30 de noviembre de 2011

La burbuja TCC

Pues sí: la terapia cognitivo-conductual acaba de perder la calificación triple A (ampliar en Neuroskeptic). Mucho impact factor y pocas nueces. Obviamente, no es la ciencia la culpable, sino la caricatura simplista y algo totalitarista con que frecuentemente se pretende negar que nuestro objeto de estudio nos desborda continuamente: c'est la vie (cuánto desperdicio de energía se producía en la facultad y en determinados servicios de salud mental combatiendo al enemigo dinámico y ninguneando al humanista; me pregunto si ahora será igual...o peor).
Y esto no niega la aplicabilidad y los recursos útiles que el paradigma TCC aporta, sólo que debe enmarcarse en contextos particulares y argumentables y es absurdo forzarlo a convertirse en universales protocolizados de tratamiento (ahora que nos reforman la pública, y parece que se pretende desde el modelo CIU que los médicos de familia hagan salud mental, supongo que la tentación de hacer pseudoTCC en 60 segundos -"todo está en su cabeza", "mírelo de otra manera", "tiene que controlar sus pensamientos"- será demasiado grande como para que la dejen pasar: y ya se veía venir).
En fin, que al final todas las burbujas acaban pinchando: la herencia de ZP, Big Pharma, y las EFT (técnicas de liberación emocional); otras sobreviven aunque ojalá por poco tiempo (Mourinho, los tertulianos de política en TV). Mientras, sonriamos con un magnífico editorial sobre usos y abusos de la ciencia:


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1 de noviembre de 2011

Cebollazos paródicos


Nueva y revolucionaria terapia conductista para la homofobia basada en la inmersión de los pacientes en una cisterna llena de gays

BOSTON - Durante una muy publicitada conferencia de prensa en la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston el pasado viernes, varios investigadores anunciaron una técnica nueva y revolucionaria para la cura de la homofobia mediante la inmersión de los pacientes en un gran tanque de vidrio rebosante de gays. "En lugar de evitar el miedo propio a los homosexuales, creemos que es crucial hacerle frente directamente," dijo el psicólogo conductista Dr. Dolph Kleineman a la prensa, explicando cómo los sujetos homofóbicos son conectados a un arnés y bajados a una habitación-depósito lleno de hombres con el torso desnudo bailando de manera sugerente los últimos éxitos de música House-Club, besándose, y dándose a comer fresas entre ellos. "Por el momento, el tratamiento ha tenido éxito, y los sujetos de las pruebas iniciales han podido salir al mundo real y ver una pareja gay dándose la mano, sin caer en hacer comentarios intolerantes al respecto". Cuando se le preguntó si existía el riesgo de los sujetos se quedaran atascados en el tanque de hombres contoneándose, Kleineman dijo que se untaría a los gays en aceite de manera que los pacientes pudieran deslizarse adentro y afuera con facilidad.



Neurótico local se somete a procedimiento de terapia invasiva de 32000 horas de duración

NUEVA YORK - El ciudadano de Manhattan Ted Fraile, quien ha estado luchando contra la neurosis crónica durante más de 20 años, decidió el martes someterse a una terapia freudiana altamente invasiva de 32.000 horas. "Sé que es arriesgado, pero no tengo otra opción", dijo Fraile, de 47 años, mientras su equipo de psicoanalistas se preparaba para el tratamiento de 3 sesiones semanales durante décadas, que sólo ofrece la posibilidad de un 10 por ciento de recuperación. "Sólo espero que puedan atravesar mis recuerdos bloqueados y eliminar toda culpa subyacente a tiempo." El doctor de Fraile, el conocido terapeuta Eli Wasserbaum, añadió que las posibles complicaciones del procedimiento incluyen  disfunción eréctil, daño hepático, y quiebra económica.


Un estudio revela que todos los estilos de crianza de los hijos producen adultos trastornados y desdichados


SANTA ROSA, California - Un estudio publicado este martes por el Instituto para Padres de California muestra que todos los estilos de crianza de los hijos, inevitablemente, hacen que los niños se conviertan en adultos profundamente infelices. "Nuestra investigación sugiere que, si bien la sobreprotección de los padres en última instancia provoca que como adultos no estén preparados para lidiar con las dificultades de la vida, los padres muy permisivos conducen a sentimientos de amargura y aislamiento durante la edad adulta," dijo el investigador principal, Daniel Porter. "Y, curiosamente, encontramos que cualquier punto entre esos dos extremos es igualmente perjudicial, resultando siempre en un adulto que padece una debilitante combinación de falta de preparación y aislamiento. A pesar de grandes variaciones en los estilos parentales en todas las poblaciones, el producto final es siempre el mismo: un ser humano profundamente desorientado y triste." El estudio encontró, sin embargo, que los adultos suelen alcanzar temporalmente una relativa felicidad cuando tienen sus propios hijos, de forma que puedan así perpetuar el ciclo de la miseria humana.


Extraídas de The Onion

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10 de octubre de 2011

Gula

Ichazo caracterizó la gula como un "querer más"; yo dejo que mis lectores glotones decidan cuál puede ser la interpretación más profunda. Mi impresión es que, aunque esta descripción es caracterológicamente adecuada, apunta hacia una insaciabilidad que los glotones comparten con el lujurioso. De igual modo, aunque es cierto que a veces los glotones imaginan que más de lo mismo les reportaría un mayor placer, también es cierto que, más característicamente, no son buscadores de más de lo mismo, sino (románticamente) buscadores de lo remoto y lo curioso, buscadores de la variedad, la aventura y la sorpresa.
C. Naranjo, Carácter y Neurosis
Comparto mi gula con varios descubrimientos recientes, interesantísimos, bien contados, y muy prometedores (en mayor o menor medida, aún están en proceso de digestión), para los diletantes insaciables con conocimiento suficiente del inglés (es lo que hay) y todos al fin con enlaces de garfio y parche:

- Poor economics: a radical rethinking of the way to fight global poverty. De Abhijit Banerjee y Esther Duflo (2011).

Miles de millones de dólares gubernamentales, y miles de ONGs y organizaciones de caridad, se dedican a ayudar a los pobres de la tierra. Pero gran parte de su trabajo se basa en supuestos que son en el mejor de los casos generalizaciones no probadas, y en el peor percepciones erróneas. Abhijit Banerjee y Esther Duflo son pioneros en el uso de ensayos aleatorizados con controles en economía del desarrollo. Supervisados por el Poverty Action Lab, se llevan a cabo en docenas de países. Tras 15 años de investigación en  desde Chile hasta India, Kenya a Indonesia, han identificado aspectos novedosos en la conducta de los pobres, en sus necesidades, y en la forma en que la ayuda o la inversión pueden afectar sus vidas. Su trabajo desafía ciertas presunciones: que las microfinanzas son una cura para todo, que escolarizar equivale a aprender, que la pobreza al nivel de menos-de-99-centavos al día es simplemente una versión más extrema de la experiencia que cualquiera de nosotros puede tener cuando nuestros ingresos caen muy bajo. Este importante libro nos ilumina sobre cómo viven los pobres, y nos ofrece a todos una oportunidad de pensar en un mundo sin pobreza. Más en www.pooreconomics.com
Amazon.
 
