Geoffrey Miller y la selección sexual
El tipo escribe bien, es muy creativo, y tienen muchos artículos disponibles en su blog. Es un psicólogo evolutivo especializado en las estrategias de selección sexual: no somos máquinas de supervivencia, sino máquinas de seducción. En Komplex le dedicaron un espacio en castellano que reproduzco en su mayoría aquí:
GEOFFREY MILLER es Doctor en Psicología por la Universidad de Stanford y Profesor Adjunto de Psicología en la Universidad de Nuevo Méjico. Reputado psicólogo evolutivo cuyas investigaciones, centradas en la psicología evolutiva y la selección sexual lo sitúan en la tradición de científicos como Richard Dawkins, Daniel Dennett, y Steven Pinker.
Miller postula que nuestras mentes han evolucionado no como máquinas para sobrevivir sino como aparatos para cortejar. “La evolución es conducida no solo por pura selección natural para sobrevivir, sino por un no menos importante proceso que Darwin llamó selección sexual, a través de la elección de pareja” dice. Defiende que las más impresionantes y enigmáticas habilidades de la mente humana son instrumentos de cortejo, que han aparecido en la evolución para atraer y entretener a nuestras parejas sexuales.
“Algunas de las interesantes nuevas ideas que van apareciendo indican que muchos de los rasgos que seleccionamos cuando elegimos pareja no son rasgos arbitrarios o sin sentido, no elegimos rasgos al azar, sino potentes indicadores de las cosas importantes en la reproducción, porque la belleza es realmente un indicador de salud y fertilidad, y un montón de rasgos que son psicológicamente atractivos para nosotros, como la amabilidad, la cordialidad, el afecto, la creatividad, la inteligencia, la imaginación, tampoco son arbitrarios sino que son indicadores de la habilidad de alguien para apañarse en el mundo, no solo en el mundo físico sino también en el social, y que con la elección de pareja basada en esas cualidades psicológicas ,estamos asegurando que tenemos una pareja con la que podemos tener una relación constructiva, conseguir descendencia y transmitir sus mejores genes a nuestros hijos. Lo que vemos aquí es que el estudio de cómo la gente elige pareja no solo por sus rasgos físicos sino también por todos esos rasgos psicológicos, es una maravillosa confluencia de la biología evolutiva, la teoría de la personalidad y la psicología evolutiva… “
Puedes encontrar una muy interesante entrevista con nuestro pensador del mes aquí.
Geoffrey Miller es autor de The Mating Mind: How Sexual Choice Shaped Human Nature auténtico best-seller científico en todo el mundo. Un resumen capítulo a capítulo del mismo está disponible aquí.
“He argumentado en The Mating Mind que muchas de nuestras habilidades de comunicación, el lenguaje, el arte, la música, el humor, han aparecido en la evolución como una especie de estrategia de marketing genético, para mostrar a nuestras potenciales parejas lo buenos que son nuestros genes, lo bien que funcionan nuestros cerebros, qué ingeniosos y encantadores somos; los cerebros que mejor se venden en ese mercado del emparejamiento dejan más copias de sus genes, nuestras mentes están ahí sobre todo para vender mejor nuestros genes.
Pero mi argumento de la mente como marketing olvida algo. Es cierto que las grandes empresas necesitan expertos en marketing para encontrar nuevos clientes, expertos en relaciones financieras para encontrar nuevos inversores y expertos en relaciones públicas para influir en los medios, pero las empresas también necesitan un sentimiento subjetivo de bienestar, un sentido de ética interna que se formaliza en las definiciones de su misión y su visión, incorporado en el “esprit de corps” de los empleados y que suele reforzarse con newsletters de la compañía, intranets, retiros para reforzar la dinámica de equipo y acciones de estímulo grupal de la empresa.
GEOFFREY MILLER es Doctor en Psicología por la Universidad de Stanford y Profesor Adjunto de Psicología en la Universidad de Nuevo Méjico. Reputado psicólogo evolutivo cuyas investigaciones, centradas en la psicología evolutiva y la selección sexual lo sitúan en la tradición de científicos como Richard Dawkins, Daniel Dennett, y Steven Pinker.
Miller postula que nuestras mentes han evolucionado no como máquinas para sobrevivir sino como aparatos para cortejar. “La evolución es conducida no solo por pura selección natural para sobrevivir, sino por un no menos importante proceso que Darwin llamó selección sexual, a través de la elección de pareja” dice. Defiende que las más impresionantes y enigmáticas habilidades de la mente humana son instrumentos de cortejo, que han aparecido en la evolución para atraer y entretener a nuestras parejas sexuales.
“Algunas de las interesantes nuevas ideas que van apareciendo indican que muchos de los rasgos que seleccionamos cuando elegimos pareja no son rasgos arbitrarios o sin sentido, no elegimos rasgos al azar, sino potentes indicadores de las cosas importantes en la reproducción, porque la belleza es realmente un indicador de salud y fertilidad, y un montón de rasgos que son psicológicamente atractivos para nosotros, como la amabilidad, la cordialidad, el afecto, la creatividad, la inteligencia, la imaginación, tampoco son arbitrarios sino que son indicadores de la habilidad de alguien para apañarse en el mundo, no solo en el mundo físico sino también en el social, y que con la elección de pareja basada en esas cualidades psicológicas ,estamos asegurando que tenemos una pareja con la que podemos tener una relación constructiva, conseguir descendencia y transmitir sus mejores genes a nuestros hijos. Lo que vemos aquí es que el estudio de cómo la gente elige pareja no solo por sus rasgos físicos sino también por todos esos rasgos psicológicos, es una maravillosa confluencia de la biología evolutiva, la teoría de la personalidad y la psicología evolutiva… “
Puedes encontrar una muy interesante entrevista con nuestro pensador del mes aquí.
Geoffrey Miller es autor de The Mating Mind: How Sexual Choice Shaped Human Nature auténtico best-seller científico en todo el mundo. Un resumen capítulo a capítulo del mismo está disponible aquí.
“He argumentado en The Mating Mind que muchas de nuestras habilidades de comunicación, el lenguaje, el arte, la música, el humor, han aparecido en la evolución como una especie de estrategia de marketing genético, para mostrar a nuestras potenciales parejas lo buenos que son nuestros genes, lo bien que funcionan nuestros cerebros, qué ingeniosos y encantadores somos; los cerebros que mejor se venden en ese mercado del emparejamiento dejan más copias de sus genes, nuestras mentes están ahí sobre todo para vender mejor nuestros genes.
Pero mi argumento de la mente como marketing olvida algo. Es cierto que las grandes empresas necesitan expertos en marketing para encontrar nuevos clientes, expertos en relaciones financieras para encontrar nuevos inversores y expertos en relaciones públicas para influir en los medios, pero las empresas también necesitan un sentimiento subjetivo de bienestar, un sentido de ética interna que se formaliza en las definiciones de su misión y su visión, incorporado en el “esprit de corps” de los empleados y que suele reforzarse con newsletters de la compañía, intranets, retiros para reforzar la dinámica de equipo y acciones de estímulo grupal de la empresa.
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