edipo, y esta palabra es sagrada. Resuena en el universo feroz y limitado del nombre. Enseña que todo no es ni ha sido agotado. Expulsa de este mundo a un dios que había entrado en él con la insatisfacción y la afición a los dolores inútiles. Hace del destino un asunto humano, que debe ser arreglado entre los hombres.

Toda la alegría silenciosa de Sísifo consiste en eso. Su destino le pertenece. Su roca es su cosa. Del mismo modo, el hombre absurdo, cuando contempla su tormento, hace callar a todos los ídolos. En el universo súbitamente devuelto a su silencio se elevan las mil vocecitas maravilladas de la tierra. Llamamientos inconscientes y secretos, invitaciones de todos los rostros constituyen el reverso necesario y el premio de la victoria. No hay sol sin sombra y es necesario conocer la noche. El hombre absurdo dice "sí" y su esfuerzo no terminará nunca. Si hay un destino personal, no hay un destino superior, o, por lo menos, no hay más que uno al que juzga fatal y despreciable. Por lo demás, sabe que es dueño de sus días. En ese instante sutil en que el hombre vuelve sobre su vida, como Sísifo vuelve hacia su roca, en ese ligero giro, contempla esa serie de actos desvinculados que se convierte en su destino, creado por él, unido bajo la mirada de su memoria y pronto sellado por su muerte. Así, persuadido del origen enteramente humano de todo lo que es humano, ciego que desea ver y que sabe que la noche no tiene fin, está siempre en marcha. La roca sigue rodando.

Dejo a Sísifo al pie de la montaña. Se vuelve a encontrar siempre su carga. Pero Sísifo enseña la fidelidad superior que niega a los dioses y levanta las rocas. El también juzga que todo está bien. Este universo en adelante sin amo no le parece estéril ni fútil. Cada uno de los granos de esta piedra, cada fragmento mineral de esta montaña llena de oscuridad, forma por sí solo un mundo. El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre. Hay que imaginarse a Sísifo dichoso.

El mito de Sísifo, de Albert Camus. (via la interesantísima Ignoria).

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14 de marzo de 2012

¡El rey ha muerto!¡Viva el rey!

Tras los recientes fallecimientos de libray.nu y ebook30, suministradores eficientes de material académico para la autoformación y desarrollo profesional, y tras rastreo canino del intesné, les ofrezco nuevos enlaces donde seguir curioseando y alimentando sus necesidades de crecimiento (english needed):

  • ebookee desorganizado pero eficaz buscador
  • ebook3600 buscador general
  • BookFinder buscador general
  • studytemple categorías diferenciadas; una pesadilla para descargar pero un buen referente de libros en abierto circulantes (luego se usa filestube, p.e.)
  • FreeBookSpot extraordinario. Categorías ordenadas. Diría que es el sustituto natural de ebook30
  • LibraryPirate con el tiempo, será el definitivo. Falta pulirlo pero se nutre de muchos ex-libreros de library.nu y además opera p2p (torrents).

Asesora de Sinde-Wert

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5 de marzo de 2012

Transteórico ≠ ecléctico

    El modelo transteórico se esfuerza por superar el relativismo del eclecticismo a través del compromiso con una teoría de orden superior de la psicoterapia que […] aprecie la unidad y la complejidad de la empresa. […] El compromiso se basa en la creencia de que el relativismo actual puede ser trascendido mediante el descubrimiento o construcción de conceptos que trascienden los límites tradicionales entre las distintas psicoterapias. El terapeuta transteórico es, por tanto, un relativista que opera bajo un compromiso ético y epistemológico.
    En un espíritu integrador, pretendimos construir un modelo de psicoterapia y cambio de comportamiento basado en todo el espectro de las principales teorías -de ahí el nombre transteórico. Nos guiamos por una serie de criterios para este modelo. En primer lugar, como hemos subrayado en este libro, una integración sofisticada respetará tanto la diversidad fundamental como la unidad esencial de los sistemas de psicoterapia. Se deben preservar las valiosas y a veces exclusivas aportaciones de los principales sistemas de psicoterapia; la reducción de todos los sistemas a su mínimo común denominador elimina su riqueza y aplicabilidad. En segundo lugar, el modelo debe hacer hincapié en el empirismo, en el que las variables fundamentales deben ser medidas y validadas. ¿Por qué molestarse con un nuevo modelo si nunca se pone a prueba o si no produce resultados más convincentes que los que ya están disponibles? En tercer lugar, hemos buscado un modelo que pudiera explicar cómo la gente cambia tanto en terapia como sin hacer tratamiento, ya que la mayoría de las personas con trastornos clínicos no buscan asistencia psicológica profesional. En cuarto lugar, el modelo debe demostrar su éxito en la generalización de una amplia gama de problemas humanos, incluyendo la salud física tanto como la salud mental. En quinto y último, el modelo transteórico debería alentar a los psicoterapeutas a ser innovadores, no sólo expertos que toman prestado de otros sistemas.
 Prochaska & Norcross: Systems of Psychotherapy:A Transtheoretical Analysis. 7th ed., 2010

musicphilosophy.org - The Who

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2 de marzo de 2012

Ultraje (festival del humor)

Anuncio terapia

Me sentí ultrajado. Se hacen llamar terapeutas profesionales ¡y no saben leer el futuro en los posos del café! ¿A dónde vamos a llegar?
 
Esto se les presupone (soberinanightclub)
 PD: si quieren echar unas risas, que google les informe del Yuen (incluye física cuántica, cómo no) y del Aurasoma :  
Vicky Wall [...]. Aura-Soma le fué revelada como una visión recurrente de oleadas de color que ella consiguió sintetizar.
Cuando Aura-Soma nació, nadie, incluyendo a Vicky, sabía para que servía. Aura-Soma es información de color que se ha dado al Mundo para el momento actual.
Por cierto, se anuncian como centro psicológico en la zona donde vivo. Supongo que al final será que lo hacemos suficientemente mal... País.


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