De Robert Wright, editorial Destino. Estoy releyendo estos días este libro interesantísimo sobre la Historia y la dirección de progreso que encarna en términos de juegos en que todos ganan:
En el siglo XVIII Immanuel Kant señaló la "insociable sociabilidad" del hombre.
"Movido por el ansia de honores, poder o bienes, trata de conquistar una posición entre
sus congéneres, a los que no puede sorportar, pero de los que tampoco puede prescindir".
... para Kant la historia humana encarnaba "un plan secreto de la naturaleza" y aseguraba
que se podía tener una perspectiva consoladora del futuro porque "la especie humana
va llegando a ese estado en que todos los gérmenes depositados en ella por la Naturaleza se
desarrollan por completo y ella puede cumplir su destino en este mundo",
lo que llevaría a la paz perpetua tras milenios de "insociabilidad". Para Robert Wright
la globalización ha acercado ese momento, según explica en su ensayo Nadie pierde, que ha
logrado los elogios de Fukuyama o The Economist, y que mezcla la generosidad y el egoísmo,
el avance de las tecnologías de la información y la sociobiología, la libertad y el sentido
de la existencia. El asunto básico es que en la vida hay dos tipos de situaciones:
los juegos de suma cero, en los que si uno gana el otro tiene que perder
- como un partido de fútbol-, y los juegos de suma no nula, en los que los diferentes jugadores
pueden ganar o perder a la vez. Al comprar algo, comprador y vendedor ganan, y cuando
los hombres prehistóricos participaban en grupo en una cacería, se repartían lo cazado. O nada.
Extracto de La Vanguardia, 26-2-06
Igual que la guerra (el miedo a ella) ha empujado a la paz (crear alianzas, tratados), la globalización (también de nuestros problemas, como el medio ambiente) nos está empujando a crear estructuras globalizadas de supragobierno en base a la tecnología y el comercio.
Aquí una web dedicada al libro (en inglés).
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