- The better angels of our nature: why violence has declined. De Steven Pinker (2011).
Este texto rompedor continúa la exploración de Pinker sobre la esencia de la naturaleza humana, mezclando psicología e historia para proporcionar una imagen definida de un mundo progresivamente no-violento. La clave, explica, es entender nuestros motivos intrínsicos - los demonios internos que nos empujan a la violencia y los ángeles que nos sacan lejos de ella - y cómo unas circunstancias cambiantes han hecho prevalecer poco a poco a los ángeles.     Amazon.
Pinker muestra con datos cómo la violencia incluso post 9/11 es la menor en la historia, a todos los niveles (guerras, terrorismo, violencia doméstica), y la capacidad de la sociedad de denunciarla y oponerse a ella un fenómeno en ascenso, aunque la TV o la web deformen la imagen que de ella tenemos (principalmente a causa de que estimamos probabilidades en función de la facilidad para recordar algo). Sadismo, venganza, dominancia, violencia instrumental y violencia ideológica luchan contra la empatía, moralidad, el autocontrol y la razón...y parecen llevar desventaja.

- Where good ideas come from: the natural history of innovation. De Steven Johnson. (2010)
La figura de el genio solitario puede que nos cautive, pero intuimos que las creaciones de tales genios no se materilaizaron en el vacío. Johnson explora aquí esta idea desde ángulos diferentes, usando anécdotas extraídas de las ciencias o el arte que resaltan la interacción social o informacional de un inventor o un artista. Recurre a efectos en el mundo real de individuos y organizaciones que operan en un escenario informativamente fértil. Cita desde el desarrollo de Internet hasta la teoría de los atolones de Darwin, pasando por el fracaso del FBI en detectar la conspiración del 9/11, y Miles Davis.     Booklist
Johnson cree que una idea es una red. Descarta que la web mitigue el descubrimiento por serendipidad, considera el brainstorming tradicional poco útil, y cree que los errores son lo mejor que nos puede suceder, junto con el uso de plataformas y sistemas abiertos. Las intuiciones realmente tienen ritmos lentos y operan soterradamente, y la exaptación (Biol.: aquella estructura de un organismo que evoluciona originalmente como un rasgo que provee adaptación a unas determinadas condiciones o que no es adaptativo (neutro), y una vez que ya está consolidado comienza a ser utilizado y perfeccionado en pos de una nueva finalidad, en ocasiones no relacionada en absoluto con su “propósito” original) es particularmente importante al comprender de dónde vienen las buenas ideas.   


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8 de octubre de 2011

Psicodiagnóstico 2.0: The lemon test







* Más entretenido (y posiblemente más válido / fiable) que la mayor parte de los tests al uso.

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23 de septiembre de 2011

Expertos

· Los expertos recomiendan acudir al Psicólogo por lo menos una vez al año.


· Expertos del Departamento de Salud de La Ribera advierten de que la vuelta al colegio puede provocar sentimientos de ansiedad, apatía e irritabilidad al regresar a la rutina diaria tras las vacaciones. Estos sentimientos afectan aproximadamente a un 30% de los alumnos, según los especialistas.

· Expertos advierten de que el 53% de los usuarios de móviles sufre Nomofobia o “miedo a no llevar el teléfono encima”. 

Convención de expertos


[...] según las últimas investigaciones, alrededor del 53 por ciento de los usuarios de teléfonos móviles sufre Nomofobia, ha hecho despertar la voz de alarma entre la sociedad [...]
En algunos casos la dependencia al móvil puede ser una adicción de las que se denominan adicciones sin drogas.
Para evitar caer en esta dependencia o reducirla Ildefonso Muñoz aconseja bla, bla ,bla.

Extraído de la web noticiasmedicas.es sección Psicología.

Tengo muchas ganas de conocer a los expertos, oigan...

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12 de septiembre de 2011

Psicoterapia y ciencia

Una y otra vez, cuando se estudia la investigación en psicoterapia, uno se encuentra con un hecho esencial de la vida: la precisión del resultado es directamente proporcional a la trivialidad de las variables estudiadas. ¡Un extraño tipo de ciencia!

I Yalom: Existential Psychotherapy

Úsese la cita como test proyectivo en el gremio: ¿sintió ud. decepción o una media sonrisa?

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22 de agosto de 2011

El intesné III: descerebrados

A respected Swiss scientist, Conrad Gessner, might have been the first to raise the alarm about the effects of information overload. In a landmark book, he described how the modern world overwhelmed people with data and that this overabundance was both “confusing and harmful” to the mind. The media now echo his concerns with reports on the unprecedented risks of living in an “always on” digital environment. It’s worth noting that Gessner, for his part, never once used e-mail and was completely ignorant about computers. That’s not because he was a technophobe but because he died in 1565.

Vaughan Bell, Slate 2010

En las últimas semanas se ha generado un importante re-vuelo (ya iniciado hace un par de años) en torno a las opiniones de Susan Greenfield, profesora de psicofarmacología sináptica (sic) y baronesa. Dice la sra. Greenfield (prolongando con más ropajes de pretendida neurociencia los arranques de Nicholas Carr en "Superficiales - ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes?") que internet y en general las nuevas tecnologías están alterando nuestros cerebros (o sobre todo los de nuestros hijos; obvio por otro lado: vivir, en general, altera el cerebro) en una actualización de los temores tradicionales a la tecnología (desde que Sócrates advirtió contra el peligroso influjo de la escritura). El eco en prensa (en general cada vez menos rigurosa y más rumoróloga) ha sido importante, y es divertido ver la de palos que le caen a la pobre mujer (a Carr también le cayeron, ven Frontal Cortex): desde Neuroskeptic a Mind Hacks, la endeblez argumental y especialmente en evidencias de la sra. Greenfield la colocan en una posición ridícula y afortunadamente rebatible, si bien me temo que fácil de difundir (el miedo siempre vende más, particularmente si hay periodismo de por medio; ya Bad Science le dio estopa de la buena en los inicios de la popularización de la sra. dra.).

