Kierkegaardianas logoterapéuticas
La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un
poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más.
La vida sólo puede ser comprendida hacia atrás, pero únicamente puede ser vivida hacia delante.
¡Qué absurdos son los hombres! Nunca usan
las libertades que tienen, y piden las que no tienen. Tienen libertad de
pensamiento y piden libertad de expresión.
La vida no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada.