29 de septiembre de 2008

Aforismos de Lichtenberg

¿Quién oye disculpas cuando puede oír acciones?

Las debilidades dejan de ser dañinas en cuanto las conocemos.

La duda no debe ser otra cosa que vigilancia, de lo contrario puede ser muy peligrosa.

Nada se juzga con tanta ligereza como el carácter y en nada hay que ser más cuidadoso...siempre he notado que las "malas personas" mejoran al conocerlas mejor, y las buenas empeoran.

Hay dos caminos para alrgar la vida. El primero consiste en alejar los puntos del nacimiento y de la muerte. Entre los médicos hay quienes han contribuido mucho a esta materia. La otra forma consiste en caminar más lento, y dejar los dos puntos donde Dios quiera. Esta corresponde a los filósofos, que saben que no hay nada mejor que recolectar plantas, caminar sin rumbo fijo, saltar una tumba de vez en cuando...y así en adelante.

Lo que se aprende, se aprende al modo del aprendiz.

Así como se encuentra agua al excavar, tarde o temprano encontramos lo incomprensible en todas partes.

Hay una enorme diferencia entre segir creyendo y volver a creer. Seguir creyendo que la luna influye en las plantas revela tontería y superstición, pero volver a creerlo es señal de filosofía y reflexión.

tal vez lo más cercano a la felicidad total es aprender a concebir que nadie es completamente feliz. Sin embargo, hay muchos grados de sufrimiento, y esto es lo malo.

De nada sirve leer recetas cuanado se está hambriento.


Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799)

Read more...

26 de septiembre de 2008

Música y alcohol

Via Psyblog: Un estudio francés muestra que a mayor ruido (música más alta), más se consume en un bar. La explicación de este fenómeno la da otro artículo escocés que muestra que es muy probable que al menos parte de la causalidad se esconda en que se habla menos cuando el volumen sube, y el beber parece ser una actividad sustitutoria de la comunicación (¿por aburrimiento?¿por ansiedad?): bueno, si has de gritar, al final pasas de comunicarte y te dedicas al cubata, por ejemplo. Llevándolo algo más lejos, no sorprende pues que conocer a alguien en una terraza parezca tener mejores probabilidades comunicativas (ergo afectivas) que en una discoteca (donde quizás sin comunicación verbal sólo queda la física, y encima parece que uno calibra ya tajado).

Read more...

24 de septiembre de 2008

Inspiracional

Discurso de Steve Jobs a los graduados de Stanford en 2005. Sugerido por Daniel B. (gracias). Creo que es una buena inspiración sobre el sentido de la vida, ese tipo de contenidos que lo ponen a uno en órbita cuando todo parece desmoronarse. Una buena referencia.


Tengo el honor de estar hoy aquí con vosotros en vuestra graduación en una de las mejores universidades del mundo. Nunca me gradué. A decir verdad, esto es lo más cerca que jamás he estado de una graduación universitaria. Hoy os quiero contar tres historias de mi vida. Nada especial. Sólo tres historias.

La primera historia versa sobre cómo se conectan los puntos.
Dejé Reed College después de los seis primeros meses, pero después seguí por allí por libre otros 18 meses, más o menos, antes de dejarlo de veras. Entonces, ¿por qué lo dejé?
Comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era una titulada universitaria joven y soltera, y decidió darme en adopción. Ella tenía muy claro que quienes me adoptaran tendrían que ser titulados universitarios, de modo que todo se preparó para que fuese adoptado al nacer por un abogado y su mujer. Solo que cuando aparecí decidieron en el último momento que lo que de verdad querían era una niña. Así que mis padres, que estaban en lista de espera, recibieron una llamada a media noche preguntando: “Tenemos un niño no esperado; ¿lo queréis?” “Por supuesto”, dijeron. Mi madre biológica se enteró de que mi madre no tenía titulación universitaria, y que mi padre ni siquiera había terminado el bachillerato, así que se negó a firmar los documentos de adopción. Sólo cedió, meses más tarde, cuando mis padres prometieron que algún día iría a la universidad.
Y 17 años más tarde realmente fui a la universidad. Pero de forma descuidada elegí una universidad que era casi tan cara como Stanford, y todos los ahorros de mis padres de clase trabajadora los estaba gastando en mi matrícula. Después de seis meses, no le veía propósito alguno. No tenía idea de qué quería hacer con mi vida, y menos aún de cómo la universidad me iba a ayudar a averiguarlo. Y me estaba gastando todos los ahorros que mis padres habían conseguido a lo largo de su vida. Así que decidí dejarlo, y confiar en que las cosas saldrían bien. En su momento me dio miedo, pero en retrospectiva fue una de las mejores decisiones que nunca haya tomado. En el momento en que lo dejé, ya no fui más a las clases obligatorias que no me interesaban, y comencé a meterme en las que parecían interesantes.
No era idílico. No tenía dormitorio, así que dormía en el suelo de las habitaciones de mis amigos, devolvía botellas de Coca Cola por los 5 céntimos del depósito para conseguir dinero para comer, y caminaba más de 10 Km los domingos por la noche para comer bien una vez por semana en el templo de los Hare Krishna. Me encantaba. Y muchas cosas con las que me fui topando al seguir mi curiosidad e intuición resultaron no tener precio más adelante.
Os daré un ejemplo: en aquella época el Reed College ofrecía la que quizá fuese la mejor formación en caligrafía del país. En todas partes del campus, todos los póster, todas las etiquetas de todos los cajones, estaban bellamente caligrafiadas a mano. Como ya no estaba matriculado y no tenía clases obligatorias, decidí atender al curso de caligrafía para aprender cómo se hacía. Aprendí cosas sobre el serif y tipografías sans serif, sobre los espacios variables entre combinaciones de letras, sobre qué hace realmente grande a una gran tipografía. Era sutilmente bello, histórica y artísticamente, de una forma que la ciencia no puede capturar, y lo encontré fascinante.
Nada de esto tenía ni la más mínima esperanza de aplicación práctica en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer ordenador Macintosh, volvió a mí. Y diseñamos el Mac con todo dentro. Fue el primer ordenador con tipografías bellas. Si nunca me hubiera dejado caer por aquél curso concreto en la universidad, el Mac jamás habría tenido múltiples tipografías, ni tipos con espaciado proporcional. Y como Windows no hizo más que copiar el Mac, es probable que ningún ordenador personal los tuviera. Si nunca hubiera decidido dejarlo, no habría entrado en esa clase de caligrafía, y los ordenadores personales no tendrían la maravillosa tipografía que poseen. Por supuesto que era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en clase. Pero era muy, muy claro al mirar atrás diez años más tarde.
Otra vez: no se pueden conectar los puntos hacia adelante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tenéis que confiar en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo — tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Esta forma de actuar nunca me ha dejado tirado, y ha marcado la diferencia en mi vida.


Mi segunda historia es sobre el amor y la pérdida.
Tuve suerte — supe pronto en mi vida qué era lo que más deseaba hacer. Woz y yo creamos Apple en la cochera de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos mucho, y en diez años Apple creció de ser sólo nosotros dos a ser una compañía valorada en 2 mil millones de dólares y 4.000 empleados. Hacía justo un año que habíamos lanzado nuestra mejor creación — el Macintosh — un año antes, y hacía poco que había cumplido los 30. Y me despidieron. ¿Cómo te pueden echar de la empresa que tú has creado? Bueno, mientras Apple crecía contratamos a alguien que yo creía muy capacitado para llevar la compañía junto a mí, y durante el primer año, más o menos, las cosas fueron bien. Pero luego nuestra perspectiva del futuro comenzó a divergir, y finalmente nos apartamos completamente. Cuando eso pasó, nuestra Junta Directiva se puso de su parte. Así que a los 30 estaba fuera. Y de forma muy notoria. Lo que había sido el centro de toda mi vida adulta se había ido, y fue devastador.
Realmente no supe qué hacer durante algunos meses. Sentía que había dado de lado a la anterior generación de emprendedores – que había soltado el testigo en el momento en que me lo pasaban. Me reuní con David Packard [de Hewlett Packard] y Bob Noyce [inventor del circuito integrado, Intel], e intenté disculparme por haberla fastidiado tanto. Fue un fracaso muy notorio, e incluso pensé en huir del valle [Silicon Valley]. Pero algo comenzó a abrirse paso en mí — aún amaba lo que hacía. El resultado de los acontecimientos en Apple no había cambiado eso ni un ápice. Había sido rechazado, pero aún estaba enamorado. Así que decidí comenzar de nuevo.
No lo vi así entonces, pero resultó ser que el que me echaran de Apple fue lo mejor que jamás me pudo haber pasado. Había cambiado el peso del éxito por la ligereza de ser de nuevo un principiante, menos seguro de las cosas. Me liberó para entrar en uno de los periodos más creativos de mi vida.
Durante los siguientes cinco años, creé una empresa llamada NeXT, otra llamada Pixar, y me enamoré de una mujer asombrosa que se convertiría después en mi esposa. Pixar llegó a crear el primer largometraje animado por ordenador, Toy Story, y es ahora el estudio de animación más exitoso del mundo. En un notable giro de los acontecimientos, Apple compró NeXT, regresé a Apple, y la tecnología que desarrollamos en NeXT es el corazón del actual renacimiento de Apple. Y Laurene y yo tenemos una maravillosa familia.
Estoy bastante seguro de que nada de esto habría ocurrido si no me hubieran echado de Apple. Creo que fue una medicina horrible, pero supongo que el paciente la necesitaba. A veces, la vida te da en la cabeza con un ladrillo. No perdáis la fe. Estoy convencido de que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía. Tenéis que encontrar qué es lo que amáis. Y esto vale tanto para vuestro trabajo como para vuestros amantes. El trabajo va a llenar gran parte de vuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideráis un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hacéis. Si aún no lo habéis encontrado, seguid buscando. No os conforméis. Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado. Y como en todas las relaciones geniales, las cosas mejoran y mejoran según pasan los años. Así que seguid buscando hasta que lo encontréis. No os conforméis.

