En la mente de la Oscuridad
La Triada Oscura fue propuesta por Paulhus y Williams en el2002 como agregado de tres constructos de personalidad: narcisismo, psicopatía
y maquiavelismo. La utilidad de este encaje es dudosa hasta la fecha: los tres
componentes son no intercambiables entre sí, aunque correlacionan altamente,
pero no acaban de tener claro cuál es por tanto el factor común subyacente (y
en mi opinión no sé para qué interesa tanto). Eso sí, a nivel de psicología pop
da juego para hablar sobre seducción sexual abusiva (la idea de que a las
chicas les gustan los chicos malos).
Creo que el narcisismo es esencialmente distinto a los otros
dos elementos y si bien comparte con ellos su bajo nivel de empatía no implica
en sí un placer esencial del hecho de manipular a otros: simplemente se lo
permite. Ahí es donde psicopatía y maquiavelismo comparten esencia: el poder
como fin en sí mismo, como cenit del placer y la realización. Me temo que la
diferencia entre estos dos tiene más que ver con una variable frecuentemente
omitida en los análisis caracteriales: la inteligencia (más estratégica y
sofisticada en el maquiavelismo, posiblemente porque sus fines son menos
primarios y más “elevados” que el
éxtasis sensorial en torno al sexo y la violencia que suele vertebrar la psicopatía
pura).
Como exponente logradísimo de ese maquiavelismo les sugiero
sumergirse en House of Cards (Netflix, 2013; ofrecen todos los capítulos el mismo día y libremente disponibles en internet; desde luego una estrategia comercial más moderna que la SGAE): un elaborado drama de contexto
político estadounidense que genera fascinación y repulsa (pero admito que un poquito más de lo primero). Intuyo que la complejidad del sistema USA (el conteo de votos, la
multiplicidad de elementos, los distritos electorales, la relevancia de la prensa)
obliga a que junto al borreguismo y la inmediatez se seleccione la inteligencia
articulada y hábil para sobrevivir en esa selva; ahí aparece un personaje
alucinante (Frank Underwood) en la piel de Kevin Spacey:
En cuanto a mí, soy el
Coordinador de la Mayoría de la Cámara de Representantes. Mantengo las cosas en
movimiento en un congreso asfixiado por la mezquindad y la flojera. Mi trabajo
consiste en mantener limpias las cañerías y que la mierda corra. Pero no tendré
que ser fontanero por mucho tiempo más. Cumplí con mi condena. Apoyé al hombre
correcto.
[…]
- - Frank, voy
a interrumpirte. Sé que él te lo prometió, pero las circunstancias han cambiado.
- - La naturaleza
de las promesas, Linda, es que siguen inmunes al cambio de las circunstancias.
- - Garrett ha
reflexionado mucho sobre esto, y ha decidido que te necesitamos en el congreso.
[…]
- - Nos han
hecho un gran favor, Doug. Ya no nos ligan lealtades. No servimos a nadie. Vivimos
por una sola y única regla...Jamás nos permitiremos ser puestos otra vez en
semejante postura.
- - Walker y
Vázquez.
- - Todos
ellos. Los considero responsables.
- - ¿Quieres venganza?
- - No, no. Es más que eso. Da un paso atrás. Ten visión de conjunto.
- - Creo que
veo por donde vas. ¿Kern primero?
- - Así es
cómo se devora a una ballena, Doug...Mordisco a mordisco.
Obviamente, eso no lo hace un sistema menos corrupto ni más
limpio, pero qué distinto universo y muchos de sus personajes en relación a la imbécil y gris
mediocridad de nuestra clase política y asociados.
Qué desperdicio de
talento. Escogió el dinero por sobre el poder. En esta ciudad, ese es un error que
cometen casi todos. El dinero es la gran mansión en Sarasota que comienza a
derrumbarse a los 10 años. El poder es el antiguo edificio de piedra que dura
siglos. No puedo respetar a alguien que no ve la diferencia.
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