15 de febrero de 2013

En la mente de la Oscuridad


La Triada Oscura fue propuesta por Paulhus y Williams en el2002 como agregado de tres constructos de personalidad: narcisismo, psicopatía y maquiavelismo. La utilidad de este encaje es dudosa hasta la fecha: los tres componentes son no intercambiables entre sí, aunque correlacionan altamente, pero no acaban de tener claro cuál es por tanto el factor común subyacente (y en mi opinión no sé para qué interesa tanto). Eso sí, a nivel de psicología pop da juego para hablar sobre seducción sexual abusiva (la idea de que a las chicas les gustan los chicos malos).
Creo que el narcisismo es esencialmente distinto a los otros dos elementos y si bien comparte con ellos su bajo nivel de empatía no implica en sí un placer esencial del hecho de manipular a otros: simplemente se lo permite. Ahí es donde psicopatía y maquiavelismo comparten esencia: el poder como fin en sí mismo, como cenit del placer y la realización. Me temo que la diferencia entre estos dos tiene más que ver con una variable frecuentemente omitida en los análisis caracteriales: la inteligencia (más estratégica y sofisticada en el maquiavelismo, posiblemente porque sus fines son menos primarios y más “elevados”  que el éxtasis sensorial en torno al sexo y la violencia que suele vertebrar la psicopatía pura).
Como exponente logradísimo de ese maquiavelismo les sugiero sumergirse en House of Cards (Netflix, 2013; ofrecen todos los capítulos el mismo día y libremente disponibles en internet; desde luego una estrategia comercial más moderna que la SGAE): un elaborado drama de contexto político estadounidense que genera fascinación y repulsa (pero admito que un poquito más de lo primero). Intuyo que la complejidad del sistema USA (el conteo de votos, la multiplicidad de elementos, los distritos electorales, la relevancia de la prensa) obliga a que junto al borreguismo y la inmediatez se seleccione la inteligencia articulada y hábil para sobrevivir en esa selva; ahí aparece un personaje alucinante (Frank Underwood) en la piel de Kevin Spacey:


En cuanto a mí, soy el Coordinador de la Mayoría de la Cámara de Representantes. Mantengo las cosas en movimiento en un congreso asfixiado por la mezquindad y la flojera. Mi trabajo consiste en mantener limpias las cañerías y que la mierda corra. Pero no tendré que ser fontanero por mucho tiempo más. Cumplí con mi condena. Apoyé al hombre correcto.

[…]
-          -  Frank, voy a interrumpirte. Sé que él te lo prometió, pero las circunstancias han cambiado.
-          -  La naturaleza de las promesas, Linda, es que siguen inmunes al cambio de las circunstancias.
-          -  Garrett ha reflexionado mucho sobre esto, y ha decidido que te necesitamos en el congreso.

[…]
-           -  Nos han hecho un gran favor, Doug. Ya no nos ligan lealtades. No servimos a nadie. Vivimos por una sola y única regla...Jamás nos permitiremos ser puestos otra vez en semejante postura.
-           -  Walker y Vázquez.
-           -   Todos ellos. Los considero responsables.
-           -  ¿Quieres venganza?
-           -  No, no. Es más que eso. Da un paso atrás. Ten visión de conjunto.
-           -  Creo que veo por donde vas. ¿Kern primero?
-           -   Así es cómo se devora a una ballena, Doug...Mordisco a mordisco.

Obviamente, eso no lo hace un sistema menos corrupto ni más limpio, pero qué distinto universo y muchos de sus personajes en relación a la imbécil y gris mediocridad de nuestra clase política y asociados.

Qué desperdicio de talento. Escogió el dinero por sobre el poder. En esta ciudad, ese es un error que cometen casi todos. El dinero es la gran mansión en Sarasota que comienza a derrumbarse a los 10 años. El poder es el antiguo edificio de piedra que dura siglos. No puedo respetar a alguien que no ve la diferencia.

0 comentarios:

  © Blogger templates The Professional Template by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP