Rabbit Hole
- ¿Se va alguna vez?
- No; no me lo parece. No para mí. Ya han pasado 11 años. Aunque cambia.
- ¿Cómo?
- No lo sé...Supongo que el peso. En cierto momento se vuelve soportable. Se transforma en algo que puedes envolver y... cargar contigo, como un ladrillo en un bolsillo. Y hasta te olvidas de eso por un rato, pero luego metes la mano por cualquier razón y...ahí está. Puede ser terrible, pero no todo el tiempo. Es como...no como algo que te agradara, pero es lo que tienes en lugar de tu hijo. Así que lo llevas contigo, y no desaparece, lo cual...
- ¿Qué?
Rabbit Hole es una película de perfil íntimo y con cierto humor sobre la pérdida de un hijo, sobre el dolor insuperable, sobre caminos únicos e inciertos, sobre silencios y procesos, y eventualmente sobre seguir viviendo, que alcanza niveles de maestría desde su simplicidad indie y un registro actoral soberbio. Ni siquiera es triste, o un dramón: es real, humana, conectada, y creo que muy terapéutica (en su sentido de aprendizaje y de observación de los procesos de duelo desde cierta distancia en el tiempo, de ofrecer una privilegiada mirada desde la que entender mejor y respetar). Es, además, honesta.
Parece que en España no se estrena, pero ya sabrán encontrarla.
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