Mi tercera historia es sobre la muerte.
Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo como: “Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón”. Me marcó, y desde entonces, durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?” Y si la respuesta era “No” durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.
Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque prácticamente todo — las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso — se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante. Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir al corazón.
Hace casi un año me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un barrido a las 7:30 de la mañana, y mostraba claramente un tumor en el páncreas. Ni siquiera sabía qué era el páncreas. Los médicos me dijeron que era prácticamente seguro un tipo de cáncer incurable, y que mi esperanza de vida sería de tres a seis meses. Mi médico me aconsejó que me fuese a casa y dejara zanjados mis asuntos, forma médica de decir prepárate a morir. Significa intentar decirle a tus hijos todo lo que ibas a contarles en los próximos diez años en unos pocos meses. Significa asegurarte de que todo queda atado y bien atado, para que sea tan fácil como sea posible para tu familia. Significa decir adiós.
Viví todo un día con ese diagnóstico. Luego, a última hora de la tarde, me hicieron una biopsia, metiéndome un endoscopio por la garganta, a través del estómago y el duodeno, pincharon el páncreas con una aguja para obtener algunas células del tumor. Yo estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que cuando vieron las células al microscopio los médicos comenzaron a llorar porque resultó ser una forma muy rara de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía. Me operaron, y ahora estoy bien.
Esto es lo más cerca que he estado de la muerte, y espero que sea lo más cerca que esté de ella durante algunas décadas más. Habiendo vivido esto, ahora os puedo decir esto con más certeza que cuando la muerte era un concepto útil, pero puramente intelectual:
Nadie quiere morir. Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la Muerte es posiblemente el mejor invento de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo. Ahora mismo lo nuevo sois vosotros, pero dentro de no demasiado tiempo, de forma gradual, os iréis convirtiendo en lo viejo, y seréis apartados. Siento ser tan dramático, pero es bastante cierto.
Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro. No os dejéis atrapar por el dogma — que es vivir según los resultados del pensamiento de otros. No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior. Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición. De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser. Todo lo demás es secundario.
Cuando era joven, había una publicación asombrosa llamada The Whole Earth Catalog [Catálogo de toda la Tierra], una de las biblias de mi generación. La creó un tipo llamado Stewart Brand no lejos de aquí, en Menlo Park, y la trajo a la vida con su toque poético. Eran los últimos años 60, antes de los ordenadores personales y la autoedición, así que se hacía con máquinas de escribir, tijeras, y cámaras Polaroid. Era como Google con tapas de cartulina, 35 años de que llegara Google: era idealista, y rebosaba de herramientas claras y grandes conceptos.
Stewart y su equipo sacaron varios números del The Whole Earth Catalog, y cuando llegó su momento, sacaron un último número. Fue a mediados de los 70, y yo tenía vuestra edad. En la contraportada de su último número había una fotografía de una carretera por el campo a primera hora de la mañana, la clase de carretera en la que podrías encontrarte haciendo autoestop si fueseis así de aventureros. Bajo ella estaban las palabras: “Sigue hambriento. Sigue alocado”. Era su último mensaje de despedida. Sigue hambriento. Sigue alocado. Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora, cuando os graduáis para comenzar de nuevo, os deseo eso.
Seguid hambrientos. Seguid alocados.
Muchísimas gracias a todos.


(Traducción via MetaPsike)

Read more...

14 de septiembre de 2008

Supersticioso

Una revisión del fenómeno de la superstición, con detalles sobre distintos experimentos que dan forma a la manera en que, incluso los más racionales de nosotros, acabamos dando cancha a las supersticiones. En suma, en la superstición se vincula una señal con un supuesto resultado negativo (esta asociación se aprende de nuestro entorno cultural, o de alguna experiencia personal o de alguien próximo, etc.): p.e. "olvidar una paraguas aumenta la probabilidad de que empiece a llover" (bueno, seguro que te ha pasado realmente más de una vez; aunque hayan sido muchas más las que no te ha sucedido, la mente aprende asociativamente esa conexión, y la aprende emocionalmente ayudada por el fastidio que supuso el que ocurriera esa vez aislada). A partir de ahí, cuando en un día algo gris uno dude entre coger o no un paraguas, es más probable que el procesamiento asociativo (rápido, en paralelo, ligado a la memoria, inconsciente) le gane la partida al racional (en serie, lento, consciente y con esfuerzo), y la intuición nos diga que...mejor cogerlo, o de alguna manera acabará lloviendo.
En paralelismo con el fenómeno obsesivo-compulsivo (del que la superstición puede considerarse una variante menor, digamos no patológica en principio), yo creo que además de esta descripción, hay un reforzamiento operante posterior: si tras la conducta supersticiosa no hay "castigo" (no se produce lo temido), entonces ese alivio refuerza la superstición, y la fortalece.

Read more...

10 de septiembre de 2008

Chorrada (otra)

En 20 minutos (luego repetido por ahí en Tv y demás, con cierto cachondeo -merecido- en algunos casos):

La crisis llena las consultas de los psicólogos para tratar problemas de ansiedad o estrés.

Me abstendré de comentar este engendro porque me da vergüenza, particularmente ajena personificada en las supuestas declaraciones de psicólogos varios.

Paridas para reírse:
"unos 6.750 pacientes diarios se recuesten en el diván" (decimonónico; igual es fruto de la imaginación del periodista, no obstante)
"la sanidad pública madrileña dispone de una red de psicólogos, ésta es muy pequeña y se "reserva para casos más graves como neurosis" (bonito diagnóstico, profesional y preciso donde los haya; ésta es del presidente del colegio de Madrid)
Otra perla: "También las mujeres de los empresarios acuden a recostarse en el diván" (ligeramente equívoco, me temo, pero de proporciones epidémicas)
"La psicoanalista Esperanza Molleda asegura que los síntomas más habituales son "no poder dormir por estar pensando constantemente en que la empresa va a quebrar". " (muy trabajado)
"Este insomnio y tener pensamiento obsesivos provoca también depresión y temor, informa Valentín Martínez-Otero, psicólogo clínico." (potaje conceptual en microondas).

Lamentable, pero a la vez estimulante: con esta peña, creo que puedo esquivar la crisis.

Read more...

3 de septiembre de 2008

Crisis económica e indefensión aprendida

Ariely hace notar en su blog la contradicción entre la actitud de los ciudadanos sobre la negatividad cataclísmica de la crisis en marcha, con el hecho de que los datos económicos no son tan negativos como sería deducible de ese sentimiento (en USA, pero aquí más o menos también). Su explicación de este fenómeno es que en el mundo interconectado e hiperinformado de hoy día, todos estamos expuestos a una lluvia informativa en que, de forma aparentemente imprevisible y quizás absurda, las piezas de la macroeconomía se han ido cayendo una tras otra justo cuando parecía que el progreso de nuestro capitalismo siglo XXI era imparable. Asçi que Ariely se acuerda del modelo de indefensión aprendida de Seligman y concluye que esta percepción de incontrolabilidad que súbitamente nos rodea y atrapa (frecuentemente en forma de reportajes periodísticos sobre mil y una historias de gente devorada por las hipotecas sin compasión alguna) sin que podamos sustraernos a ella podría explicar por qué nuestro pesimismo como consumidores parece hoy por hoy ligeramente desproporcionado en comparación con los indicadores económicos (mucho peores hace 25 años)...

Read more...

  © Blogger templates The Professional Template by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP