19 de junio de 2013

Misturado 14

The Antidote, de Oliver Burkeman: Happiness for People Who Can't Stand Positive Thinking. Brillante aproximación de un periodista británico con mucha ironía y bastante sentido común, que revienta el tufillo entre simplón y simplemente paradójico de la búsqueda ansiógena del pensamiento positivo y la propia felicidad.

Countering a self-help tradition in which "positive thinking" too often takes the place of actual thinking, Oliver Burkeman returns our attention to several of philosophy's deeper traditions and does so with a light hand and a wry sense of humor (Daniel Pink).

Tiene uno previo llamado Help que pone en su sitio (generalmente muy bajo)  con argumentos la endeblez de la autoayuda frívola (abrumadoramente mayoritaria, por cierto).

In the flesh (BBC) : irónica miniserie en que zombies medicados son recuperados a la vida y pasan a calificarse como afectados por el "Síndrome del Parcialmente Muerto" (PDS en inglés). El tratamiento crónico con (tachán) Nortriptilina (un tricíclico clásico) les permite un regreso aproximado desde la muerte, pero deberán convivir con el estigma, la incomprensión y la feroz intolerancia de sus coetáneos. Por supuesto, todos apestados pero unos más que otros. También hay espacio para la reivindicación PDS Pride y en conjunto una interesantísima metáfora de ciertas realidades habituales en el mundo de la psicopatología que promueve reflexión y no solo entretenimiento. Inteligente, casi brillante; espero continuación.

Una nostalgia (más que nunca necesaria) de mi adolescencia, que siempre me remueve:

Cuando ya nada se espera
personalmente exaltante
mas se palpita y se sigue
más acá de la consciencia.
fieramente existiendo
ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea
las tinieblas,
que golpea las tinieblas.

Cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos
claros de la muerte,
se dicen las verdades, las bárbaras,
terribles,amorosas crueldades,
amorosas crueldades.

Poesía para el pobre,
poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos
trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos
dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes
porque apenas sí nos dejan
decir que somos quien somos.
Nuestros cantares no pueden ser
sin pecado un adorno;
estamos tocando el fondo,
estamos tocando el fondo.

La poesía es un arma cargada de futuro (extracto) , Gabriel Celaya
Musicado por Paco Ibáñez.

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5 de junio de 2013

Godin: ¿para qué sirve la escuela? (II)

" Nunca he permitido que la escuela entorpeciese mi educación"
Mark Twain


Quiero compartir con vosotros 8 cosas que pienso que van a cambiar completamente si decidimos cómo queremos responder a esa cuestión, o quizás incluso si no lo hacemos.
Uno: como ha señalado Sal Khan, debers de día y clases magistrales de noche. Conferenciantes de nivel mundial que enseñan cualquier cosa que quieras aprender a cualquier persona del mundo con una conexión de internet, gratis. Y mientras duarbte el día te sientas con un ser humano, un profesor, y preguntas lo que necesitas, y haces tus tareas, y exploras cara a cara. Es estúpido que la misma clase se ofrezca "hecha a mano" 10000 veces al día a lo largo del país, pudiendo tener a un gran comunicador ofreciéndosela a quien quiera oírla.

Dos: libros abiertos y libretas abiertas, todo el tiempo. El valor de memorizar datos es nulo. Cualquier cosa que merezca la pena memorizar merece la pena que sea buscada. No deberías mos malgastar tiempo enseñando a la gente a memorizar.

Tres, acceso a cualquier curso en cualquier lugar del mundo a cualquier hora que lod esees. Esto de hacer cosas en un orden determinado, basadas en localización física y cronología, no tiene sentido.

Cuatro: educación focalizada y específica en lugar de bloques en masa. Así se hace casi todo lo que consumimos ahora, ¿no? Antes, podías tener un coche de cualquier color mientras fuera negro (en la época de H Ford). Así manteníamos la cadena de montaje en marcha. Pero ahora se hacen 10000 tipos de coches porque se puede. Así que deberíamos de ofrecer 10000 tipos de educación.