Un caso particularmente grave es la aseveración de Susan (hay confianza) de que el incremento en el uso de internet se relaciona con el incremento en las tasas de autismo diagnosticado. Esta sugerencia de causalidad (pues así la presentaba), una barbaridad pseudocientífica, ha cambiado ligeramente el debate en una manera que creo debe ser genuinamente británica: Greenfield ha pasado a ser inspiradora de barrabasadas ingeniosas. Todo se remite a su declaración cuando fue cuestionada por la dra. Bishop por semejante idea: "¿qué evidencia tiene de esto? El incremento en autismo se originó hace 20 años, antes de la popularización de internet, y suele diagnosticarse entre los 2-3 años, cuando posiblemente no muchos niños están enganchados a la red". La respuesta de Susan es algo desconcertante para una experta exdirectora de la Royal Institution cuya función era la difusión y popularización de la Ciencia: "I point to the increase in autism and I point to internet use. That's all.". Esto se llama ahora un greenfieldism:

I point to the increase in global warming and I point to porn. That is all.


I point to the internet, and I point to the financial crisis. That's all.


I point to high heels and I point to the rise in schizophrenia. That's all. [oops!]

El mejor quizás, Neuroskeptic, que es exactamente el tipo de blogger que querría ser yo casi siempre si no fuera (yo) tan perro: Susan Greenfield causa autismo: el incremento en citaciones de trabajos de Greenfield correlaciona claramente con el incremento en tasas de autismo. Brillante.

En relación a los temores paleolíticos de Susan, déjenme aportarles ciertas fuentes interesantísimas que vienen al caso:

The Information -James Gleick: If Mr. Gleick has one overriding goal it is to provide an animated history of scientific progress, specifically the progress of the technology that allows information to be recorded, transmitted and analyzed. This study’s range extends from communication by drumbeat to cognitive assault by e-mail. Estoy en ello y es fascinante...Entre otras, documenta cómo Susan es el equivalente moderno de los agoreros contra la escritura, la imprenta, el telégrafo, la radio,...

Now you see it - Cathy Davidson: "As long as we focus on the object we know, we will miss the new one we need to see. The process of unlearning in order to relearn demands a new concept of knowledge not as thing but as a process, not as a noun but as a verb.” Davidson usa resultados de experimentos de psicología como lentes a través de las cuales examinar la naturaleza y evolución de la atención (eje de muchas intervenciones de mindfulness y uno de los conceptos más útiles en terapia, para mi gusto). El sistema educativo tradicional está basado en expectativas rígidas sobre qué es la atención y cómo refleja la inteligencia, de forma que los estudiantes que no encajan en ese modelo cantan como piuezas aberrantes que no encajan y deben ser reajustadas. La neurociencia nos indica que las variedades de procesos atencionales son tantas, y habitualmente no lineales y simultáneas, que las instituciones académicas y laborales deberán readaptarse a esta eclosión facilitada por las nuevas tecnologías:  no rechazar lo nuevo, sino usarlo a favor. La sintomatología atencional epidémica es más una consecuencia de una transición adaptativa por hacer (con un potencial de crecimiento individual y social extraordinario) que una enfermedad. (Acaba de salir impreso y aún no lo leí, pero es un futurible claro).

Todo va cambiar. Enrique Dans: clásico moderno en nuestro entorno, una muy interesante aproximación a cómo las nuevas tecnologías van a producir cambios en personas, sociedades y empresas, con más acento en la oportunidad que en el miedo.

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El intesné II: humor







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El intesné I: terapias del futuro

Hace unas semanas el NYTimes publicó un artículo sobre la psiquiatría/psicoterapia online. En él se sugiere que, puesto que se "ha demostrado" la efectividad de la misma, es la via del futuro para poder ofrecer servicios de asistencia psi más baratos, más cómodos, más universales. La ubicua TCC "se ha mostrado eficaz en depresión y ansiedad tratada online bla bla bla".En un acto de miopía, el autor recoge declaraciones sobre la mínima ventaja de las sesiones en vivo, que sería inducir a los pacientes a activarse y salir de casa.
Mi experiencia a este nivel es escasa: cuando vine de Barcelona, y tras unos meses viajando quincenalmente a Catalonia, había concluído casi todos mis seguimientos; sólo un par de casos podrían beneficiarse más de una continuación a medio plazo de la terapia (en vez del cierre o la derivación), y por ello decidimos conjuntamente darle una oportunidad al skype. De hecho, en ambos casos el experimento se clausuró a las 3-4 sesiones: se sentía anómalo, falto de fluidez, definitivamente frustrante para ambas partes; quizás se remita principalmente a que la tecnología es aún bastante deficiente para los anchos de banda que serían deseables, pero esto es algo que dudo que se solucione en breve, al menos en este país. El fracaso fue evidente considerando que ambos casos implicaban una relación terapéutica ya establecida y con una excelente alianza; no quiero imaginar lo que puede suceder si uno comienza a pelo desde skype...En fin, que me parece sorprendente que algunos compañeros (más de los que imaginaba) ofrezcan asistencia online en sus webs, con su paypal y todo (mejor dicho: me sorprende que a alguien le funcione; agradecería el testimonio de algún colega que lo practique a satisfacción).

Psicoterapia online: divergencias insalvables
Por cierto: cuando se acaba de leer el artículo del NYT, se observa claramente que la potenciación de la terapia online en USA viene de la mano de empresas pioneras fuera de los circuitos usuales (es significativo que muy pocos particulares demandan este sistema). En este sentido no hablamos de servicios a zonas rurales mal comunicadas físicamente: se dirigen prioritariamente a instituciones y departamentos de recursos humanos en grandes empresas, y quieren ofrecerlo como una manera de que los trabajadores no hayan de tomarse 3 horas libres sino que puedan ser "tratados" en un descanso laboral (en vez de hacer pìs o fumarte un piti, te haces 20 minutos de terapia y a producir...). Nuevos niveles de mercantilización universalizada en la salud mental; dentro de unos años aparecerán por aquí...

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16 de junio de 2011

®: a peor la mejoría

* Disclaimer: ante la pregunta de clientes/pacientes sobre qué terapia hago, y ya que asumo que no han de navegar por este proceloso mar de confusiones, más o menos me defino en breve como a) "difícil pregunta" + b) "te resumo: un max-mix cognitivo-conductual, humanista-existencial, o sistémico-experiencial (según demanda, persona, objetivos, circunstancias)";pero acepto que se me está haciendo ya un trabalenguas que no sé si aclara algo a alguien, la verdad...

