Los lunes no son tan malos...
Ni los sábados tan buenos. Un par de investigadores sondearon a más de 200 personas sobre su valoración en un momento determinado sobre la calidad de los días de la semana, uno a uno, y de forma previsible el resultado general fue valorar como bastante mejores los viernes y sábados que los lunes (o bastante peores éstos; en rojo). Hasta aquí (casi) todos de acuerdo. Lo curioso es que cuando hicieron que cada participante de otra muestra más amplia valoraran durante una semana cada día en ese día, el resultado fue bien distinto: todos son más o menos igual (de buenos o malos; en azul). Es otro ejemplo más del sesgo de memoria: cuando valoramos en abstracto, tiramos de recuerdos, pero al buscar encontramos indefectiblemente recuerdos sobresalientes, no medios: los lunes son esterotipadamente malos, así que recordamos lunes malos (la UD perdió, el trabajo fue pesadísimo, y recordamos cómo nos fastidiaba que quedaran 4 días más hasta el finde); los sábados y viernes son estereotipadamente divertidos, así que nos acordamos de aquél sábado de farra en que triunfamos, o de la sensación el viernes de vuelta a casa de que podríamos dormir al día siguiente toda la mañana. Pero la verdad es que, día a día, hay lo que hay. Afortunadamente, diría yo.
De Psyblog.
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