Godin: ¿para qué sirve la escuela? (I)
La educación de base científica utiliza precisamente las mismas técnicas que la gestión/ administración empresarial de base científica. Mide a todo el mundo. A menudo. Averigua qué estímulos son susceptibles de generar resultados comprobables. Si un resultado no se puede comprobar fácilmente, ignóralo. Sería un error decir que la educación de base científica no funciona. Funciona: creo aquello que luego ponemos a examen. Por
desgracia, las cosas que necesitamos desesperadamente (y las cosas que
nos hacen felices) no son las mismas cosas que son susceptibles de ser encajadas en un examen.
A
veces (raramente) enseñamos habilidades, pero cuando se trata de juicio y
actitud, les decimos a los niños y sus padres: búscate la vida.
Si
todo lo que el profesor va a hacer es leer sus notas pre-escritas de una
diapositiva de PowerPoint en una sala de conferencias de treinta o
de trescientos, tal vez debería quedarse en casa. Esto
no sólo es una falta de respeto horrible para el estudiante, sino una
pérdida completa del corazón y el alma de la maestra con talento. La enseñanza ya no se trata de la entrega de datos que no están disponibles en ningún otro formato.
[...] la finalidad original de la escuela: teníamos que enseñar a los
ciudadanos a ser obedientes (a ser buenos trabajadores), para consumir lo
que los vendedores venden (para que le industria siga funcionando), y ser
capaz de permanecer sentados (a ser buenos trabajadores) . La
escuela todavía consiste en obediencia y cumplimiento y consumo, pero actualmente, encima de todo eso, son
horas cada día de aprendizaje por fuerza bruta sobre cómo funciona
realmente el mundo. El problema es que no lo vendemos muy bien, no se absorbe, es caro, y no permanece.
Ahora
que la obediencia es menos importante, y que el aprender importa más que nunca, tenemos que ser lo suficientemente valientes como para separarlos.
Podemos reconstruir todo el sistema en torno a la pasión en lugar del miedo.
La idea de que los seres humanos quieren sentirse comprometidos con algo es antigua y profunda. Y, sin embargo, la educación vigente se dedica con insistencia a mantener a los estudiantes al margen de hacer precisamente eso.
Estoy argumentando que la revolución de la conexión crea las condiciones para un retorno al trabajo con sentido emocional. Por
primera vez en un siglo, tenemos la oportunidad de que los sistemas
digitales hagan el trabajo (work), mientras que los profesores hacen la tarea (labor). Pero eso sólo puede ocurrir si dejamos que los profesores sean profesores otra vez.
Algunos consejos para el estudiante frustrado:
1. Las calificaciones son una ilusión
2. Tu pasión y conocimiento son la realidad
3. Tu trabajo vale más que la mera congruencia con una clave de respuestas
4. La persistencia en frente de una figura de autoridad escéptica es una virtud muy poderosa
5. Encajar es una estrategia a corto plazo, destacar vale la pena en el largo plazo
6. Si te importa lo que haces lo suficiente para permitir que sea criticado, has aprendido lo suficiente por hoy.
Todo gran profesor que he encontrado en mi camino es grande debido a su deseo de comunicar emociones, no (sólo) hechos.
Sólo
me preguntaba: ¿qué pasaría con nuestra cultura si los estudiantes
pasaran el 40 por ciento de su tiempo a la búsqueda de descubrimientos y oportunidades de crecimiento interesantes, y sólo el 60
por ciento de la jornada absorbiendo hechos que solía ser importante
saber?
Seth Godin: Stop Stealing Dreams
3 comentarios:
Me recomendaron leer tu blog...me dijeron que tenías una entrada dedicada a la educación. Tú a través de Godin, yo con Sir Ken Robinson y El Elemento. Y ambos de acuerdo en ciertas cosas: el actual modelo educativo es anacrónico; el aprendizaje es corazón y cerebro; la educación es libertad y responsabilidad; y que por supuesto la disociación del intelecto y la emoción no conducen al mejor de los aprendizajes. La receta es bien sencilla: pasión y habilidad, todo bien mezcladito...
¿Para qué sirve la escuela? Para que maestros como yo nos replanteemos el actual modelo educativo, crezcamos y lo transformemos en un nuevo modelo más acorde a las necesidades de los estudiantes que acuden a nuestras aulas, ésa es nuestra responsabilidad, ¿no?. Aprendo de mis alumnos tanto o más de lo que ellos aprenden de mi. Así que qué es lo que me replanteo yo. Para empezar eliminaría la etapa de infantil, lo siento pero yo abogo por la conciliación de la vida familiar y laboral. También defiendo que la escuela y la familia van de la mano, así que no es cierto que el aprendizaje se adquiera única y exclusivamente entre cuatro paredes y de manos de un maestro o profesor (tendría que volver a decir lo siento, acabo de dejar en la calle a miles de maestros y profesores en 4 líneas, incluyéndome a mi) Todo lo que nos rodea es aprendizaje, y todos aprendemos y enseñamos. Pero como de momento el homeschooling a nivel mundial es utópico, volveré a mis replanteamientos acerca del actual modelo educativo . En primaria comenzaría por reducir la ratio. Desterraría las calificaciones y los exámenes y los cambiaría por autoevaluación en exclusiva. Cambiaría las actividades de aprendizaje por situaciones de aprendizaje, fuera libros y editoriales que nos dicten qué, cómo y cuándo enseñar tal cosa y no la otra(los libros de texto son acríticos). No más maestros protagonistas, los protagonistas son los alumnos, ellos deberían decidir qué, cómo y cuándo. Y además, sobran etiquetas hacia los niños y su manera de comportarse, ésta es una escuela de adultos para niños. También sobran límites. ¿Sigo? Pues...parece ser que la escuela quiere atender a la diversidad, diversidad es trabajar ambos hemisferios del cerebro y no sólo nuestro lado racional. Diversidad es respetar los ritmos de aprendizaje y los intereses de los alumnos. Agrupamos a nuestros alumnos bajo un único y exclusivo criterio: su fecha de nacimiento. Sigo tratando de entender porqué prima este criterio sobre otros. Con todo esto, aún por ahí hay algún señor que quiere seducirnos con la idea de volver a las aulas de los años 50 y 60. ¡Caramba!¡¡ con lo bien que nos iba entonces!!Debo estar loca yo... Y voy a ir dejándolo, que parece que comienzo a perder mi subjetividad, y no, no me he equivocado, no confundo objetividad con subjetividad, es sólo que le he cogido más cariño a esa parte de mi... Así que como decía aquel filósofo, “yo solo sé que no sé nada”, así que me limito a soñar y de vez en cuando, cuando puedo, intento hacer mis sueños realidad.
Iba a terminar ya pero me he dado cuenta de que parece que sólo critico y yo no soy así, he decidido ser parte de la solución y no del problema. Y es que la escuela es algo más. La escuela cuenta con grandes profesionales que quieren a los niños y a los que les encanta estar con ellos. Adultos a los que se nos olvidó que la curiosidad era innata(¿no es sentir curiosidad suficiente motivación para hacer o aprender algo?) y que no hacía falta que nos formularan preguntas, nosotros sabíamos hacer las preguntas y buscar las respuestas también. olvidamos que no nos gustaba que nos mandaran a callar. Nos sobran buenas acciones: empleamos un montón de nuestro tiempo libre en preparar clases e incluso a veces nuestro propio dinero para elaborar materiales o comprarlos, les mostramos que es el respeto y la solidaridad, les damos cariño, nos mueve verlos descubrir el mundo, nos preocupamos porque tengan algo de comer en la escuela si en casa la cosa está mal, les acompañamos cuando resuelven sus conflictos, nos preocupamos por conocer cuáles son los dibujos, pelis, libros, deportes y grupos musicales que les gustan, entre otras cosas, para tener cosas en común de las que hablar, los escuchamos, les curamos sus heridas, escuchamos a sus familias y les acompañamos... y muchas cosas más.
Enhorabuena por tu blog y gracias por compartirte a través de él. Me alegra muchísimo que haya más gente como yo por ahí replanteándose cosas relacionadas con la educación y que las comparta. De nuevo, gracias.
Sí, el tal Godin evidentemente recoge mucho de Ken Robinson (y asó lo manifiesta expresamente). No soy especialista en el tema, sino curioso sobre él (lo cual es evidente y coherentemente suficiente), pero estoy de acuerdo con lo que escribes. Como hijo y hermano de maestras, sé perfectamente lo que es vocación de enseñanza y lo que es dejarse la piel porque una niña (o) puedan ser mejores personas, a pesar de que el sistema parece empeñado en matar esa vocación.
Lo del homeschooling siempre me dejó dudas (las mismas exactamente que asumir que cada padre/madre es sabia: que hay mucho descastado que no está a la altura de lo que trae al mundo); me atrae más que algún sistema humanizado y bien dotado de recursos ofrezca una verdadera oportunidad de liberación emocional e intelectual a cada niño/a (creatividad, responsabilidad, respeto, curiosidad).
Pero de resto, buena parrafada. Si eres maestra o profe, felicidades y a seguir en la pelea.
Un saludo.
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