Dicen que a finales de los 80, la psicofarmacología recibió un impulso definitivo al estrellato a base de escuchar al prozac y similares: la conclusión fue que la inmensa mayoría del DSM se ha acabado suponiendo tratable via ISRS y primos. De ahí a la actual expansión a psicopatologizar la vida cotidiana, hay sólo un paso lógico para cualquier estudiante de marketing: si tienes el producto, crea la necesidad, y si puedes, universalízala.
Aparentemente, la psicología necesitaba ponerse a la par: formalizó, empaquetó y vendió la terapia cognitivo-conductual siguiendo caminos paralelos. La mercantilización en masa se impone como criterio más o menos evidente. Se dirá que si bien un laboratorio necesita vender sus moléculas patentadas, ¿qué necesidad hay de vender un tipo específico de psicoterapia? ¿por qué no vender simplemente psicoterapia?
La respuesta, una vez más, se recoge en la psicología del consumo de masas: el producto ya no se puede vender sin más, hay que dotarlo de un envoltorio agradable, fácil, simple, hay que macdonalizar la psicoterapia. No obstante, y ya que estamos expandiendo mercados, hay que microsoftearlo también (es decir: creemos un monopolio que centralice y gobierne toda nueva aportación, hagamos un trademark ® que se convierta en una etiqueta legitimadora por sí misma, creemos un mercado cautivo).
Puede parecer una divagación (lo es) conspiranoide (no lo es: creo que nace más de una autojustificación por ansiedad que de una manipulación en frío) granhermanoide (no lo es: al final la gente siempre es un poco más lista de lo que los mercados -o políticos, o programadores de tv- creen; miren si no las tasas de adhesión a antidepresivos o a terapeutas rígidos de protocolo). Pero esto es lo que me aparece en el coco cuando leo un artículo en al último Annual Review of Clinical Psychology (por cierto: qué difícil se pone conseguir passwords piratas, qué pesaos son con sus inútiles barreras de pago - ¿pagará alguien 32$ por un artículo de estos pavos? Definitivamente me quedo con los blogs). El mencionado se titula Open, Aware, and Active: Contextual Approaches as an Emerging Trend in the Behavioral and Cognitive Therapies, por Steven C. Hayes, M. Villatte, M. Levin, and M. Hildebrandt. Hayes es conocido por ser un teórico notable de la terapia de aceptación y compromiso. Estos señores (con un notable apoyo entre sus colegas) pretenden que cualquier nueva aproximación terapéutica (aunque consista en redescubrir América) con un mínimo (muy mínimo, a veces) de desarrollo teórico (¿especulativo, incluso?), un manual publicado, y un título con iniciales en mayúsculas, son derivaciones genuinas de la venerable terapia cognitivo-conductual, una especie de bastardos con cierto éxito, y deben ser reconocidos como productos del mismo Saber Germinal: Terapia Metacognitiva, Entrevista Motivacional, Activación Conductual, Psicoterapia Funcional Analítica, Terapia
Dialéctica-Conductual, Terapia de Aceptación y Compromiso, Terapia de la Mente Compasiva: todas son hijas del Señor. Es superfluo no conocer los componentes efectivos diferenciales entre estos hermanos. Es superfluo que se eleve un componente o una técnica al nivel de Terapia. Es superfluo que el mismo Hayes señalara hace años (2004) ciertas anomalías del componente cognitivo (parecía ser que lo cognitivo no era necesario en las terapias cognitivas, o que el cambio era previo a la introducción de los componentes cognitivos). Lo que cuenta es que todo vuelve al Tronco Madre, en un círculo endogámico en el que nadie parece querer tener voz propia (con sus propias dudas) o, peor aún, nadie se pregunta qué hay debajo de los nombres. Al final, es como ese rollo de fluoxetinas y fluvoxaminas y paroxetinas y como común denominador: "a usted le falta serotonina"; y todos a gusto. Personalmente me parece más sensata la aproximación de un tal Teanor en Clinical Psych Rev 31 (2011) 617-625: The potential impact of mindfulness on exposure and extinction learning in anxiety disorders: analítico, curioso, humilde, y más preocupado en entender cómo un componente terapéutico puede facilitar la extinción de las respuestas de ansiedad que en patentar (y vender) la sopa de cebolla.

Una última cosa: Hayes et al han decidido que como bautismo de esta nueva zarza ardiendo, podemos agrupar todas estas terapias bajo un nuevo nombre, la iglesia del futuro: Terapias Contextuales (¿no lo son todas?). En mayúsculas. No es que sea mala idea, pero ¿no sería mejor dejarlo en Terapias (" a secas", como defiende la excelente serie de Esteban Laso sobre el fin de las escuelas, muy recomendable) y no empeñarnos en registrar marcas, sino en comprender?.

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23 de mayo de 2011

Rabbit Hole

- ¿Se va alguna vez?
- No; no me lo parece. No para mí. Ya han pasado 11 años. Aunque cambia.
- ¿Cómo?
- No lo sé...Supongo que el peso. En cierto momento se vuelve soportable. Se transforma en algo que puedes envolver y... cargar contigo, como un ladrillo en un bolsillo. Y hasta te olvidas de eso por un rato, pero luego metes la mano por cualquier razón y...ahí está. Puede ser terrible, pero no todo el tiempo. Es como...no como algo que te agradara, pero es lo que tienes en lugar de tu hijo. Así que lo llevas contigo, y no desaparece, lo cual...
- ¿Qué?
- ...está bien, de hecho.
Rabbit Hole es una película de perfil íntimo y con cierto humor sobre la pérdida de un hijo, sobre el dolor insuperable, sobre caminos únicos e inciertos, sobre silencios y procesos, y eventualmente sobre seguir viviendo, que alcanza niveles de maestría desde su simplicidad indie y un registro actoral soberbio. Ni siquiera es triste, o un dramón: es real, humana, conectada, y creo que muy terapéutica (en su sentido de aprendizaje y de observación de los procesos de duelo desde cierta distancia en el tiempo, de ofrecer una privilegiada mirada desde la que entender mejor y respetar). Es, además, honesta.
Parece que en España no se estrena, pero ya sabrán encontrarla.

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20 de mayo de 2011

Reflexión sobre el 15-M

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17 de abril de 2011

Perversión pericial

En ese extraño país llamado USA, donde pervive la pena de muerte, leí hace poco que ésta se transforma en pErpetua si eres capaz de mostrar un CI inferior a 70. Lo  cierto es que los psicólogos no sabemos qué es la inteligencia ("lo que miden los tests de inteligencia" decían en la facultad); ni siquiera nos ponemos de acuerdo en una definición para ir tirando, así que no digamos sobre cómo valorarla.
En The Element, Ken Robinson señala que el CI se incrementa de forma regular en el curso de una generación, de forma que los baremos se han de reactualizar cada 15-20 años; así, se crean situaciones perversas en que un interno de CI bajo en cadena perpetua que se esfuerce en su educación puede convertirse 10 años después en...¡apto para la pena de muerte! (hay casos reales).
En una vuelta de tuerca al despropósito de las valoraciones periciales, en el NYTimes (16-04-2011) acabo de leer que un colega, el psicólogo G Denkowski, usando pruebas psicológicas readaptadas de su invención, consiguió subirles el CI al menos a 16 internos y mandarlos así al corredor de la muerte; dos de ellos ya han sido ejecutados. "There's no scientific basis for his procedure" dijo un crítico, como si la hubiera para los procedimientos estándar.

G Denkowski evaluando a uno de los internos pendientes de ejecución. Profesional, muy profesional.
Este sr. (es un decir) ha sido multado con 5500$ e inhabilitado para más peritajes del estilo (al tiempo que pactadamente se retiraban los cargos contra él ¡y se prohibía usar este acuerdo como base para apelaciones!). Peor que las cloacas de Big Pharma: porque la motivación es ideológica, protofascista, sin siquiera delimitación a reglas de mercado que son modificables sino anidada en visiones fundamentalistas de limpieza social (o quizás el sr. Denkowski alegue que necesitaba pagar la hipoteca, quién sabe).
También desde la psicología damos miedo.


Una reflexión sobre el psicodiagnóstico - Banksy

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25 de marzo de 2011

Misturado 10

"Es la economía, estúpido"
Bill Clinton, 1992, carrera presidencial

La macroeconomía es una disciplina fascinante: creo que es la única que supera en esoterismo a la propia psicología, pero son más convincentes en hacer ver que saben de lo que hablan. Como nosotros, no saben predecir pero postdicen un montón. En fin, que en general escuchar una tesis de macroeconomía es como asistir a la revelación de los misterios de Eleusis. Entiendo poco, pero me parece entretenidísimo el dominó de las explicaciones: es una cadena lógica en la que todo está obligado a ser explicado, lo cual produce acabadísimos productos de la imaginación. Un blog que, aunque sigue siendo algo críptico, al menos parece honesto, es el de Antonio Iruzubieta: confieso que no entiendo ni la cuarta parte, pero hace un año estaba cerca del cero, así que progreso adecuadamente; la verdad es que lo sigo con la fascinación de quien escucha swahili por su musicalidad y con la (vana) esperanza de que se le pegue algo. No obstante, con la que cae está bien intentar entender qué ha pasado y qué podemos esperar; ahí van algunas recomendaciones estimulantes:

Inside Job: la verdadera historia de la crisis económica que padecemos. Todo ha cambiado para que todo siga igual. Los máximos responables de la debacle son los actuales asesores de la recuperación: igual estamos en la Edad Media y sin saberlo...En cualquier caso un documental fascinante y de una pedagogía muy lograda. Choriceo sin recato. Aviso al consumidor:  da un poco de miedo y potencia el resentimiento documentado.

El póquer del mentiroso: de Michael Lewis. Los 80. Memorias de un agente financiero en los comienzos del burbujón: es la inspiración natural hecha carne de Gordon Gekko. Divertido pero una confirmación algo pesimista de la inmensa capacidad de la estupidez (y la avaricia) humanas.


Un crack local de la crítica económica muy bien documentado y al que conocí personalmente (excelente tipo) y seguí en un ciclo de conferencias en BCN: Arcadi Oliveres, profesor de economía aplicada de la UAB. Aquí una conferencia del 2010 en castellano. Imperdible y un luchador honesto por la causa de la tasa Tobin.

En relación a las tesis de Arcadi, y a la prioridad absoluta de la (eficiente) lucha contra la pobreza, dos pendientes de publicación inmediata; parecen de los libros verdaderamente revolucionarios, al menos el primero (lean esta ardiente recomendación): Poor Economics, de Banerfit y Duflo; y More than Good Intentions, de Karlan y Appel. Para acabar con algo de esperanza...

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21 de marzo de 2011

La identidad de Mihaileanu

Un periodista le preguntó a Bergman, “¿Usted hace siempre la misma película?”. 
“Es que ésa es mi película, señor”.

Radu Mihaileanu nació en Bucarest en 1958 en una familia judía. Su padre, Mordechaï Buchman, comunista y periodista, al volver de los campos de trabajo nazis, cambió su nombre por él de Ion Mihaileanu para rumanizar su origen judío. En 1980, Radu huye de Ceaucescu en dirección a Francia, donde desarrolla su carrera en el mundo del cine.
Mihaileanu tiene un film primerizo, y otro que se acaba de estrenar en Francia, que aún no he conseguido ver, pero hay tres grandes obras de este tipo, absolutamente recomendables, que sostienen un hilo común:

- El tren de la vida: Durante la Segunda Guerra Mundial y con el objetivo de escapar de los nazis, un grupo de judíos de un pequeño pueblo de Europa del Este organiza un convoy simulando que se trata de un tren de prisioneros que se dirige a un campo nazi. Algunos de ellos, a pesar de las reticencias, tendrán que hacerse pasar por soldados nazis, todo ello para evitar que el pueblo sea exterminado.
La mejor de las tres para mi gusto, por divertida, y por transgresora (¡hacer comedia de la Shoah!). Es como el experimento de la prisión de Stanford en cachondo.

- Ve y vive: Gracias a la iniciativa del Estado de Israel y de Estados Unidos, en 1985 se llevó a cabo una amplia operación para trasladar a miles de judíos etíopes (Falashas) a Israel. Una madre etíope cristiana impulsa a su hijo a que declare ser judío, para que no muera de hambre. El niño llega a Tierra Santa, y como figura como huérfano le adopta una familla sefardita francesa que vive en Tel-Aviv. Pasa la infancia atemorizado de que se descubra su doble secreto, su doble mentira : no es ni judío ni huérfano, sólo sabe quién es su madre.
You told that joke twice - Banksy
Muy bella, íntima, previsible algunos ratos pero honesta igual.

- El concierto: En la era de Brézhnev, Andreï Filipov estaba encargado de dirigir la magnífica orquesta del Bolshoi. Sin embargo, caído en desgracia por negarse a discriminar a los músicos judíos, vive treinta años después como empleado de la limpieza de esa institución. Cuando descubre por casualidad un fax de un teatro de París en el que se encarga la celebración de un concierto en la capital francesa, a Andreï se le ocurre reunir a su antigua orquesta y suplantar al actual Bolshoi para darse una segunda oportunidad.
La más flojilla, pero aún así da caña por todos lados y te atrapa en su divagar, aunque en algunos momentos se le vaya la pinza...La música, extraordinaria.

Algunos críticos dicen que le falta realismo (supongo que son críticos que leen el Anuario de la Política 2003 en vez del Quijote o Cien Años de Soledad); otros, que su técnica no es excelente, tampoco la fotografía es soberbia y de vez en cuando falla el ritmo (y algún que otro agujero de guión). ¿Y qué? No necesita ser perfecto: porque ya es auténtico, honesto. La película de Mihaileanu, su película, es precisamente esa: la identidad, quién es uno a pesar de los envoltorios. La identidad no es un montón de cosas: ni la nación, ni la religión, ni la ideología. La identidad es posiblemente el poder no ser nada, o al menos nace de ahí. La identidad es elegir, o mejor es poder elegir (y eso es algo íntimo, un espacio inatacable): los judíos perseguidos por nazis se trasvisten en SS; el refugiado negro es enviado por su madre a convertirse en un judío huérfano; los rusos desclasados se fingen miembros del Bolshoi. Cada uno busca ser a partir del mismo sitio: se fingen otra cosa para precisamente disociarse de esa mentira con la que juegan, y convertirse íntimamente en lo que ya son: buscadores de libertad, de amor, o de armonía, sin definición ajena. Para Mihaileanu parece haber una idea esencial: la identidad es una libertad privada y responsable que sólo define uno mismo, y lo hace en sus elecciones (hasta el punto que la máxima libertad es la de contradecirse, fingirse, aparentar lo que no se es). Por otro lado, una de las claves de este transvestismo que trasciende es el humor sobre uno mismo, o al menos la convivencia serena con el absurdo (sobre todo el ovejil). 
Nada es sagrado, excepto lo que libremente uno elige para sí que lo sea, y que en cada caso para Mihaileanu acaba más allá de uno mismo:  la Corriente de la Vida, el Cierre en la Devolución del Amor Recibido, la Belleza de la Música. El Yo no es lo que parece ser: es siempre otra cosa, un pálpito profundo sin forma definitiva, un saber íntimo e inefable, una corriente subterránea que puede burlarse de su propio traje y jugar con él.


Anexo: tras  mi eslogan (ponga un Mihaileanu en su casa, su pueblo, su país), les presento otro extraído de cierto folklore local (hay versiones cerca de uno siempre, viva donde viva), que me asaltan en algunos muros de la ciudad. Definitivamente una obra maestra, pero ¿de qué exactamente? ¿Parodia humorística del borreguismo o seria estupidez autocomplaciente? Elijan ustedes mismos...

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18 de marzo de 2011

Tomasín y otros distintos

Pasaba hace unos días por la plaza de San Roque, en mi pueblo, cuando reparé en lo muy especial de la escultura a Tomasín: un señor algo distinto que la inauguró en vida y cuyo mérito fue el mejor posible para una escultura (logro que no igualan ni generales ni salvadores de la patria): el afecto atemporal y muy intenso que el pueblo le tuvo (le tiene). Yo lo recuerdo de mi niñez, pero más recuerdo otros distintos que formaron parte de mi preadolescencia (segunda fase: Yayo y las palomas, Tariro y sus sandalias con calcetines, Mari Paz). Lo de especial viene por el respeto cariñoso o al menos la tolerancia delicada que entonces se dispensaba (casi siempre) a aquellos que no estaban en la normalidad; viendo el busto de Tomasín se me ocurrió que quizás eso sólo puede suceder así de espontáneamente en una comunidad pequeña (por entonces en el casco éramos como 5000) que sea muy consciente de los individuos y del lugar (de la importancia) que cada uno tiene en ella. Ahora que en mi tercera fase en el pueblo éste creció y se expandió y se llenó de residenciales, me preguntaba si otro Tomasín tendría su busto, pero como foráneo desarraigado necesitaba la mirada de alguien de aquí. Así que propuse a Javi, escritor (entre otras cosas), que me escribiera algo para este blog. Javi entendió a su manera (faltaría más) lo que yo buscaba, y me envió un escrito con permiso a arrojarlo a la papelera de reciclaje si no encajaba. No lo hice por dos motivos: primero, porque me debo lealmente a mi ofrecimiento, y nada más feo que invitar a alguien a casa y hacerle pasar la fregona; segundo y más importante, porque como suele suceder, el resultado es mejor aún que mi intención. En efecto, mi curiosidad local por entender qué hace que Tomasín tenga un busto en una plaza se actualiza, se enaltece y se convierte en una estampa universalizable de comprensión, de aprecio y de valoración, y se demuestra en fin cómo, para cambiar el mundo, también (o quizás sobre todo) vale con cambiar una mirada.

Si hay algo que me fascina de él es ese silencio hondo y absoluto en el que se envuelve. Es como una isla dentro de la isla. No sé qué edad tiene aunque sospecho que rondará los veintitantos pero creo que el tiempo a él ni le inquieta ni le importa.  En ese sentido es todo un privilegiado.  A Javier lo descubrí verdaderamente hace tan solo unos años, cuando me mudé a una casa que está muy cerca de donde él vive con sus padres. Hasta ese momento éramos meros vecinos de pueblo y yo lo conocía someramente al coincidir en  varias acampadas organizadas por los scouts, a los que él pertenecía y con los que yo colaboraba siempre que podía en todo lo relacionado con el medio natural.
Entonces su existencia me resultaba estólida pero cuando pasamos a ser vecinos de calle y nuestros encuentros fueron más frecuentes me sorprendió gratamente su natural bonhomía y la amplia autonomía de la que disfruta a pesar de su notoria incapacidad psíquica, que según he sabido con posterioridad, deriva de una complicación fortuita en el momento justo de nacer. Los tramos sin asfaltar por los que transcurre a veces la vida, que diría el poeta.  
Basta con mirarlo a los ojos, siempre ausentes a pesar de su fijeza, para advertir su discapacidad. Es un niño perenne en un cuerpo que envejece. Ahora lo sé a ciencia cierta por su discurso, falto de madurez y de coherencia y por su voz aún aflautada que surge de un hombre ya en sazón, y que en ocasiones, mientras habla cosas triviales con algún vecino, entra en mi casa, delgada y sutil, por los intersticios de la puerta.
Hace unos meses coincidimos mientras estaba cada uno en su azotea. Él permanecía acodado en la cornisa de la fachada, mirando el paisaje que se abría hacia el poniente. Lo llamé, pero no respondió. Volví a llamarlo y continuó en su ausencia, absorto, indiferente a mi presencia. Sé que me oyó pues la distancia entre ambas cubiertas es de apenas unos metros. No sé porqué pero en ese momento, mientras él observaba quedamente el paisaje, pensé en las gárgolas de Notre Dame, que acodadas en la balaustrada de la catedral otean desde el medievo la extensión ya sin límites de París. He de reconocer que me embelesó su contemplación y aquel silencio de burbuja que decidió establecer entre él y el mundo exterior mientras sucedía un bellísimo atardecer. Ahora no hay semana que suba a la azotea y lo busque y lo descubra en esa posición, en su rincón orientado al atardecer, deleitándose siempre ante el mismo paisaje de tierra, luz, cielo y mar. Ahora cuando suceden estos encuentros, mientras desdoblo y expongo la ropa al soplo necesario del alisio, ralentizo la tarea y lo observo porque su silencio y su contemplación me fascinan y me sosiegan.
Ayer, entre una aglomeración confusa de sucesos y de gentes lo vi en el parque, empleado como jardinero, con el peto verde y unas botas enormes, mientras recogía con otros compañeros de igual condición las hojas secas que arrancaba el viento de un viejo flamboyán. Luego, de nuevo entre las gentes y los ruidos que convoca cada mañana la insistencia de la rutina, lo divisé ya apartado, solo, sentado entre las lavandas con un pequeño rastrillo que sostenía inconsciente entre sus pies. Estaba profundamente callado entre el fragor de un mundo que gira y gira sin parar y sin esperar, entregado a sus elucubraciones, como lo haría un monje cartujo en la celda solitaria de su monasterio. Lo llamé y, como esperaba, ni se inmutó ante su nombre y mi voz, pero he de reconocer que al verlo allí, tan callado, pensé en lo necesario que es el silencio hoy en día para sobrevivir.
Javier Estévez 


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12 de marzo de 2011

El salto mortal de nº 5

Hace unos días en Mind Hacks se comentaba un reciente artículo de Time sobre la actualización del estudio del proceso de duelo: ya no se sostienen los estadios fijos de Kübler-Ross, (hace tiempo, no es noticia, aunque otros hablan de fases solapables etc.; más pertinente es la crítica de que se mantenga la opinión mayoritaria de que el duelo ha de ser trabajado, elaborado (p.e. J W Worden: el tratamiento del duelo, una referncia en castellano), lo cual tampoco parece sostenerse). Vamos, de nuevo lo de ca uno es ca uno y cuidado con ir salvando a la gente a la fuerza.
Un metanálisis reciente del mes pasado en Clinical Psychology Review (The prevention and treatment of complicated grief: A meta-analysis), ahondaba en la puesta al día del duelo complicado señalando que si bien el tratamiento psicoterapéutico es efectivo, las estrategias preventivas son por lo visto estériles (lo cual es un tirón de orejas a considerarnos necesarios antes de serlo, que es otro error distinto).
En una vuelta de tuerca al asunto, aparece en escena un señor que no conocía (imperdonable, intuyo) que se llama Wakefield (coautor de un clásico que no he podido conseguir aún del sr google; seguiré intentando: The Loss of Sadness How Psychiatry Transformed Normal Sorrow into Depressive Disorder ) y en cuya web de la NYU se describe así:
 Rejecting both the anti-psychiatric critique that holds that there is no such thing as mental disorder other than as a label for socially disvalued conditions, and the standard psychiatric position that any well-defined syndromal set of symptoms can define a disorder, Dr. Wakefield argues for a middle ground position in which the concept of a physical or mental medical disorder is a hybrid value and scientific concept requiring both harm, assessed according to social values, and dysfunction, anchored in facts about evolutionary design. Unlike the anti-psychiatric view, the "harmful dysfunction" analysis offers a position from which to mount meaningful criticism and detailed suggestions for improvement of standard psychiatric diagnostic criteria based on assumptions about disorder that lie at the foundation of psychiatry itself.

Hace unos años, Wakefield, bajo estas premisas, denunciaba en el Archives que no sólo el duelo no complicado (vamos, el de toda la vida) es ejemplo de cómo el malestar emocional intenso puede ser no-síntoma / no-trastorno, sino que ambicionaba extender esa contextualización nosológica del malestar en otros tipos de pérdidas. En otras palabras: salir de la sospecha casi delirante de que todo malestar emocional es patología y recuperar la presunción de inocencia, o al menos la necesidad de contextualizar para comprender y valorar antes de etiquetar. 
Ahora, leo en Neuroskeptic, Wakefield está argumentada y articuladamente cabreado porque el puñetero ha revisado el criterio de exclusión para la depresión por duelo y confirma que bajo el vetusto y simplón dsm III-R (tosco, sí) de exclusión más restrictiva que el dsm IV, se diagnosticaban como duelos complicados (depresión) vs no complicados menos casos (45 vs 80%; menos patologizante) y además esa distinción con los duelos digamos normales era más acertada (identificaba mejor realmente los cuadros que finalmente suponían gravedad bajo criterios adicionales). Es decir: la nueva versión era un empeoramiento a todos los niveles; se habían lucido (y nos lo habíamos tragado, claro).
Como todo sin embargo puede empeorar, aquí viene el último ingenio creativo del dsm-5, el que va a matar definitivamente mi vínculo: planean sacar del todo el criterio de duelo. Sí: diagnóstico de depresión sin contexto, a pelo. Suma de síntomas y me llevo una. Sutileza llamo yo a esto; psicopatología de garrote. De hecho, recordé que tuve un compañero mir de psiquiatría durante la residencia que defendía precisamente en una sesión clínica que el duelo en queja ha de ser tratado sintomática (y funcionarialmente diría yo) como depresión mayor y convenientemente medicado; no era asunto del profesional a cuento de qué viene el síntoma (o como decía otro ilustre psiquiatra del honorable hospital "¿por qué me cuenta usted su vida?"; graciosísimo, sí: festival del humor).  El mir fue ingresado unas semanas después con un cuadro delirante, y hasta ahora ahí había contextualizado yo, parece que erróneamente, sus digresiones.
Neuroskeptic sacará en breve una segunda parte del post, con extra-rebote argumentado de Wakefield. Permanezcan atentos a sus pantallas: In Wakefield We Trust. Yo, mientras, estoy ya oficialmente de duelo (sin complicarme).
Actualización: gracias a la exquisita y espontánea amabilidad de Nietos de Kraepelin desde Canadá (¿quién dijo que los blogs eran pasatiempos inútiles?), pude acceder a ese round de Wakefield vs nº5: Knock Out, diría yo.

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5 de marzo de 2011

Lecciones de Sanación desde el Voudoutismo

Esto me dio en mano un señor moreno ("¡protesto!: irrelevante" - sí, pero le da más credibilidad) amable aunque algo silencioso que circulaba por mi pueblo (el de este año, al menos) el otro día:


El Maestro Bassane trabaja, al igual que yo, con creencias (y me temo que otras cosas, quizás gallos decapitados según mi incultura televisiva, pero ahí ya diferimos). Sin embargo el Maestro es un Maestro: lo cura todo. "No hay problemas sin solución", dice (y yo, que pensaba que hay muchos problemas sin solución; de hecho creía que la mayoría y que llamamos solución muchas veces a decir que "ése no es el problema, lo define usted mal"; otra cosa es si nos interesa vitalmente andar solucionando problemas). Pero probablemente sólo expreso mi incapacidad; por contra, su amplitud es brutal (y quizás su narcisismo también, aunque es posible que sea en parte necesidad de buscarse la vida, o de maximizar el efecto placebo consustancial a nuestra tarea). Ese etc seguido de cien puntos parece absorber toda la variedad de experiencia humana: qué envidia la maestría del maestro. Por supuesto, su CV es intachable: posee un don hereditario (bendita ciencia genética, lo que se va descubriendo), lo cual tiene la ventaja de convertirlo no sólo en profesional cualificado sino en excelente partenaire potencial (chicas, recojan su ADN); yo, sin embargo, hube de estudiar muchísimo, tanto Ciencias Áridas (psicometría, p.e.) como Ciencias Estériles (casi todas las otras asignaturas) y luego tuve que intentar olvidarlo porque tenía pesadillas, y aún estudio, pero ya de lo que me interesa (igual eso ya no es estudio, sino aprendizaje). Me faltó, por lento de reflejos, preguntar lo de las garantías al 100%: ahí me barre (compartimos mercado y de alguna manera nos dedicamos a actividades paralelas, no sé si a veces solapadas).

Eso sí, donde no pienso claudicar es en el aspecto que a primera vista parece más inocuo de su anuncio: "Resultados en TRES DIAS". Ahí me pongo garrulo, no puedo transigir; ustedes me comprenderán. Sí, ya sé que muchos de mis compañeros (de los tradicionales) anuncian Terapia Breve sin siquiera conocer el objeto, el contexto, la demanda, ni la persona en la terapia (postura tan curiosa como si alguien ofreciera Terapia Larga), pero déjeme Maestro voudoutista (¿existirá esa palabra?) que me niegue, al menos, a decidir de antemano cuánto dura una terapia, a tener que convivir con esa terrible certeza de destino.

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23 de febrero de 2011

Historias del Padre Basili (y III)

- ¿Qué sentido tiene vivir entre estas rocas, apartado del mundo?
- El sentido que tú le des.
- ¿Usted qué sentido le da?
- Yo estoy aquí y ahora, hablando con ustedes. ¿Qué más quieren?
- Claro, claro, pero…
- Todo lo demás son elucubraciones.
[...]
- Usted…
- Mi vida no es importante.
- Cuando decidió hacerse ermitaño llevaba ya muchos años de vida monacal.
- ¡Treinta! 
- Y es además el hombre que más lenguas habla de los miembros de la comunidad –inglés, árabe, alemán, hebreo…, ha visitado más de medio mundo, ha vivido en Alemania, Gran Bretaña, Oriente Medio…
- No exageremos. Todo esto no tiene ninguna importancia, son cosas que me han ayudado a prepararme para descubrir que lo único que merece la pena es lo innecesario.
- ¿Lo innecesario?
- “Venga a nosotros tu Reino…”
- ¡No pretenderá decir que el gesto de renunciar al mundo para un hombre de mundo no es importante! ¿Por qué se hizo ermitaño?
- ¡Porque sí!
- ¿No huía de nada?
- Evidentemente existen algunos motivos que condicionan…
- ¿Por ejemplo?
- Ver que en el fondo no vales nada. Aunque no merece la pena remover estas cosas. 
- Venga, cuente, por favor.
- Bueno, si quieren les diré que uno de los motivos fue la ejemplaridad del Padre Estanislau, mi predecesor. Yo tenía la impresión de que había muchas cosas que las había captado bien intelectualmente, pero que no tenía la experiencia real. Que hablaba por los libros. Y he querido llegar a estas cosas a través de mi propia experiencia. Es muy importante descubrir lo que tenemos dentro, llegar al fondo. Normalmente la gente va por el mundo pensando que tiene que hacer esto y lo otro, y dedican más esfuerzos a estar ocupados que a descubrir el sentido que tienen las cosas que tanto les ocupan. ¡Pero cuando estás totalmente solo! Entonces sale todo. ¡Es una terapia extraordinaria!
- ¿No le ha pesado nunca estar solo?
- Nunca.
- La soledad es el sentimiento más extendido ahí abajo…
- La soledad es el sentimiento de la no realización interior, de no fiarte de ti y de los que te rodean. 
[...]
- ¿No le molestan las visitas?
- Sí y no. A veces alguien me pregunta si no me estará molestando y yo le contesto: “Mire, yo he venido aquí para que no me moleste nadie y por lo tanto usted tampoco me molesta.” ¿Qué les parece?

        
                                             * * * * * * * *      

(viene de I y II)

El Padre Basili, un ratito antes de la puesta de sol, nos avisaba y paseábamos por un sendero curvo hasta una especie de mirador natural situado a la distancia pero más o menos enfrente de su cueva. Desde allí, observábamos sentados cómo el Lorenzo se despedía tras las peculiares montañas de Montserrat.

Ermita Sta Creu (de gencat)
- Cada día, si puedo, vengo.
- ¿Y no le aburre nunca, Padre?
- ¡Pero cómo...!?!? Cada día es distinto, nuevo. Nunca es igual. Como si fuera la primera vez. Sin "como": siempre es la primera y única vez - decía, posiblemente ya un poco saturado de nuestra estupidez.
- ?
- Sólo hay que mirar bien.

No puedo decir que conociera en profundidad a Basili; de hecho, ni siquiera podría decir que Basili me reveló alguna Verdad sabia. Creo que realmente ni siquiera hablamos de nada especial, excepto en esos momentos en que surgía algo breve, colateral, de manera casi inevitable pero que acababa en silencio, o en una anécdota. Sin embargo, creo firmemente que el Padre Basili transformaba a las personas que compartían su presencia. Y esto sucedía sin palabras, sin personalismos, sin nada especial ... excepto esa presencia misma. Hacía no haciendo nada. Basili era autenticidad, realidad, equilibrio, aceptación, comprensión, tolerancia. Aunque eso son sólo palabras. Para mí, su herencia consistió exactamente en que esa aspiración existencial universal se materializaba y se hacía real en Basili; después de tratarlo no fui más sabio o algo así, pero me di cuenta de que me llevaba un regalo valiosísimo: cuando regresábamos al tercer día a la zona del monasterio, bajando esa montaña supe (porque lo había vivido, y así ha permanecido) que alguien fue capaz, que es posible, que todos podemos de manera realista aspirar cada día a estar un poco más cerca de esa alegría total por estar vivo.

Gracias y hasta siempre, Padre Basili.

Padre Basili Mª Girbau
(1925-2003).

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