Intoxicados
Está claro que ni entre los Gobiernos ni entre los expertos hay acuerdo acerca
de qué hacer. El debate entre los defensores de la austeridad y quienes proponen
gastar más para estimular el crecimiento de la economía domina los titulares. A
medida que la crisis arrecia, este debate se transforma en un torneo de frases
hechas y afirmaciones superficiales.
[...] En todo caso, el debate sigue y la seguridad con la cual los más renombrados
economistas ofrecen sus recomendaciones contrasta con la validez de sus
pronósticos e interpretaciones antes y durante la crisis.
[...] En otras palabras, si los mejores economistas ni siquiera se pueden poner de
acuerdo sobre cuáles son los hechos y datos relevantes para explicar la crisis,
no debe sorprendernos que tampoco estén de acuerdo acerca de qué hacer para
salir de ella. Pero no se dan por aludidos. Esta crisis ha revelado que la
arrogancia intelectual es uno de los riesgos ocupacionales de practicar la
economía como profesión.
Moisés Naim, ¿Por qué no amaina la crisis? (El País, 3/06/2012)
El problema del mundo es que los estúpidos tienen una seguridad pasmosa y los inteligentes rebosan de dudas.
Betrand Russell
* Actualización de última hora: quizás la única certeza posible: "Según la última encuesta del CIS, ser español es ya la primera preocupación de los españoles." (de Mi mesa cojea). Genial.
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