No más exámenes de respuesta múltiple. Fueron inventados para que fueran fáciles de corregir, pero los ordenadores son más listos que eso. Medir la experiencia en vez de las puntuaciones de un test, porque lo que realmente nos interesa es la experiencia.

El fin del cumplimiento como resultado: un CV es sólo la prueba de que has cumplido con el sistema año tras año, con marcas (instituciones) educativas prestigiosas, y así llegas a conseguir un trabajo. Eso ahora es absurdo y sin valor.

Cooperación en lugar de aislamiento: ¿por qué forzamos a los alumnos que lo hagan todo por sí mismos y luego los mandamos al mundo real y les decimos: "coopera"?

El papel del profesor se transforma en asesor, aprendizaje de por vida, y la muerte de las universidades "famosas". No de las universidades buenas. ¿Por qué pagamos más, por qué nos esforzamos más en cumplir y ser obedientes? Para obtener un nombre famoso que unir al nuestro, aunque esto no tenga ninguna relevancia respecto a la felicidad o el éxito.

[...] y cada día enviamos a niños al colegio y les decimos "no lo descubras por tí mismo", "no preguntes cosas de las que no tengo respuesta", "no lo busques por tu cuenta", "no te salgas de la programación curricular", y cumple cada vez mejor, mejor, mejor, encaja, sé como tus iguales, haz lo que te digo porque debo procesarte, porque todo en mi evaluación se basa en si te he podido o no procesar apropiadamente.

Así que aquí van dos mitos con los que quiero cerrar:
Mito uno: un gran rendimiento escolar conduce al éxito y la felicidad. Si esto no es cierto, debemos dejar de repetírnoslo continuamente.
Y dos: los mejores padres tiene hijos que rinden muy bien en la escuela. Si esto no es cierto, debemos dejar de repetírnoslo continuamente.
¿Pedimos anuestros hijos que coleccionen puntos o que conecten puntos? Somos muy buenos evaluando cuántos puntos acumulan, cuántos hechos memorizan, en cuántos moldes encajan, pero no les enseñamos en absoluto a conectar los puntos. Esto desde luego no se enseñan en unn manual "para Dummies".
No se puede enseñar a conectar puntos a través de un libro de texto. Sólo puede hacerse poniendo a los chicos y chicas en una situación en la que puedan fallar. Las calificaciones escolares son una ilusión. La pasión y la introspección son la realidad. Tu esfuerzo es más importante que tu congruencia con la plantilla de respuestas correctas. La persistencia frente a una figura de autoridad escéptica no tiene precio. Y aún así lo saboteamos. Encajar es una estrategia a corto plazo que no te lleva aningún sitio. Destacar sobre la media normal es una estrategia a largo plazo que da excelentes resultados. Si te importa lo suficiente tu esfuerzo como para desear recibir una crítica sobre lo que has hecho, entonces esde cía de clase ha merecido la pena.



¿Y ahora qué? ¿Qué hacemos ahora?
Sólo un cosa. Haz la pregunta: ¿para qué sirve la escuela?

Seth Godin at TEDxYouth

 

* Para un acceso libre a libros y revistas científicas: LibGen. Extraordinario.


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1 de junio de 2013

Rowling y el fracasar

[...] Estaba convencida de que lo único que quería hacer, por el resto de mi vida, era escribir novelas. Sin embargo, mis padres, que proceden de ambientes pobres y además nunca fueron a la universidad, tomaron mi hiperactiva imaginación simplemente como una excentricidad personal que no me ayudaría a pagar una hipoteca o garantizarme una pensión. [...] No puedo criticar a mis padres por esperar que yo nunca experimentara la pobreza. Ellos mismos habían sido pobres, yo misma llegué a ser pobre, y estoy de acuerdo con ellos en que no es precisamente una experiencia ennoblecedora. La pobreza implica miedo, y estrés, y a veces depresión; significa miles de pequeñas humillaciones y obstáculos. Salir de la pobreza a través de tu propio esfuerzo es algo de lo que enorgullecerse, pero la pobreza sólo es romántica para los tontos.
Lo que más temía a vuestra edad no era la pobreza, sino el fracaso.

No soy tan simple como para pensar que porque ustedes son jóvenes, talentosos y bien educados, nunca habrán pasado por dificultades o desencantos. El talento y la inteligencia nunca han inoculado a nadie contra los caprichos del destino, así que en ningún momento supongo que todos los aquí presentes han disfrutado de una existencia llena de privilegios y satisfacciones.

Sin embargo, el hecho de que ustedes se estén graduando de Harvard sugiere que no están muy acostumbrados al fracaso. Tal vez hayan tenido tanto miedo a fallar como han deseado el éxito. De hecho, su concepto de fracaso puede no estar muy lejos de la idea de éxito de una persona promedio; así de alto han volado ya. En última instancia, todos hemos de decidir por nosotros mismos qué es el fracaso, pero el mundo está deseando ofrecerles su criterio si le dan permiso. Así que creo que es justo decir que bajo cualquier punto de vista habitual, sólo 7 años después del día de mi graduación, fracasé a una escala épica. Un matrimonio excepcionalmente corto se había hundido ya, y yo estaba desempleada, era madre soltera, y tan pobre como es posible serlo en la Gran Bretaña moderna sin acabar en la calle desahuciada. Los temores que mis padres albergaban sobre mí, y que yo albergaba sobre mí misma, se convirtieron en realidad, y bajo cualquier criterio estándar, yo era el mayor fracaso que conocía.
No voy a pararme aquí para decirles que el fracaso es divertido. Ese período de mi vida fue muy oscuro, y no tenía ni la más remota idea de que ocurriría lo que la prensa llama ahora un “final de cuento de hadas”. No tenía idea de lo larogo que sería el tunel, y durante mucho tiempo, cualquier luz al final de él era más una esperanza que una realidad.

 Así que, ¿por qué hablo acerca de los beneficios del fracaso? Simplemente porque el fracaso significó un camino para despojarme de lo no esencial.  Dejé de pretender que era algo muy diferente a lo que era en realidad, y comencé a dirigir toda mi energía a terminar el único trabajo que me interesaba.  Si hubiera triunfado en alguna otra cosa, quizás nunca hubiera encontrado la determinación de triunfar en aquello a lo que creía verdaderamente pertenecer. Me liberé, pues mis mayores miedos se habían materializado, y aún estaba con vida, y aún tenía una hija a la cual adoraba, y tenía una vieja máquina de escribir y una gran idea. Y entonces el fondo se convirtió en los cimientos sólidos sobre los que reconstruí mi vida.

Tal vez vosotros nunca fracaséis a la escala que yo lo hice, pero algún fracaso en la vida es inevitable. Es imposible vivir sin fallar en algo, a menos que vivas tan cautelosamente que no estés viviendo en realidad - en cuyo caso, fallas por defecto. El fracaso me dio una seguridad interior que nunca experimenté al aprobar exámenes. El fracaso me enseñó cosas acerca de mi misma que no hubiese podido aprender de otra manera. Descubrí que tengo una voluntad fuerte, y más disciplina de la que sospechaba. Y también descubrí que tenía amigos que valen más que los rubíes.

El saber que has emergido más sabia y más fuerte de tus adversidades significa que estás, para siempre, segura de tu capacidad para sobrevivir. Nunca te conocerás verdaderamente, ni las fortalezas de tus relaciones, hasta que ambas sean puestas a prueba por la adversidad. Ese conocimiento es un verdadero regalo, en la medida del dolor que cuesta conseguirlo, y vale más que cualquier calificación que haya obtenido nunca. Si me dieran un máquina del tiempo, me diría a mi misma a los 21 años que la felicidad personal reside en saber que la vida no es un listado de adquisiciones o logros cumplidos. Vuestras calificaciones, vuestros currículums, no son vuestra vida, aunque conoceréis a muchas personas de mi edad o mayores que confunden estos dos aspectos. La vida es difícil, y complicada, y más allá del control de cualquier persona, y la humildad de saber eso os permitirá sobrevivir a sus vicisitudes.


Extracto del discurso de JK Rowling en la Ceremonia de Graduación N°357 de la Universidad de Harvard (2008)

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